Ocho testigos que presenciaron el asesinato del excandidato presidencial Álvaro Gómez Hurtado, perpetrado en noviembre de 1995, regresaron este martes a la escena de los hechos y narraron a los investigadores de la Fiscalía la forma como fue atacado el vehículo del político conservador cuando salía de la Universidad Sergio Arboleda, en el norte de Bogotá.
A las nueve de la mañana se inició la reconstrucción de los hechos, que busca establecer detalles que en 24 años no han podido ser aclarados, como, por ejemplo, el número de sicarios que participaron en el homicidio de Gómez Hurtado.
Luego de los cierres viales de rigor llegó al sitio el primer testigo: el conductor Luis Ojeda, quien hoy tiene 74 años y el día del crimen manejaba el vehículo Mercedes negro de placas BCE 578 en el que se movilizaba la víctima.
“Yo iba manejando el carro, salí de la universidad y le dispararon al hombre. Yo seguí derecho, yo no paré el carro sino hasta la 74 con 11. Yo no vi a los sicarios”, relató Ojeda.
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Al lugar fue trasladado en una grúa el vehículo que manejaba ese día Ojeda y en el que fueron asesinados Gómez Hurtado y el abogado José del Cristo Huertas. Veinte hombres del CTI participaron en la reconstrucción.
Luego fue escuchada una mujer que para la época de los hechos vendía mangos a la salida del parqueadero de la universidad. La testigo relató cómo pudo observar por unos segundos el ataque de los sicarios, aunque dejó ver que primó su instinto de conservación. “Yo me tiré al suelo y me protegí”, dijo a los investigadores.
Otro de los testigos, que pidió el anonimato, dijo que él auxilió a Gómez Hurtado tras el ataque, lo que en principio no coincide con la versión del conductor, quien señala que luego de escuchar los disparos se mantuvo en movimiento hasta llegar a la clínica en la que se intentó salvarle la vida al dirigente conservador. “Esta es una diligencia inocua. De aquí no va a salir nada, han pasado muchos años y entre los relatos nos estamos contradiciendo. Esto se debía haber hecho años atrás, no hoy”, puntualizó.
Pasado el mediodía fueron escuchados otros cuatro testigos, dos de los cuales, para la época de los hechos, estudiaban en la universidad y se encontraban dentro del centro educativo. Ellos fueron ubicados en esos lugares mirando a la calle y fueron interrogados sobre si recordaban cuántos tiros escucharon y una posible descripción de los sicarios.
El abogado Enrique Gómez Martínez, que representa a la familia y estuvo durante la diligencia, dijo que la investigación no ha logrado llegar a los autores intelectuales del crimen.
Los únicos dos condenados son el falso testigo Carlos Alberto Lugo Álvarez y Héctor Paul Flórez, quien a juicio de la familia tampoco tendría relación con los hechos. El abogado añadió que por la desviación de la investigación están siendo investigados tres integrantes de la Policía.
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