La muerte de siete campesinos cultivadores de coca el pasado 5 de octubre en zona rural de Tumaco, en hechos que son objeto de investigación, puso en evidencia la complicada situación que se vive en este territorio.
Este fin de semana estuvo en la zona el vicepresidente de la República, general (r) Óscar Naranjo, quien denunció las amenazas que han recibido 16 representantes del Consejo Comunitario Alto Mira, de Tumaco, Nariño.
“La junta de gobierno del Consejo Comunitario ha estado amenazada de tiempo atrás; ahora hay una tensión con los colonos que están ocupando ese territorio, las amenazas se han recrudecido”, advirtió el Vicepresidente.
La muerte de los campesinos se registró en medio de un enfrentamiento entre la Policía y cultivadores de coca en la vereda El Tandil, del Consejo Comunitario Alto Mira y Frontera. La fuerte tensión registrada entre los colonos que llegaron a la zona en la década de los ochenta desde otras regiones del país y la comunidad afro gira alrededor de los cultivos de uso ilícito.
“Aquí no encontramos campesinos ricos, lo que hay son mafiosos a los que tenemos que perseguir”, dijo Naranjo, quien, durante la última semana, entabló contactos con las comunidades de varias zonas de Tumaco, como en la vereda La Balsa, donde constató la existencia de cultivos ilícitos. “Hay un sabor agridulce, de ver que el conflicto de más de medio siglo nos deja un territorio realmente muy martirizado”, dijo.
Hay un sabor agridulce, de ver que el conflicto de más de medio siglo nos deja un territorio realmente muy martirizado
La economía ilegal y la cultura cocalera se reflejan en el más reciente informe de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), el cual advierte que Tumaco es el municipio con el mayor número de cultivos de coca del país, con 23.148 hectáreas, es decir, el 16 por ciento del total de territorio nacional.
Sobre la muerte de los siete campesinos, en un comienzo las autoridades responsabilizaron a una disidencia de la columna móvil ‘Daniel Aldana’ de las Farc, bajo el mando de alias Guacho. Walter Patricio Artizala Vernaza, alias Guacho, quien se desempeñaba como jefe financiero y explosivista de las Farc –y quien, con otros 55 hombres, no se acogió a los acuerdos de paz con el Gobierno–, negó ser el autor de la masacre unos días después de que fue declarado por el Vicepresidente objetivo de alto valor.
El presidente Juan Manuel Santos condenó el hecho y recalcó que no permitirá que ninguna organización criminal frustre la política exitosa de recuperar la legalidad en todo el país.Además, ofreció una recompensa de 150 millones de pesos a quien suministré información sobre los autores de la matanza.
La Defensoría del Pueblo hizo referencia a las versiones que entregaron campesinos de veredas como Sonadora, Restrepo, Vallenato, El Divorcio, Playón y El Tandil, al igual que indígenas del pueblo awá, quienes aseguraron que fueron atacados con armas de fuego por miembros de la Policía Antinarcóticos.
El pasado 8 de octubre, una comisión integrada por representantes de la ONU y la OEA, defensores de derechos humanos, líderes de organizaciones sociales, voceros de la Diócesis de Tumaco y periodistas que se desplazaban hasta El Tandil a hacer tareas de verificación, fue recibida con varios disparos por hombres de la Fuerza Pública. Al día siguiente, la Policía reconoció que uniformados de la institución activaron dos granadas de aturdimiento, que no dejaron heridos, y ofreció excusas a la comisión. Por el caso se ordenó la suspensión de cuatro policías y la Procuraduría vinculó al proceso a 36 policías y 14 miembros del Ejército.
Según Caracol Radio, un informe de balística del CTI y Medicina Legal indicaría que las balas que mataron a los 7 campesinos en Tumaco serían de fusiles calibre 5,56 de la Fuerza Pública. El informe dice que no estaría claro que los policías hayan disparado, pues la Fiscalía investiga un supuesto robo de fusiles. Los disparos se habrían hecho de abajo hacia arriba, lo cual contradice lo que la Policía había determinado.
EL TIEMPO
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