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Las exposiciones de artesanías se mudaron al mundo del internet

Los artesanos trabajan desde sus casas para ofrecer sus obras por internet.

Los artesanos trabajan desde sus casas para ofrecer sus obras por internet.

Foto:Cortesía Artesanías de Colombia

A pesar de la pandemia, los artesanos encontraron la forma de seguir trabajando desde casa.

Ana María Fríes, la gerente general de Artesanías de Colombia, insiste en que el mensaje con el que quiere que se queden las personas durante la crisis que ha causado el coronavirus en el sector artesanal es que “ayudar a un artesano es ayudar a una familia y preservar su cultura”.
Esta entidad, que existe desde 1964 y que apoya a 16.000 artesanos por año, se quedó casi estancada cuando, con la llegada de la pandemia, se comenzaron a cancelar los eventos masivos.
Y es que, más allá de sus talleres y programas con las personas de las comunidades, su labor principal es la de organizar exposiciones y ferias para que los trabajadores de todo el país vendan sus obras.
Naturalmente, los más afectados fueron los artesanos, que viven de vender lo que hacen con sus manos y, de repente, tuvieron que recluirse en sus casas para cuidar su salud.
“Lo primero que hicimos para reaccionar a la situación –explica Fríes– fue adelantar una campaña interna, dentro de la organización, para identificar las necesidades básicas de los artesanos. Consultamos a 2.200 líderes de organizaciones y nos dimos cuenta de que más del 90 por ciento de los trabajadores estaban pasando por situaciones apremiantes”, asegura la gerente.
La organización identificó que, antes de preparar una estrategia de comercialización digital, tenía que responder a los problemas más inmediatos de los artesanos, pues había personas que ni siquiera tenían qué comer.
La primera medida fue Invertir 100 millones de pesos en comprarles la mercancía a los artesanos. Y, como la organización no podía comercializarla en un lugar físico, dio el siguiente paso para reorganizar la forma en la que los compradores pudieran llegar a ella.
Fríes acepta que “de alguna forma, esta pandemia también nos abrió una oportunidad, que fue la de expandirnos más que nunca en el mundo de internet”.
La estrategia digital que se asumió en seguida está organizada en cinco iniciativas: las donaciones abiertas para las comunidades, la digitalización del catálogo de artesanías, la conversión a la virtualidad de los talleres y capacitaciones para los trabajadores, la creación de una tienda virtual en Instagram y la creación de un directorio de artesanos. Todo esto se encuentra en la página web de Artesanías de Colombia, que es www.artesaniasdecolombia.com.co

La vida nos dio un alto para enseñarnos qué es lo realmente importante. Y si tenemos la posibilidad de seguir vendiendo nuestras artesanías desde casa, no tenemos nada de qué quejarnos.

Esta última iniciativa, según Fríes, fue la más compleja de llevar a cabo, pero también la más importante. “Nosotros solamente queremos ofrecer nuestros recursos y nuestro conocimiento para conectar a los artesanos con los compradores. Una forma es vendiendo sus obras, pero lo que nos parece más fundamental es que las personas puedan ubicar al trabajador que quieran y que le hagan encargos directos”, expone.
También insiste en que “si bien una artesanía no cumple la misma función de un tapabocas, comprarla sí significa ayudar a una familia”.
Adeinis Boscan González es una de las artesanas que se ha visto beneficiada por esta estrategia digital. Es una docente de la comunidad wayú que vive en el kilómetro 64 entre Maicao y Rioacha, en el departamento de La Guajira, y hace parte de la comunidad artesanal La Estrella.
A Boscan no le cuesta trabajo ver el lado positivo de la situación: “La rutina diaria antes de la pandemia nos tenía corriendo, nuestra vida era muy movida y eso nos estaba representando un desgaste espiritual que ni siquiera estábamos notando. La vida nos dio un alto para enseñarnos qué es lo realmente importante. Y si tenemos la posibilidad de seguir vendiendo nuestras artesanías desde casa, no tenemos nada de qué quejarnos”, concluye.
-MATEO ARIAS ORTIZ
EL TIEMPO
Redacción Domingo
En redes: @mateoariasortiz.
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