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Presidenciales

Abstención del 46 %: la más baja desde el fin del Frente Nacional

3. Valle del Cauca: registró una abstención en las votaciones al senado del 61,55% y a la cámara del 61,67%.

3. Valle del Cauca: registró una abstención en las votaciones al senado del 61,55% y a la cámara del 61,67%.

Foto:Santiago Saldarriaga / Archivo EL TIEMPO

Desde 1974 no había una participación tan nutrida en una elección presidencial.

Uno de los hechos históricos de la jornada de este domingo fue la caída de la abstención, que se situó en 46,62 por ciento, según la información recogida por la Registraduría Nacional del Estado Civil en las 97.663 mesas. Colombia no vivía una elección presidencial con tanta participación ciudadana desde 1974, cuando el liberal Alfonso López Michelsen ganó unos comicios marcados por una abstención inferior al 40 por ciento.
La comparación es muy significativa si se tiene en cuenta que la de 1974 fue la votación que le puso punto final al Frente Nacional; en otras palabras, la primera votación realmente abierta en 16 años, lo que generó una gran motivación para salir a sufragar. Cabe recordar que entonces solo había una vuelta, pero esta circunstancia hace que lo de este año sea aún más significativo, pues en la segunda vuelta la abstención suele ser más baja que en la primera.
La de este domingo fue también la primera elección presidencial con más de 16 millones de votantes (superó los 19,6 millones). Hace cuatro años, Juan Manuel Santos se impuso en una segunda vuelta en la que hubo más de 15,8 millones de sufragios, tras haber sido derrotado por Óscar Iván Zuluaga en la primera vuelta, en la que participaron más de 13,2 millones de personas.
Este año, el número de ciudadanos en las urnas aumentó un 48 por ciento en relación con la primera vuelta del 2014 y un 24 por ciento frente a la segunda.
Desde la promulgación de la Constitución de 1991, las presidenciales habían sido las segundas elecciones con el promedio de participación más bajo (44,3 % hasta las del 2014), solo superadas por las legislativas (41 %), de acuerdo con los análisis de la Misión de Observación Electoral (MOE).
¿Qué hay detrás de este auge en la participación? “Sin duda, la polarización fue clave, porque la gente se reconoció a favor o en contra de algún candidato. Esa es la razón principal”, opina Yann Basset, director del Observatorio de Procesos Electorales de la Universidad del Rosario. En este factor coincide Jairo Libreros, profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad Externado de Colombia. “La polarización de la sociedad encontró una forma de expresión al tener aspirantes claros en los extremos políticos. La irrupción de Petro como un candidato fuerte de izquierda llevó a la gente a votar con mucha más claridad, especialmente los jóvenes y la clase media, que movieron cifras importantes en las principales ciudades”, afirma. Y lanza un vaticinio provocador: “No creo que la diferencia entre los dos candidatos ganadores vaya a ser de más de cuatro puntos en la segunda vuelta”.

Sin duda, la polarización fue clave, porque la gente se reconoció a favor o en contra de algún candidato. Esa es la razón principal

Libreros también le da importancia a la salida de la Farc de esta contienda. “La izquierda se quitó de encima el fantasma de la guerrilla, que le restaba. Eso hizo más atractivo el debate electoral, sobre todo para los jóvenes hasta los 26 años”, argumenta.
Para Basset, otra razón que explica la alta participación es que esta vez había un juego democrático más abierto. “Había cuatro candidatos con opciones, cinco con De la Calle, aunque fue perdiendo con el tiempo”, destaca. De hecho, entre el segundo y el tercer candidato más votado hubo menos de un punto y medio porcentual, mientras que hace cuatro años la diferencia fue de más de diez puntos.
El historiador y escritor Enrique Serrano, autor del libro ¿Por qué fracasa Colombia?, cree que buena parte de la explicación puede estar en las redes sociales: “El hecho de que más gente sepa qué van a votar los demás ha implicado un alza del voto de opinión. Un grupo relativamente importante de gente que antes no votaba ahora ejerce su derecho a tener una opinión política o son arrastrados a tenerla. Todo esto está basado en el principio de individuación: hacerse individuo y distinguirse del resto desde una posición política propia”.

Promotores del voto en blanco, otros derrotados

Con apenas 60.312 votos (0,31 % del total), los promotores del voto en blanco fueron otros de los perdedores en la jornada del domingo.
A diferencia de la primera vuelta presidencial del 2014, el voto en blanco tuvo en esta ocasión dos casillas en el tarjetón. Junto a la opción tradicional, los electores encontraron una nueva casilla que pertenecía a los promotores del voto en blanco, impulsado por el Partido de Reivindicación Étnica (PRE).
Esta opción estaba liderada por el abogado Gustavo Adolfo Prado y el exsoldado discapacitado Wilson Rentería, quienes debían obtener un 4 % del total de votos para tener derecho al dinero de la reposición de votos que el Consejo Nacional Electoral (CNE) fijó en 5.625 pesos por sufragio. Pero no alcanzaron ni el 1 %.
Incluso, la casilla tradicional para el voto en blanco apenas alcanzó los 341.087 votos (1,76 % del total), cuando hace cuatro años llegó a 770.610 sufragios (5,99 %).
Diana Rodríguez, del centro de estudios De Justicia, atribuye estos resultados del voto en blanco a las opciones que tenía el elector y a cierta madurez política.
“Creo que se debió más a la cantidad de candidatos del espectro político que tenía el tarjetón. Además, creo que quiere decir que ya existe cierta madurez democrática y que los colombianos ya nos tomamos en serio el trabajo de analizar por quién votar”, dijo Rodríguez.
REDACCIÓN DOMINGO
redacciondomingo@eltiempo.com
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