Los pobladores que habitan ese conjunto orográfico tienen dos principales responsabilidades, ser los vigías de los bogotanos y los protectores de la montaña.
De la población habitante en los cerros, que se estima es de 91 mil personas, 19 mil corresponden a la localidad San Cristóbal, al sur de la capital, y de esos unos cuantos asumen esas responsabilidades con ahínco.
Uno de ellos es Héctor Álvarez, quien ha vivido desde siempre en el barrio Manantial, de esa localidad. Él guía el camino con paso firme, un paso de orgullo. Para llegar hasta esa zona de la ciudad, toca subir a pie y se sabe que se está llegando cuando las casas se mezclan con eucaliptos.
Aunque por mucho tiempo los barrios que componen la UPZ 32 San Blas: Manantial, Triángulo Alto y Triángulo Bajo fueron considerados de invasión, el Consejo de Estado determinó que quienes viven allí desde hace más de diez años son habitantes de la zona, sin embargo, por más que esta comunidad habite en cierta medida de manera amigable con el entorno, construir en los cerros puede implicar un riesgo geológico y tiene un impacto medioambiental.
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