Aunque los precios de la vivienda nueva en Bogotá siguen aumentando, el encarecimiento se redujo a la mitad en los últimos cinco años: de un promedio de cuatro veces la inflación en el 2012 se pasó a dos en el primer trimestre de este año.
Para Luis Aurelio Díaz, gerente del Oikos, uno de los grupos constructores más grandes del país, estas cifras del Dane están en línea con un proceso de corrección del mercado –atado a la realidad macroeconómica del país– que está mejorando la situación para los compradores.
El último informe de la Lonja de Propiedad Raíz de Bogotá dio cuenta de un alza promedio de 5,5 por ciento en el precio del suelo en el 2016, mientras que, según el Dane, la vivienda nueva se encareció 10,3 por ciento en el mismo periodo.
Los vecindarios cuyos suelos presentaron la mayor valorización son Nicolás de Federmán, en el occidente, con 11,98 por ciento; Venecia Residencial, en el sur (11,76); y La Alhambra (11,45) y Villa del Prado, ambos en el norte (11,25 por ciento).
Según los datos de la Lonja, la tierra con los precios más altos sigue concentrada en el norte: La Cabrera, con un promedio de 11,5 millones de pesos el metro cuadrado; El Nogal y El Retiro, con 11 millones, y El Chicó y Rosales, con 10 y 9 millones.
“Dependiendo de variables como la ubicación y el avalúo, el costo del metro construido (el que se ofrece a la gente en las salas de venta) puede estar entre 10 y 20 por ciento por encima de esos promedios”, aclara el gerente de la inmobiliaria Avacol, Manuel Alfonso Carrillo.
El mayor crecimiento de la oferta de vivienda nueva está en los desarrollos con precios de entre $ 150 millones y $ 250 millones, que se incrementaron 35 por ciento entre enero y agosto en comparación con el mismo periodo del año pasado, según la firma de investigación Galería Inmobiliaria.
La cantidad de proyectos con precios entre 60 y 85 millones de pesos aumentó 33 por ciento frente al magro 2 por ciento de los inmuebles en el rango de 85-100 millones de pesos. En contraste, la oferta de viviendas entre los 250 y los 320 millones se contrajo 6 por ciento. El sector edificador está apuntando sus esfuerzos hacia las viviendas de interés social (de menos de 100 millones de pesos) y las de estrato medio.
Los constructores consultados para este artículo coinciden en que la clase media ha mejorado notablemente su poder adquisitivo y está cada vez más dispuesta a invertir en buenos productos, incluidos los inmuebles. Esto, unido al subsidio gubernamental a la tasa de interés (2,5 puntos porcentuales) para los créditos destinados a comprar vivienda de entre 100 y 321 millones de pesos, hace que las esperanzas del sector estén puestas en este segmento.
Con todo, se mantiene el déficit habitacional de la ciudad, calculado por Camacol en 87.000 unidades. Al respecto, el exviceministro de Vivienda Julio Miguel Silva, director de la consultora Economía Urbana, advierte que aún persiste una enorme diferencia entre la formación de hogares (alrededor de 60.000 al año) y las viviendas iniciadas (cerca de 40.000). “Por eso, la demanda de vivienda de Bogotá debe suplirse de manera importante en los municipios de la Sabana”, concluye el analista.
La Lonja de Propiedad Raíz de Bogotá habla de un precio promedio máximo de 11,5 millones de pesos para el metro cuadrado de tierra (en La Cabrera), pero no pocas personas advierten sobre una supuesta burbuja inmobiliaria, pues hay propiedades que se están vendiendo a cerca de 19 millones el metro cuadrado.
La presidenta de Camacol, Sandra Forero, ha advertido que se trata de un mercado pequeño, que ni siquiera llega al 1 por ciento de participación en el total. Andrés Arango, socio fundador de la constructora Urbanum, coincide y agrega que, al tratarse de un bien escaso, integrarlo a las cuentas macro desvirtúa los balances. “Se trata de proyectos en ubicaciones excepcionales, muy especializados, que son demandados por compradores con ingresos altos que no tienen problema en invertir”, dice.
Según el Censo Inmobiliario de Catastro Distrital para la vigencia 2016-2017, las localidades con más área construida fueron Suba, La Candelaria y Usme. En Chapinero se espera que varias demoliciones en curso se traducirán en mayores áreas.
GABRIEL E. FLÓREZ G.
Subeditor - EL TIEMPO@GabrielFlorezG
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