Un total de 98.448 toneladas de arroz blanco (listo para el consumo) entrarán este año Colombia como resultado de las subastas que dan el derecho a importar, con cero arancel, desde Estados Unidos.
El anuncio lo hizo Col–Rice, empresa colomboestadounidense que administra el contingente de arroz aprobado en el Tratado de Libre Comercio (TLC).
Para el primer lote (de 68.940 toneladas), las ofertas deberán presentarse el próximo lunes; para el segundo, el primero de junio; y el tercero, el 12 de octubre.
Ahora, lo que se subasta son los certificados (llamados TRQ) o los derechos a importar, cuyo precio base –por tonelada– se define para cada una de las subastas. Para la primera de este año, el precio mínimo de oferta es de 30 dólares por tonelada.
El mecanismo también contempla presentar una garantía de seriedad por 50.000 dólares o el valor total de la oferta, lo que sea menor. Estas pueden ser cheque de transferencia bancaria o una carta de crédito.
Por otra parte, el dinero o la garantía se devuelve a quien no gane la subasta, y en caso contrario, se abona a la compra que se quiera enviar. Un oferente puede comprar todo o parte del contingente.
Como en toda subasta, esta la ganará quien ofrezca más, aunque no se hará por el tradicional sistema de martillo; simplemente, se entregarán las ofertas y luego se notificará a quienes ganen los certificados.
Las ofertas deben hacerse a través de una empresa estadounidense y si una compañía colombiana quiere hacerlo, debe proceder por medio de una que la represente en ese país.
Las importaciones desde Estados Unidos, en el marco del Tratado de Libre Comercio (TLC), son administradas por una empresa comercial de exportación (ETC) llamada Colombia Rice Export Quota (Col–Rice).
El día de una subasta, esta empresa acepta las ofertas que especifican la cantidad de derechos de cuota y el precio por tonelada, y asigna el contingente a los oferentes que presenten el precio más alto.
Los certificados TRQ expedidos estarán vigentes hasta el 30 de junio, plazo límite para la llegada de los embarques a Colombia.
Por su parte, las utilidades netas que deja el negocio se reparten por partes iguales entre los inversionistas colombianos y estadounidenses, accionistas de Col–Rice.
Este es el quinto año de operaciones de Col–Rice, cuyas actividades de importación de arroz le han dejado a la contraparte colombiana más de 135.000 millones de pesos.
Los recursos son administrados por la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz) como una cuenta aparte, y tienen destinación específica, avalada por el Ministerio de Agricultura.
Los dineros se han invertido en la puesta en marcha del Programa de Adopción Masiva de Tecnología (Amtec) y en la construcción de infraestructura de procesamiento del cereal, de la cual los cultivadores son quienes se benefician.
A esa bolsa de recursos también entran los provenientes de la cuota parafiscal que pagan los arroceros colombianos.
Como resultado de las inversiones en competitividad, por ejemplo, informó Fedearroz, los rendimientos en los cultivos de arroz han aumentado entre una y dos toneladas por hectárea, con una disminución del 34 por ciento en los costos de producción con respecto a lotes tradicionales.
JUAN CARLOS DOMÍNGUEZ
Redacción de ECONOMÍA Y NEGOCIOS