La cotidianidad de San Pedro de Urabá (Antioquia) se rompió el pasado sábado, desde tempranas horas, cuando llegaron varios buses con labriegos del municipio. Otros arribaron desde Valencia (Córdoba).
“Muchos asistieron porque lo estimaban, porque estos delincuentes posan de benefactores y ayudan con mercados o dinero en efectivo”, dijo uno de los investigadores de la dirección de Inteligencia de la Policía. Pero otros asistieron “atendiendo la invitación obligada del ‘clan’ que advirtió que debían acompañar al ‘patrón’ y así demostrar su capacidad en la región”.
Oquendo fue enterrado en el mismo sector donde se encuentra su antecesor, Francisco José Morela, ‘Negro Sarley’ (muerto por la Policía en febrero del 2013).
“A ‘Sarley’ le hicieron un monumento póstumo, situación similar se espera para ‘Bigotes’; sus tumbas sobresalen por ser algo excéntricas. Es la forma de demostrar poder”, afirmó el investigador.
La muerte de Fernando Oquendo es la acción más contundente contra el ‘clan Úsuga’ desde que se lanzó la operación Agamenón, hace dos años, porque se le dio al centro del narcotráfico en la región del Urabá.
‘Bigotes’ delinquió por más de tres décadas al lado de los hermanos Juan de Dios (muerto) y Dairo Antonio Úsuga. De su paso por el Epl llegó a integrar el bloque Calima de las Auc y participó en la masacre del Naya, que en el 2001 cobró la vida de 200 personas.
En los Llanos, combatió junto a ‘Otoniel’ contra el grupo de ‘Martín Llanos’, una guerra que dejó más de 500 muertos.