“Ser lancero es un orgullo y para mí un sueño y una bendición de Dios”, aseguró Daniel Amaya Barbosa, de 25 años, quien ingresó hace siete años a la Escuela Militar José María Córdova. Es subteniente, pero en este momento es un ‘alumno más’, uno de los 55 hombres que hacen parte del curso 478 de la Escuela de Lanceros.
(Lea: Eln entrega prueba de supervivencia de soldado Yeison Martínez).
Los lanceros son calificados en las Fuerzas Militares como los soldados mejor preparados, ‘troperos’ y capacitados para actuar y enfrentar condiciones extremas. De hecho, son la base de las Fuerzas Especiales, unidades tácticas encargadas de ubicar, entre otros, a los llamados ‘objetivos de alto valor’, los criminales más peligrosos del país.
Amaya, cuya cara está mimetizada, pintada estratégicamente de negro, verde y café para camuflarse entre la naturaleza, se fijó como meta ingresar al curso convencido de su vocación de servicio a la “patria y a la sociedad”.
Este bogotano se crió en Fusagasuga, Cundinamarca, al lado de su mamá, María Ninfa Barbosa Arias, “a la que le debo todo”. Amaya señaló que, al contrario de lo que todos piensan de que por ser hijo único fue un niño consentido, “mi mamá fue muy estricta conmigo”. Con la voz quebrada y con orgullo, apuntó: “Me inculcó valores, principios para ser una persona de bien, para aportarle a la sociedad y eso fue lo que me llevó a la vida militar”.
(Le puede interesar: Capturan a 'La Mona', hermana del capo 'Martín Bala', por narcotráfico).
Amaya inició con sus compañeros de diferentes grados, pero en medio del entrenamiento quedan en un mismo nivel, el de alumnos en el curso de lanceros, que se divide en cuatro fases de entrenamiento: la primera se denomina de adaptación, que adelantaron en el Fuerte Militar de Tolemaida, donde está la escuela.
Allí, por 15 días recibieron las bases del entrenamiento que buscan que el futuro lancero, según explicó Ramón Raúl Royero García, comandante de la Escuela de Lanceros, “sea mentalmente fuerte, físicamente resistente y con una capacidad intelectual avanzada en el planeamiento, preparación y ejecución de las operaciones, la gran mayoría de veces en condiciones adversas”.
Se busca que el lancero sea mentalmente fuerte, físicamente resistente y con una capacidad intelectual avanzada en el planeamiento, preparación y ejecución de las operaciones
En esta primera etapa, dijo el oficial, se hace énfasis en el respeto de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario. “Respetar la vida de la contraparte, atenderla médicamente si la situación lo requiere”, señaló Royero, quien dijo que los alumnos reciben entrenamiento básico de primeros auxilios y en terreno siempre cuentan con el apoyo de un enfermero de combate.
La segunda fase de entrenamiento es la fundamentación táctica y de operaciones en llano, que reciben por 24 días en la base de Nilo, Cundinamarca, y se basa en el planeamiento y procedimientos de operaciones para desarrollar en áreas urbanas.
La tercera fase se denomina operaciones en alta montaña y se adelanta por una semana en el parque nacional del Sumapaz, en las goteras de Bogotá, donde los uniformados se enfrentan a temperaturas extremas, bajo cero, y en donde su entrenamiento se concentra en la supervivencia.
(Le puede interesar: El abuso sexual contra hombres en el conflicto armado, un secreto a voces).

Los alumnos reciben instrucción sobre métodos de sobrevivencia en condiciones extremas .
Néstor Gómez. EL TIEMPO
Un equipo de periodistas de EL TIEMPO estuvo acompañando a los integrantes del curso 478 en esta fase de capacitación, que se inició a las seis de la mañana con una caminata de 10 kilómetros, desde el Batallón de Instrucción, Entrenamiento y Reentrenamiento n.º 13, en Usme, hacia el páramo.
El alumno Amaya y sus compañeros iniciaron el camino con un morral a su espalda, en el que llevan insumos (que se reparten), una camiseta, una bolsa, algo de comida, la dotación de agua y elementos básicos como navajas y cuerdas. Además de portar su casco de protección y su arma de dotación, que de acuerdo con su posición puede ser un fusil, una ametralladora o un mortero y proveedores, en total cargan con unos 32 kilos de peso.
(Le puede interesar: Este es el prontuario de 'Matamba', narco que se fugó de La Picota).
Se inicia el ascenso, el frío se empieza a sentir con fuerza, un cóctel de sensaciones que aumenta con el paso y la neblina que metro a metro se va uniendo a la caminata.
Los aspirantes a lanceros van a paso de marcha, cantan y no paran ni para beber agua, pero ese fragor de llegar primeros se rompe cuando en medio del ascenso apareció entre la bruma un cachorro totalmente mojado por la humedad del páramo. De inmediato, el teniente Luis Carlos Jaimes Sanabria, uno de los alumnos, lo alzó y sobraron manos para buscar entre los morrales con qué secarlo.
“El perrito al parecer se perdió de alguna finca porque está muy bien cuidado”, dijo Jaimes, al señalar que es una hembra y que no debe tener más de dos meses. Ya seca y envuelta en parte del camuflado de Jaimes, la introduce, con mucho cuidado, en su morral para continuar la marcha.
(Le puede interesar: Ocupan bienes avaluados en $ 1.500 millones a red que enviaba droga a Chile).
Ya en el páramo, los hombres con sus morrales gastaron cerca de 90 minutos en cubrir los 10 kilómetros, no hay derecho al cansancio
Jaimes es antioqueño, prestó servicio militar y sobresalió a tal punto que lo impulsaron para ingresar a la Escuela Militar. Por su alto desempeño y nivel de inglés fue enviado a la escuela militar de Canadá, donde terminó sus estudios de oficial. Ya en Colombia, por ser primer puesto, lo escogieron para adelantar el curso de Ranger con el Ejército de Estados Unidos, de los más exigentes del mundo, y hoy aspira a graduarse como lancero del Ejército Nacional.
Ya en el páramo, los hombres con sus morrales gastaron cerca de 90 minutos en cubrir los 10 kilómetros, no hay derecho al cansancio ni a la fatiga, pese a que el esfuerzo se triplica porque se está ascendiendo a cerca de los 3.800 metros sobre el nivel del mar y respirar es más complejo.
Los uniformados llegan al punto de encuentro, clavan su banderín, ‘Curso de Lancero 478’, y se ubican alrededor de un mapa, en el piso, en medio de frailejones y una bruma que congela. Pero el esfuerzo valió la pena, la naturaleza que los rodea es un aliciente en el camino, “es una visual perfecta”, concluyen al unísono.
(Le puede interesar: Eln critica a CICR y dice que se invalidó 'para jugar un papel humanitario').
En el punto, el coronel Royero y los instructores les entregan una misión por desarrollar, bajo unos tres grados centígrados, para lo que se recrea un combate que dura aproximadamente una hora. La operación se concentra en el rescate de un grupo de secuestrados, los cuales deben salir ilesos y ser extraídos del área.
Es mediodía, el rescate culminó con éxito, es el momento de ingresar a una zona boscosa para recibir entrenamiento de sobrevivencia, los aspirantes a lanceros forman y reciben la orden de quitarse la camisa (quedan en camiseta), las botas y las medias.
“Sí, hace frío, pero ese es el objetivo de esta fase, que los alumnos aprendan a controlar sus debilidades y a potenciar sus fortalezas físicas y mentales, que ejecuten las tareas donde, a pesar de las inclemencias del clima y las condiciones extremas, entienden que para el lancero no existe la palabra imposible”, aseguró el coronel Royero.
(Le puede interesar: Cayeron 'Simanca' y otros 23 señalados integrantes del 'clan del Golfo').

Entrenamiento para Lanceros en el Sumapaz
Néstor Gómez. EL TIEMPO
Y ese es precisamente su lema: ‘Para el lancero no existe la palabra imposible’ y, paralelo a ello, en cada llamado a formar o en cada desplazamiento o actividad que inician lo hacen gritando o cantando: ‘Lealtad, valor y sacrificio’, los valores que los representan.
Y así, descalzos y gritando su lema, cada grupo de estudiantes se fue distribuyendo para recibir instrucción. Entre ellos está Jerson Zambrano Landazurri, de 30 años (sargento segundo), que lleva 13 años en el Ejército, institución a la que –dijo– ingresó por vocación, destacando con orgullo que varios de los integrantes de su familia son militares. Este bogotano se refiere a sus padres y a sus tres hermanos como su mayor tesoro y a su esposa como “el amor de mi vida, junto a un angelito con el que espero reunirme en el cielo”, dijo mientras se restregaba las manos por el frío.
(Le puede interesar: En Magdalena incautan casi 2 toneladas de droga que iban a enviar a Europa).
Zambrano recordó que su primer combate lo vivió hace unos siete años en el norte de Cauca. No niega que sintió miedo, por eso para él es muy importante este curso, porque hoy que tiene hombres a su mando, quiere ser un buen líder y compartir su aprendizaje y, en cierta forma, “darles las herramientas básicas para salvaguardar sus vidas en cada operación”.
Se concentra en la instrucción sobre orientación, con la cual hasta con una simple aguja aprenden a ubicar el norte; o en la elaboración de armas y trampas que será fundamental para garantizar la comida durante la misión; así como en hacer refugios, convirtiendo un árbol caído en un lugar seguro para protegerse de las inclemencias del tiempo y de los animales.
Los instructores los capacitan sobre la elaboración de fogones y cómo prender fuego con los elementos básicos que da la naturaleza, entre otros ejemplos “de las tareas que se llevan a cabo, donde los alumnos deben sobrevivir con limitaciones totales de tecnología y otros elementos, obligándolos a llevar su ingenio al máximo”, señaló el coronel Royero.
El comandante de la Escuela de Lanceros encuentra en su esposa y dos pequeñas hijas el motor de su vida y por ellas da lo mejor de sí en la instrucción de los lanceros, curso que vienen a tomar, por ser de los mejores en el mundo, uniformados de 22 países, no solo del continente, sino de China, España, Francia y Portugal.
(Le puede interesar: Cayó 'Márgaro', enlace de narcos con 'cartel de los Soles' de Venezuela).
Ahora, Royero y sus 55 estudiantes se desplazan al Amazonas, donde se desarrollará la cuarta fase de entrenamiento, una semana en selva, otra vez bajo extremas condiciones en la búsqueda de que sobrevivan en cada misión.
justicia@eltiempo.com
@JusticiaET
-El rol del guardián del Inpec detenido por la fuga de alias Matamba
-¿Qué ha pasado con los señalados socios de ‘Santrich’ extraditados?
-Los videos de la fuga de 'Matamba': le dejaron la reja abierta