Detrás de ‘Kana’ y ‘Sachi’ se esconde una historia terrorífica. La una es liviana, de patas largas, ágil, pero con las marcas visibles de lo que ha vivido en sus aproximadamente 8 años de vida. Es una 'criolla' color negro. La otra, una french poodle blanca de 5 años, es juguetona, consentida y un poco más hiperactiva.
Ambas fueron encontradas el pasado mes de abril en una casa en el barrio Las Cruces junto al cuerpo de su dueño. El cadáver había permanecido en el lugar durante unos 15 días con un grupo de perros que le pertenecían y que durante este tiempo se alimentaron de los restos en descomposición.
“Los vecinos denunciaron por el olor. De 10 perritos que se encontraron, cuatro estaban en muy mal estado”, cuenta Laura Gordillo, voluntaria del centro de Zoonosis a donde fueron a parar este grupo de animales. El caso de ‘Kana’ y ‘Sachi’ era urgente. Enfermas, con problemas de piel y estómago, deprimidas, asustadas. Allí tenían los días contados. Iban para eutanasia.

Las mascotas permanecieron varios días en Zoonosis a la espera de un hogar. Crédito: Archivo particular
Pero algo repentino ocurrió. Laura, junto con otros voluntarios, siguieron al tanto de su situación y dos semanas después una familia puso los ojos en ellas. Pronto llegaron al hogar de Stella Forero, quien andaba en busca de una compañía para ‘Kichi’, su labradora de 3 años. Junto con su esposo decidieron embarcarse en la responsabilidad de tenerlas a ambas. “Nos decían que eran inseparables y ambas habían sufrido la pérdida del lugar de donde estaban, así que las adoptamos”, cuenta. Pero el camino que les esperaba no era fácil.
“Creemos que ‘Kana’ pasó mucho tiempo en la calle antes de estar con el señor que las tenía. Le tenía miedo al collar y a la calle, al principio tocaba sacarla casi obligada y cuando estábamos caminando andaba con la colita hacia abajo”, cuenta Forero.
“No dormía porque estaba en constante búsqueda de comida por la noche y cualquier recipiente que encontraba en la cocina lo botaba al piso”, agrega.
Por su parte, ‘Sachi’ lucía miedosa y cansada. “El primer mes permaneció dormida y acostada todo el tiempo. Las vi asustadas, creo que tuvieron muchos cambios en muy poco tiempo”, dice Forero.
Hoy, cinco meses después, el proceso de recuperación continúa, sin embargo, algunos aspectos en su vida ya son notorios. ‘Kana’ se dio cuenta de que no tiene necesidad de ir a buscar comida y ya duerme profundamente por la noche. ‘Sachi’ es más activa, dejó a un lado la tristeza y ahora ladra, corre, salta y juega.

Foto: Héctor Fabio Zamora / EL TIEMPO
Aún hay cosas por hacer, deben subir más de peso, continúan con tratamiento para la piel y siguen en la lucha contra algunos temores que las aquejan: ‘Kana’ aún le tiene miedo a las escobas y a los baldes con agua. Pero han adquirido hábitos, han cambiado de ánimo y hoy son dos perras felices.
Dos de los otros perros que fueron encontrados con ellas fueron sacrificados. Los demás quedaron en Zoonosis a la espera de una adopción. En lo que va de 2016, han ingresado 883 animales a este centro. En el 2015, la cifra fue de 2.072, de los cuales 1.075 fueron adoptados.
La Fundación Grandpaws, que ha manejado casos de maltrato y abandono, tiene a su cargo más de 100 perros que están listos para adoptar. Si está interesado o quiere ayudar escriba a grandpaws.co@gmail.com
Ana María Velásquez Durándurana@eltiempo.com
En Twitter: @Anamariavd19
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