Los rosados han sido por años la cenicienta del vino. Vistos y tratados como vinos menores, sin linaje, sin nada importante que decir. Vinos para el verano, para la piscina, y poco más. Varios mitos alimentaron esta mirada peyorativa durante años.
Pero esta historia está cambiando gracias a dos pesos pesados de la producción y el consumo de vinos: Francia y Estados Unidos. Dos países que en conjunto se beben hoy el 50 por ciento de los rosados del mundo.
Según cifras de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), el consumo mundial de rosados creció un 20 por ciento entre el 2002 (18,9 millones de hectolitros) y el 2014 (22,7 millones de hectolitros), y ya representan el 10 por ciento de todos los vinos tranquilos que se descorchan cada año en el planeta.
Francia ha jugado un papel fundamental en ello. Los galos no solo hacen el 30 por ciento de todo el rosé del mundo (7,6 millones de hectolitros en el 2014), sino que se beben el 36 por ciento de la producción global.
Y más impresionante aún: su consumo de rosados representa el 31 por ciento de todos los vinos tranquilos que ellos se toman. En otras palabras, de cada tres botellas de vino que se descorchan hoy en Francia (sin contar espumantes), una es de rosado.
Desde 1990, el consumo de rosados no para de crecer en Francia y hoy los consumen tres veces más que hace 25 años. Y la buena nueva es que los franceses ya no están solos en esta cruzada, pues se les está sumando, y con mucha fuerza, un aliado poderoso: Estados Unidos.
La superpotencia, primer consumidor de vino en el mundo (en cifras absolutas), ya es el segundo mayor bebedor de rosados, y el dato no es menor en un país donde 93 millones de personas toman vino, según Wine Intelligence.
Datos de Nielsen publicados por el diario USA Today muestran que las ventas de rosé en ese país subieron más de 17 por ciento entre el 2015 y el 2016, mientras que el incremento en valor fue de casi un 42 por ciento, lo que indica, subraya ese medio, que hay un giro hacia los rosé premium.
Un reporte reciente de Wine Intelligence titulado ‘El rosé florece en el mercado de Estados Unidos’ destaca este giro y explica que los estadounidenses están empezando a distinguir entre los rosados secos y los rosados dulces tipo ‘blush’ que durante años tomaron, decantándose cada vez más por los primeros.
“Muchos analistas de la industria y minoristas –dice el informe– han observado un crecimiento de los vinos rosados secos premium importados (liderados por los vinos de Provence, sur de Francia, con un precio de 12 dólares o más por botella) y la caída de las ventas de vinos rosados baratos y dulces”.
De la AOP Provence proviene el 40 por ciento de toda la producción de rosados franceses. Y en solo 10 años, sus exportaciones crecieron un 287 por ciento, pasando de 8 millones de botellas en el 2005 a 31 millones en el 2015, indica Vins de Provence.
Estados Unidos es hoy el principal mercado de esos vinos, con 11 millones de botellas importadas en el 2015, el 36,5 por ciento de todos los vinos exportados por la AOP Provence.
Las importaciones de rosados franceses a EE. UU. crecieron casi 60 por entre 2014 y 2015. Detrás de Estados Unidos vienen Bélgica, con tres millones de botellas, y el Reino Unido, con 2,5 millones
El diario británico The Guardian reportó que este verano hubo una fiebre de rosados en el Reino Unido, muy jalonada por un coctel a base de rosé congelado llamado ‘Frosé’, pero también por el movimiento en redes sociales ‘Brosé’, donde hombres de todas las edades se jactan de no tener miedo de “beber rosa”.
Un movimiento que también ha pegado fuerte en Estados Unidos. Y si bien los grandes beneficiados son los rosados ingleses (Marks & Spencer registró un aumento del 100 por ciento en sus ventas, básicamente por el ‘Frosé’), toda la categoría va al alza. Ben Cahill, comprador de vinos en Co-Up Food, dijo a The Guardian:“Las ventas de rosados franceses están alcanzando un máximo histórico gracias a la creciente popularidad de ese estilo de color más claro.
Los consumidores están más dispuestos a los vinos más premium de la Provenza”. Y también hay un auge de los rosados españoles.
Su carácter más descomplicado, fresco, juvenil, así como su enorme versatilidad a la hora de comer, estarían empujando con fuerza al rosé, opinan expertos. Y esto estaría ocurriendo muy de la mano de los Millennials, que en Estados Unidos ya son el segmento poblacional con mayor número de consumidores de vino.
Pero hay más: el factor estacional, que siempre ha restringido al rosé a la primavera-verano, se estaría quebrando por fin. Doug Bell, jefe de cerveza y vino de la cadena estadounidense Whole Foods, dijo al diario USA Today: “Las ventas de Rosé para nosotros son tan importantes que ya no lo consideramos una categoría estacional, ahora es una categoría de 12 meses y es la subcategoría de vino que más crece para nosotros en este momento”.

Solo cuatro países producen el 80 por ciento del rosé que se hace en el mundo.
El panorama en Colombia
La venta de rosados en Colombia vivió un boom importante hace unos cinco años. Para el Grupo Éxito representa alrededor del 8 por ciento de sus ventas en vinos, lo cual, destaca Luis Fernando Emanuel Calle, gerente de la categoría en ese grupo, “no deja de ser significativo, por el precio medio de los rosados frente a otros vinos”.
Algunos importadores afirman que el rosé no termina de despegar, pero tanto por las tendencias globales como por el clima que caracteriza a la mayor parte de Colombia, eso debería suceder más temprano que tarde.
Escrito por Víctor Manuel Vargas Silva
Editor de Domingo de EL TIEMPO