El informe oficial sobre la realidad del narcotráfico en Colombia, entregado por el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) dice que la producción de cocaína en Colombia durante el 2017 promedió las 1.379 toneladas.
La cifra es la más alta en toda la historia y supera en más de 400 toneladas los cálculos de los Estados Unidos sobre la fabricación del alcaloide. Esto a pesar de que Simci dice que en Colombia había en el 2017 171.000 hectáreas de matas de coca, que son casi 40.000 menos que lo que dice Washington pero que representan un 17 por ciento más frente al reporte del 2016.
El potencial de producción de cocaína creció un 31 por ciento con respecto al 2016 y la diferencia de esta cifra con la de aumento de cultivos (17 por ciento) se explica porque los narcos han logrado tener cultivos de mayor productividad y sobre todo porque hay zonas del país donde las matas de coca tienen varios años sin haber sido atacadas por el Estado: son más altas y por lo tanto tienen más hojas que van a la producción de cocaína.
Esto a pesar de que, referencia el informe, en 2017 las incautaciones de cocaína aumentaron un 20 por ciento, se optimizó la intervención sobre los complejos de transformación, la erradicación forzosa casi se triplicó y se lograron los primeros acuerdos de erradicación voluntaria.
EL TIEMPO confirmó que en la región del Pacífico sur (Nariño y Cauca) hay más de 65.000 hectáreas sembradas, mientras que en la región de Catatumbo y el centro del país hay al menos 53.000. Casi en todos los enclaves cocaleros aumentaron los narcocultivos.
Por otro lado el documento revela un dato preocupante: el 34 por ciento de los cultivos están en zonas que para 2014 eran bosques, lo que daría cuenta de un deterioro ambiental por cuenta de la siembre de coca.
Además, el 5 por ciento de la coca está dentro de parques naturales y otro 27 por ciento está a menos de 20 kilómetros de un parque. De otro lado, el 10 por ciento de la coca está en resguardos indígenas y 15 por ciento en tierras de las comunidades negras.
Es por ello que para la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, encargada del informe, la coca sigue siendo una gran amenaza para la diversidad biológica y cultural de Colombia.
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El 64 por ciento del incremento se encuentra en los departamentos de Antioquia, Putumayo, Norte de Santander y Cauca.
Nariño con un 7 por ciento de incremento, sigue siendo el departamento más afectado por los cultivos de coca a pesar de que allí crecieron menos que en el resto del país.
Entre los municipios, Tumaco continúa siendo el de mayores cultivos, a pesar de que la coca se redujo en un 16 por ciento.
En cuanto a la reducción, Guaviare fue el departamento con más disminución, allí se reportaron 1.915 hectáreas menos que en 2016.
REDACCIONES PAZ Y JUSTICIA