Si bien el panorama económico colombiano aún no está despejado, en el corto plazo el país no perdería su calificación crediticia actual de BBB o grado de inversión, lo cual no indica que haya que bajar la guardia.
Al menos esa es la opinión de los analistas económicos en la antesala a la reunión que sostendrá este miércoles el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, con tres de las principales calificadoras de riesgo, las cuales establecen si un país reúne las condiciones de confianza para los inversionistas o, por el contrario, es riesgoso invertir en él.
Aunque la reforma tributaria ha motivado diversas críticas dentro del país, esta será la carta con la que el ministro de Hacienda sustentará ante las calificadoras que el país tiene las condiciones para conservar su actual nota.
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Es más, el índice de riesgo país para Colombia, calculado por JP Morgan, se encuentra en uno de los niveles más bajos desde mediados del 2015: 212 puntos.
La obtención de recursos adicionales, por 6 billones de pesos en el primer año y de 22 billones de pesos en el 2022, tras la reforma, no es lo único que tienen en cuenta las calificadoras. Pero para Juan David Ballén, estratega de Renta Fija de Casa de Bolsa, será suficiente para salvar el año.
Para el ministro de Hacienda, “el año comenzó bien. Hay un mejor escenario por delante, menor inflación, los déficit fiscal y externo disminuirán, las tasas de interés, también. Todo eso genera confianza y ayudará al crecimiento”.
Pero aunque el optimismo sobre mantener la calificación es el consenso, no hay que confiarse mucho.
Ballén advierte que “en el corto plazo se logrará calmar las aguas, pero nuestra expectativa es que nos dejarán en revisión mientras se ven los resultados tributarios”.
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Agrega que no se puede perder de vista que en el país “no se pasó la reforma tributaria que se esperaba. Se podrá cumplir con el recaudo necesario para tapar el hueco fiscal que dejó la caída de los precios internacionales del petróleo, pero en poco tiempo podríamos estar de nuevo con dificultades, tramitando otra reforma”.
Camilo Pérez, gerente de investigaciones económicas del Banco de Bogotá, estima que el grado de inversión del país nunca estuvo en juego. “En este momento, Colombia tiene dos niveles por encima de ese umbral, la calificación es BBB. No obstante, en cuanto a la calificación crediticia y la posibilidad de un recorte de esta, es claro que con la reforma tributaria se reduce sustancialmente ese riesgo”.
Otro argumento de los analistas frente a la posibilidad de que las calificadoras mantengan la nota al país es que Moody's, Standard & Poor’s y Fitch ya habían señalado que la reforma era clave para ello.
José Guillermo García, decano facultad de Economía de la Universidad Nacional, manifiesta que “lo que evalúan las calificadoras es que las finanzas públicas sean sostenibles, y el texto definitivo de la reforma tributaria responde de forma correcta a esta necesidad, es decir, la coyuntura económica nacional se podrá cubrir en el corto plazo”.
No obstante, agrega el experto, “no se mejorarán las condiciones de equidad, que se podrían haber aprovechado con la presentación del texto inicialmente radicado, y la sostenibilidad fiscal no pasaría del mediano plazo, es decir, del 2018 o 2019, lo cual haría necesaria una nueva reforma tributaria para estos años”.
Daniel Velandia, director de investigaciones económicas de Credicorp Capital, también confía en esa posición de las agencias calificadoras.
“Esperamos que la nota se mantenga en BBB y no descartamos que el outlook retorne de negativo a estable por parte de S&P y Fitch hacia mitad de año o segundo semestre de 2017, una vez se conozcan las primeras cifras de recaudo tras la implementación de la reforma”.
La expectativa positiva también asiste al gremio de empresarios Andi, pese a las duras críticas que hizo a la reforma tributaria.
Según Bruce Mac Master, presidente de este gremio, “la reforma tributaria garantiza la financiación del Estado, lo que le permitirá, sin duda, mantener el grado de inversión a Colombia”.
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