Mientras que ‘Otoniel’, uno de los capos del narcotráfico más buscados del país, duerme en una hamaca en sitios distintos de inhóspitas zonas del Nudo de Paramillo para evadir a las autoridades, su hermano y hombre de confianza, Fernando Umbeiro Úsuga David, ‘Palillo’, llevaba una vida de lujos y excesos hasta hace una semana, cuando fue capturado por la Policía y la Fiscalía.
Según inteligencia de las autoridades, en medio de su permanente huida, el jefe del ‘Clan del Golfo’ –una de las bandas criminales que más cocaína produce y saca del país hacia Estados Unidos y Europa– suele tener incluso problemas para acceder a sus medicamentos contra la hipertensión.
‘Otoniel’, cuyo nombre es Dairo Antonio Úsuga, completa tres años huyendo de la operación Agamenón, diseñada para desarticular al ‘Clan del Golfo’ y que aunque ha logrado golpear a la mayor parte de su cúpula, no llega al cerebro de la organización ilegal.
Si bien los miembros de la Policía y del Ejército que llevan a cabo esa operación cuentan en entre sus logros más importantes la reducción de los hombres en armas de esa banda, de 5.000 en el 2015, a 1.600 hoy, después de tres años siguen esperando la caída de ‘Otoniel’.
El último capturado de su red criminal fue precisamente su hermano ‘Palillo’, quien era el encargado de manejar el dinero en efectivo del ‘Clan’.
El día de su captura en una finca en Necoclí (Antioquia), portaba un reloj Rolex avaluado en 25 millones de pesos, y tenía otras suntuosas joyas. La captura de ‘Palillo’ se sumó a la de su hermano ‘Chengo’ y ‘la Negra’, todos acusados de delitos conexos con narcotráfico.
Hasta hoy, en medio de las operaciones contra el ‘Clan del Golfo’ han sido capturados 2.768 de sus integrantes y han muerto en enfrentamientos con la Fuerza Pública 109, entre ellos jefes de primer nivel como ‘Gavilán’, ‘Inglaterra’ y ‘el Indio’.
Como consecuencia de estos golpes, la banda criminal perdió influencia en departamentos como Meta, Cauca y Norte de Santander. Hoy mantiene actividades en Córdoba, bajo Cauca antioqueño y Chocó.
En agosto de este año la Policía detuvo a Carlos Mario Tuberquia, alias ‘Nicolás’, segundo al mando del grupo y quien, según fuentes de la operación Agamenón, traicionó a ‘Otoniel’. Le habría hurtado al menos 7.000 millones de pesos en efectivo, lo que habría ahondado más la división dentro de la banda frente a la posibilidad de sometimiento de sus integrantes a la justicia.
Él era el encargado de adelantar los acercamientos con el Gobierno para un eventual sometimiento y hoy espera preso que avance el trámite de su extradición a los Estados Unidos en donde tiene cargos por narcotráfico.
El jefe del Clan del Golfo tiene circular roja de la Interpol (orden de captura internacional) y 111 órdenes de detención en Colombia. Según inteligencia, por la presión de la operación Agamenón, ‘Otoniel’ se alejó de los cascos urbanos y terminó viviendo en las selvas del Nudo de Paramillo, en medio de muchas dificultades, a pesar de que su organización obtiene millones de dólares cada mes por sus actividades de narcotráfico.
Se presume, según investigadores, que se mueve entre los sitios conocidos como Piedras Blancas, el río San Jorge y Tierra Alta (Córdoba).
Ocho hombres, dicen voceros de las autoridades, lo acompañan de manera permanente. Adicionalmente, estaría protegido por dos anillos de seguridad: uno que se ubica a un kilómetro del punto donde reposa, y que estaría integrado por cerca de 60 hombres, y otro ubicado a 5 kilómetros, compuesto por unas 100 personas. Pero el verdadero escudo de alias Otoniel serían pobladores de las zonas donde acampa y en cuyo silencio el jefe del ‘Clan del Golfo’ invertiría mucho dinero.
Alias Palillo, hermano mayor de los Úsuga, estaba encargado del pago de la nómina a campesinos y labriegos para que guardaran silencio ante el paso de ‘Otoniel’
“Alias Palillo, hermano mayor de los Úsuga, estaba encargado del pago de la nómina a campesinos y labriegos para que guardaran silencio ante el paso de ‘Otoniel’, le facilitan alojamiento y alimentos en caso de ser necesario e informen a tiempo si ven a algún uniformado o a un extraño”, asegura el director de la Policía Judicial (Dijín) y encargado de la operación Agamenón II, general Jorge Luis Vargas.
Los pagos por ese silencio estarían entre los 200.000 y 600.000 pesos mensuales a cada colaborador.
Vargas sostiene que en varias ocasiones ‘Otoniel’ ha estado a punto de ser capturado, pero que “la suerte a jugado a su favor”. A eso se suma que el jefe del Clan del Golfo dejó de usar celular y cualquier tipo de dispositivo electrónico que permita su ubicación, y se comunica con su gente solo a través de correos humanos.
Según el jefe de la Dijín, ‘Otoniel’, a diferencia de otros narcotraficantes, tiene un arraigo familiar en el Urabá antioqueño, al igual que sus principales lugartenientes, lo que dio paso a que el otrora grupo de desmovilizados de las autodefensas y de la guerrilla se convirtiera en el ‘Clan del Golfo’, una empresa criminal que reclutó a familiares del capo y gente de la región.
Uniformador afirman que el estado de salud del jefe del ‘Clan’ se complica cada día por una afección renal delicada que le estaría disparando la hipertensión, enfermedades que no ha podido tratar en medio de su permanente huida. Mientras ‘Otoniel’ huye por la selva, algunos de sus familiares viven en la opulencia. Tan solo su compañera sentimental, Blanca Madrid, goza del beneficio de casa por cárcel en un lujoso apartamento en Cali.
Sin avances está hoy la posibilidad de un eventual sometimiento a la justicia del ‘Clan Golfo’, encabezado por alias Otoniel, posibilidad que se había considerado hace año y medio.
Según ha dicho la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, está abierto el camino para el sometimiento individual. “Cualquier delincuente se puede someter a la justicia”, ha afirmado. Sin embargo, la Ministra también ha afirmado que el Gobierno espera un sometimiento colectivo porque es importante sacar a los delincuentes de la vida criminal, pero sin que eso signifique beneficios para ellos. “Esto es un sometimiento a la justicia y lo que se estaba tratando de instrumentalizar era el procedimiento judicial para poder procesar a tanta gente al mismo tiempo”, dijo en su momento Borrero.
La funcionario precisó que no se iban a buscar contactos. “El Gobierno va a desmantelar las bandas criminales. Si ellos se acercan están las puertas de la justicia abiertas para su sometimiento”.
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