El 23 de febrero de 2002, la entonces candidata presidencial del partido Verde Oxígeno, Ingrid Betancourt, partió hacia San Vicente del Caguán (Caquetá) con el fin de hacer presencia en la zona y acompañar a la gente de ese territorio ante la inminente ruptura del acuerdo de paz entre la administración de Andrés Pastrana y la guerrilla de las Farc. A punto de arribar, fue secuestrada.
Este miércoles, exactamente 20 años después de aquel día de su secuestro, la ahora candidata presidencial volvió a recorrer el lugar para “finalizar lo que no pude” y “liberar a los colombianos del secuestro de la corrupción”.
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Betancourt recorrió los mismos pasos que la llevaron al cautiverio que se extendió durante seis años, cuatro meses y nueve días. Llegó al aeropuerto Gustavo Artunduaga Paredes (Florencia) muy temprano en la mañana. Vio que todo el lugar ha cambiado, con excepción de la pista en donde aterrizó a la capital del Caquetá hace 20 años.
Aunque cuenta que durante todo el recorrido se sintió muy segura -al estar acompañada por un gran esquema de seguridad y varios agentes de la Fuerza Pública-, no niega que antes de montarse al avión sintió “estrés”, “angustia” y “una sensación de déjà vu, de haber vivido esto ya”.
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La guerrilla dejó muerte y devastación. Son más de 9 millones de víctimas de la violencia y 51 millones de víctimas de la corrupción. En mi gobierno vamos a compensar a todos los colombianos. Vamos a liberarnos de los corruptos.
— Ingrid Betancourt (@IBetancourtCol) February 24, 2022
Así se lo dijo a EL TIEMPO desde el municipio La Montañita, a 15 minutos del lugar en donde varios guerrilleros detuvieron la camioneta en la que se movilizaba en 2002 y se la llevaron.
A pesar de esto, mientras hacía el recorrido, esa sensación comenzó a desvanecerse y la hoy aspirante sintió una “necesidad de la verdad para que los colombianos supieran todo lo que nos había sucedido”.
Y, finalmente, poder sentir “gratitud”, por haber logrado llegar a esa carretera, al punto en donde la secuestraron “con el apoyo de mi Policía y mi Ejército, comprometido, en un momento difícil porque estamos con las amenazas del Eln”; así como “empoderamiento”, al “haber logrado llegar hasta acá a decirles ‘no nos vamos a dejar secuestrar, no les tenemos miedo, vamos a liberar a Colombia”.
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cédulas. En un libro parecido como el de la foto👆🏽.
— Ingrid Betancourt (@IBetancourtCol) February 24, 2022
Lo que nadie se imaginaba era que estábamos a 40 minutos del retén guerrillero que produjo nuestro secuestro.
Betancourt tenía otro objetivo claro al visitar nuevamente la zona: demostrar que su secuestro fue facilitado y que jamás le indicaron que no se podía movilizar con su equipo de trabajo.
“Quise hacer el recuento de esta historia, la secuencia de eventos, hablar con las personas que estuvieron presentes. Darnos cuenta que mi secuestro fue facilitado. A mí también me secuestró ese sistema de corrupción que yo había denunciado. Y después cambiaron la narrativa y le explican al país que yo fui culpable de mi secuestro”, dijo.
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Gracias. Ha sido un día muy importante para mí y para Colombia. Todos merecemos ser liberados. Todos merecemos ser compensados. https://t.co/FETTJbCHFR
— Ingrid Betancourt (@IBetancourtCol) February 23, 2022
Contó que en su nuevo recorrido obtuvo “respuestas” y habló con personas que estuvieron con ella en el momento de su secuestro, las cuales “me dieron pedazos de información que para mí fueron reveladores”.
Entre estos, que “la intención de Andrés Pastrana era no dejarme llegar a San Vicente para que él no tuviera la sombra de una oposición en el momento en que iba a cobrar victoria por haber recuperado la zona”.
Cuenta que se enteró que antes de emprender su viaje hace 20 años le quitaron sus escoltas y la hicieron demorar tres horas en el aeropuerto. “Ese gobierno me quitó mi esquema de seguridad, siendo yo candidata a la Presidencia”, dice.
“Hoy me encuentro en una situación completamente contraria. Hay un paro armado, la situación es peligrosa, ahora sí me lo dicen: ‘tenemos que tener mucha prudencia, (pero en ese entonces) me mandaron con mentiras, diciéndome que la carretera estaba segura, que los militares estaban por todos lados. Los cálculos que ellos tenían para que yo no llegara, le dieron espacio y tiempo a la guerrilla. Ellos tenían informantes en el aeropuerto”, concluyó.
Luego se marchó con un nuevo aprendizaje: “Hice catarsis, limpié la memoria”, dijo. Ahora, continuará su carrera a la presidencia.
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Allí iba mirando la carretera redescubriendo todo bajo el prisma de mi memoria.
— Ingrid Betancourt (@IBetancourtCol) February 23, 2022
Todos merecen ser liberados. Todos merecen ser compensados.
LAURA CAMILA VARGAS
POLÍTICA