El sector de la construcción tiene un gran potencial para contribuir al desarrollo de la economía a través de la creatividad en la generación de espacios dinámicos que optimicen la vida de las personas en las ciudades, Así lo asegura Richard Florida, experto estadounidense en geografía y crecimiento económico. El autor de libros como 'La clase creativa' estuvo en el congreso de Camacol, y dialogó con EL TIEMPO.
¿De qué manera relaciona la clase creativa (grupo social de profesionales como arquitectos, diseñadores, etc.) que menciona en sus libros, con el sector constructor, y, en general, con la arquitectura y el desarrollo urbano?
Una economía creativa exitosa no puede ser pensada sin un nivel decente de infraestructura y vivienda. Para cualquier persona es muy difícil empezar una compañía de tecnología o un restaurante, por ejemplo, cuando viven en hogares por debajo de los estándares con deficiencias de energía, agua o transporte. El sector constructor es esencial para crear espacios físicos y condiciones para que el desarrollo económico pueda darse. Colombia se está urbanizando rápidamente y la demanda por vivienda nueva en las grandes ciudades crecerá tremendamente. El país debería continuar y expandir sus esfuerzos en combatir la informalidad de vivienda para que más gente tenga acceso a vivienda digna.
También define en sus libros los ‘lugares’ como ecosistemas donde las personas se interrelacionan y crean. ¿Considera, por lo tanto, que los constructores tienen una gran oportunidad al contar con las herramientas y el conocimiento para desarrollarlos?
Alrededor del mundo, los centros más dinámicos de la economía creativa tienden a tener barrios densos, de uso mixto y con excelentes opciones de transporte y comodidades. Eso incluye viviendas y hoteles cerca de las oficinas, transporte público eficiente, ciclorrutas y andenes, parques hermosos, espacio público y lugares de esparcimiento cultural como restaurantes y museos. En una sociedad cada vez más global, la clase creativa demanda este tipo de espacios físicos y el sector constructor es el llamado a crearlos en Colombia.
Las ciudades, más allá de las construcciones y los desarrollos inmobiliarios, son la expresión de la gente. ¿Cómo impactan sus lugares la unidad organizativa económica y social?
Las ciudades son mucho más que una colección de edificios y calles. Son espacios que proveen identidad, comunidad y autenticidad. Al pensar en desarrollo económico urbano, Colombia no puede perder de vista estas cualidades intangibles de lugar. Los nuevos desarrollos no pueden ser planos estériles que podrían existir en cualquier parte del mundo. En cambio, deberían reflejar la cultura y la historia locales.
¿Qué deben hacer los arquitectos, al crear inmuebles, y los urbanistas, al hacer ciudades, para atraer a la clase creativa?
Los arquitectos deben crear espacios para que las personas se reúnan, se mezclen y sean sociales. Una ciudad creativa tiene muchas oportunidades para encuentros casuales, lo que podría conducir a nuevas alianzas comerciales y nuevas ideas innovadoras. En la mayoría de ciudades, el principal impedimento para crear este tipo de espacios es que el suelo se destina a los automóviles. Un amplio espacio peatonal y una experiencia vibrante en la calle es crucial para fomentar economía creativa.
Colombia tiene el desafío único de ser dominado por dos grandes ciudades: Medellín y Bogotá
¿Cómo ve a Colombia? ¿Cuál es su percepción del país?
A medida que Colombia continúa urbanizándose e impulsando su economía nacional, tiene una gran oportunidad para evitar los errores que otros países han cometido. En Estados Unidos y el Reino Unido, la transición a una economía creativa ha incrementado severamente la desigualdad porque hay muchas barreras para que los pobres y los mal educados tengan acceso a esas oportunidades. Por el contrario, los países del norte de Europa han tenido mucho más éxito al proporcionar a todos en la sociedad, oportunidades para ser parte de la economía creativa. Colombia debe priorizar el acceso y la equidad en cada paso de su planificación del desarrollo económico.
En segundo lugar, Colombia tiene el desafío único de ser dominado por dos grandes ciudades: Medellín y Bogotá. Deberán hacerse esfuerzos especiales para difundir el desarrollo económico a ciudades secundarias y pueblos más pequeños y áreas rurales. Al mismo tiempo, la Nación puede aprovechar los talentos creativos y negocios que están comenzando a concentrarse en estas ciudades. Estos son los lugares donde Colombia puede comenzar a construir un ecosistema de emprendimiento fuerte y globalmente significativo.
GABRIEL FLÓREZ
Especial para EL TIEMPO