Tras los resultados de la elección del pasado domingo en primera vuelta, Gustavo Petro, candidato presidencial de Colombia Humana, comenzó a hacer giros en su programa de gobierno.
El primero fue el anuncio esta semana de que ya no convocará una Constituyente. El pasado 18 de febrero Petro había publicado un trino que decía: “Propongo que una constituyente territorializada y pluralista haga las reformas que no hizo la constitución del 91: la del territorio, la reforma a la salud, la educación, la justicia, la política y el tránsito hacia una economía productiva”.
Algunos de sus críticos recordaron que Hugo Chávez hizo esa misma propuesta en Venezuela, con lo que comenzó a manipular la estructura del Estado a su favor.
En entrevista con Semana, en noviembre pasado, Petro dijo también que su primer acto de gobierno sería “convocar un referendo ciudadano con una sola pregunta: “¿Quiere usted convocar una Asamblea constituyente?”.
Durante mucho tiempo esta fue una propuesta persistente de Petro, pero en entrevista con W Radio el pasado martes, el candidato dijo que ya no la convocará, pues “el 11 de marzo en el Congreso ya no quedó elegida como mayoría la fuerza de las maquinarias”.
De hecho, una de las condiciones que la Alianza Verde examina en caso de que decida apoyar a Petro, es que “no lleve al país por el abismo de una constituyente y que respete la institucionalidad”.
Petro, exguerrillero del M-19 y exintegrante del Polo, también dijo que no haría un gobierno de izquierda o de corte socialista, en caso de ser elegido. Lo mismo dijo Chávez.
El candidato de Colombia Humana dijo, ahora, que su propósito “es el desarrollo de un capitalismo democrático”.
En ese sentido, habló de las expropiaciones, otro de los temas que asusta a los opositores de Petro, y su postura también se ha suavizado. El 27 de abril de 2018, durante un evento en Yumbo (Valle), el candidato dijo: “Bonito sería el gesto que decidiera que se le entregue Incauca al Estado para que el Estado empiece a entregarla al pequeño y mediano productor agrario”. Esto fue considerado como una amenaza velada de expropiación.
“Cuando alguien obliga a otro a “vender” sus tierras, se le llama mafiososo, ‘para’ o narcoterrorista. Cuando el que obliga a vender es el gobierno, eso se llama expropiación señor Petro”, le respondió Marta Lucía Ramírez.
Aunque una de sus acciones más recordadas como alcalde fue su decisión de estatizar el servicio de recolección de basuras, para lo cual creó una nueva empresa pública, ahora Petro asegura que sus opositores han armado “una cadena de engaños” sobre su inclinación a la estatización.
Para Claudia Dangond, académica de la Universidad Javeriana, la manera en que Petro se está “acercando” al centro es “modificar algunas de las posiciones que, además, han generado mucho temor en la población. Una de esas es la Constituyente, porque la gente piensa que eso sirve para perpetuarse en el poder”.
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