La administración del presidente republicano Donald Trump reveló este martes que le ha pedido a Colombia reanudar la fumigación aérea para controlar el crecimiento de los cultivos ilícitos en el país.
Así lo confirmó el secretario de Estado Rex Tillerson durante una audiencia en el Comité de Asuntos Internacionales del Senado que fue convocada para discutir el presupuesto que Trump le presentó al Congreso para financiar los gastos externos durante el año fiscal 2018.
¨Les hemos dicho que es necesario volver a la aspersión. Las cifras de hectáreas cultivadas con coca son impresionantes. El presidente Trump habló directamente con el presidente Juan Manuel Santos y vamos a trabajar con ellos para hacer frente a este asunto¨, dijo Tillerson en respuesta a una pregunta el senador de la Florida Marco Rubio.
Tillerson se estaba refiriendo a la visita que realizó Santos el mes pasado a Washington para reunirse con Trump.
Durante ese encuentro Trump expresó su preocupación por el aumento de los cultivos pero sin referirse a la aspersión aérea como estrategia para su erradicación.
En octubre de 2015 el gobierno colombiano suspendió las fumigaciones con el químico glifosato luego que la Organización Mundial de la Salud publicara un informe según el cual esta sustancia podría ser causa de cáncer y otras enfermedades en seres humanos.
Aunque EE.UU. aceptó la decisión, internamente se sabe que vienen presionando por el retorno a la fumigación incluso desde antes que el presidente Barack Obama abandonara la Casa Blanca.
Eso en parte gracias a la dramática expansión de los cultivos en los últimos tres años. Según estadísticas reveladas por Washington a comienzos del presente, las hectáreas cultivadas en el país se han duplicado en este periodo y alcanzaban a finales del 2016 unas 188.000 hectáreas, cifra que récord en toda la historia de estas mediciones.
El secretario de Estado no aclaró si la administración pretende que se regrese a la fumigación con glifosato, que produce la multinacional Monsanto, y otro compuesto. Pero se sabe que ambos países han contemplado la utilización de un químico similar que no eleve dudas sobre posibles daños a humanos o el medio ambiente.
En el intercambio con Tillerson, el senador de la Florida insistió en una serie de preocupaciones sobre los acuerdos de paz con las Farc que ya ha ventilado en el pasado. En particular que los miembros de las Farc acusados de graves violaciones a los Derechos Humanos terminen recibiendo penas muy leves con sus crímenes y no sean extraditados a EE.UU. a pesar de aún tener deudas con la justicia con su país. Rubio dijo, a su vez, que el grupo deberá permanecer a futuro en la lista de organizaciones terroristas que elabora el departamento de Estado y que preve sanciones contra sus integrantes.
El legislador se mostró partidario de condicionar la ayuda que EE.UU. le ha ofrecido a Colombia para la implementación de los acuerdos a que el gobierno modifique algunos de los términos del acuerdo con las Farc.
Si bien Tillerson dijo compartir muchas de sus preocupaciones, le contestó a Rubio que exigir cambios en el acuerdo como condición para la asistencia económica podría deshacer por completo lo pactado con las Farc.
"Es una cuestión de hasta dónde queremos llegar a la hora de interferir, condicionar o deshacer de alguna forma un plan al que ellos mismos llegaron con las FARC", afirmó el secretario de Estado.
Hace algunas semanas la administración Trump presentó su proyecto de presupuesto para el año 2018 y solicitó US$ 251 millones de dólares para el país de los cuales US$ 105 se usarían para temas asociados con la paz.
La propuesta, que aún debe realizar su trámite en el Congreso, es baja si se compara con los recursos para el 2017 (US$ 391 millones) y la del 2016 (US$ 310 millones).
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington
