Julio Roberto Gómez Esguerra, presidente de la Confederación General de Trabajadores (CGT), no podrá cumplirles la promesa a su esposa, hijos y nietos, así como a su amigo y compañero de luchas sindicales Percy Oyola, de alquilar una cabaña en el centro recreacional de Cafam, para tomarse unos días de descanso en medio de un año particularmente difícil y agitado, debido al covid-19, virus al que no le pudo ganar la batalla y que en la madrugada de este 26 de enero le arrebató la vida.
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Era una idea que le venía rondando en la cabeza desde hacía algunos meses, pero que, por las restricciones impuestas por la pandemia, habían tenido que aplazar con la esperanza de que lo pudieran hacer a mediados del presente año cuando las cosas ya estuvieran más calmadas, le dijo a EL TIEMPO Percy Oyola, quien está reemplazando al fallecido presidente de la CGT, desde cuando se enteraron, a comienzos de diciembre pasado, de que había contraído el virus que lo obligó a internarse en una clínica de la capital del país.
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Julio Roberto Gómez Esguerra, como le gustaba que lo mencionaran, pues decía que también tenía una madre que debía figurar, acabada de cumplir 69 años (15 de noviembre), 30 de los cuales estuvo al frente de la CGT, central obrera que ayudó a fundar, luego de una carrera de constantes ascensos en la industria de la impresión gráfica.
Quienes lo conocieron, coinciden en que era un hombre carismático, conciliador, respetuoso de la pluralidad ideológica, amigo del diálogo y las negociaciones, aspectos que le permitieron a lo largo de su vida sindical superar las diferencias no solo con los empresarios y el gobierno, sino, incluso, con las demás centrales obreras, con las que en ocasiones mantuvo discusiones siempre en medio del respeto.
No se sabe a ciencia cierta cómo este líder sindical se contagió con el covid-19, pero se presume que fue durante el ejercicio diario de atender sus obligaciones como presidente de la CGT, en el que debía atender a muchas personas, asistir a reuniones y comités propios de su actividad. Lo cierto es que el pasado 15 de diciembre el país conoció de su situación de contagio y el 28 de ese mismo mes, ante las complicaciones surgidas en su salud por cuenta del virus, tuvo que se trasladado desde Madrid (Cundinamarca) lugar donde residía, a la clínica de Cafam, situada en el norte de Bogotá.
Y es que quienes tuvieron oportunidad de trabajar a su lado, destacan que su entrega era total, lo que lo llevó a ocupar no solo altos cargos dentro de la dirigencia sindical nacional, sino también como representante de los trabajadores colombianos en organismos internacionales.
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Su entrega por los trabajadores y la defensa de sus derechos no tenía tregua y solo en una ocasión pensó retirarse de la presidencia de la CGT, recuerda José María Bolaños, quien por varios años manejó las comunicaciones de la central obrera y tenía una estrecha amistad con Julio Roberto, desde mucho antes de trabajar con él.
Recuerdo, dijo Bolaños, que Julio Roberto me llamó un día para que trabajara con él en la CGT. "Por aquel entonces yo había tenido un accidente, me atropelló una bicicleta, en el que me fracturé la cadera y tuve que decirle que no podía porque debía hacerme una cirugía. Sin dudarlo me dijo que eso no importaba, que trabajara desde la casa mientras me recuperaba de la operación, pero que aceptara su oferta. Eso denota el carácter y la personalidad de Julio Roberto", señaló el comunicador.
Un colombiano comprometido con los trabajadores buscando el mejor beneficio para el país. Siempre bien intencionado
En esas tres décadas al frente de la Confederación solo se le escuchó una vez decir que quería hacer un alto en su ejercicio sindical, no porque estuviera cansado o le hubieran hecho una oferta para ocupar el cargo de ministro del Trabajo, lo cual rechazó en varias oportunidades, sino porque quería darle espacio a nuevas ideas y a otras personas que quisieran aspirar a la presidencia de la CGT.
Fue hace dos años con ocasión de renovar la junta directiva de la Confederación, cuando decidió comentarles a algunos de sus compañeros su intención de hacerse a un lado. Sin embargo, fueron estos quienes terminaron por depositar su voto de confianza en él y lo reeligieron para un nuevo periodo de cuatro años más, de los cuales solo alcanzó a cubrir poco menos de año y medio, dijo Bolaños.
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El aterrizaje de Julio Roberto en el mundo sindical data de varias décadas atrás, cuando siendo empleado de una importante empresa del sector gráfico en el país comenzó a escalar posiciones, a destacarse lo que lo llevó a crear el sindicato de trabajadores de la misma. Años más tarde, y dada su experiencia, se dio a la tarea de fundar la Confederación General de Trabajadores Democráticos (CGTD), que luego pasó a ser solo la CGT, como se conoce hoy en día.
Mario de J. Valderrama, dirigente paisa, sería el primero en llevar las riendas de la naciente confederación, pero dos años más tarde sería el propio Julio Roberto el que asumiría la presidencia hasta este 26 de enero, cuando se presentó su deceso.
Bolaños recuerda que el dirigente tenía dos sueños, que a la postre terminaron por convertirse en sus grandes frustración. La primera, que no se pusiera en marcha en el país una reforma social agraria que le brindara a los trabajadores del sector salud, educación, servicios y créditos blandos para la producción.
"En los últimos meses decía que esa era una de las formulas más importantes para superar la crisis alimentaria que se está generando con la pandemia. Que Colombia con tanto campo y tantos baldíos (terrenos) era ilógico que no se pusiera los ojos en el campo y sus trabajadores para recuperar la economía primaria", precisa el comunicador.
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El segundo sueño del sindicalista era un poco más ambicioso y estaba encamonado a facilitar el acceso a la pensión a aquellos trabajadores mayores de 45 años que no hubieran alcanzado a cotizar las semanas necesarias para la jubilación.
Su propuesta, que los bancos crearan una línea de crédito destinada a esos trabajadores para que consiguieran los recursos que les permitieran cancelarle a Colpensiones el valor de las cotizaciones que les faltaban para su pensión, y que una vez obtuvieran su jubilación, de las mesadas que recibieran se les descontara una parte para cancelar el préstamo que se les había hecho, algo que también se podría hacer a través del sector cooperativo.
Precisamente, al recordar su labor Bruce Mac Master, presidente de la Andi, dijo que "fue nuestro compañero en tantas mesas de concertación. Un colombiano comprometido con los trabajadores buscando el mejor beneficio para el país. Siempre bien intencionado”, al tiempo que destacó su labor como líder sindical y permanente interlocutor de la desde la Comisión de Políticas Laborales y Salariales, y un sin número de instancias y encuentros de política pública y académica.
A su vez, Hernando José Gómez, presidente de la Asobancaria, señaló que "recuerda su moderación y su trabajo constante por los trabajadores colombianos en espacios compartidos como la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales.
Carlos Rodríguez, expresidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), recuerda diferentes batallas que libraron junto con Gómez. Por ejemplo, dice, desde organizaciones distintas, lograron fortalecer de manera importante el Comando Nacional Unitario y defendieron iniciativas en compañía.
Coincidieron en su posición en un debate sobre si denominar a esa instancia ‘comando’ o ‘consejo’', pues consideraban que la primera palabra fijaba un tono muy confrontacional.
“Acordamos varias veces el salario mínimo, e insistimos en llevar documentos unificados a la OIT”, señaló Rodríguez.
Gómez acogió la tesis del sindicalismo sociopolítico, “que trasciende la lucha puramente reinvindicativa” y se enfoca también en lo social, la política y la democracia, y reconoce la importancia de las empresas, advirtió Rodríguez para quien “en lo político fue un constructor de democracia, y un dirigente sindical a carta cabal”.
Y advierte que el país requiere mucho consenso y dialogo social y acuerdos. “Es imperativo que todos los sectores sociales coincidan en qué país se quiere, en medio de una pandemia y de la recuperación de una economía en crisis. Y se necesitan personas como Julio Roberto, que entiendan la importancia de trabajar, con mucha tolerancia, la reconciliación nacional que incluya a todos los sectores, y un estado social democrático de derecho real”.
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Desde la CGT, Percy Oyola, dice que continuarán en la búsqueda de las soluciones a los problemas más críticos que afronta el país. “Insistiremos ante el Gobierno en la solución de los problemas que afectan a la población como el desempleo, la educación, el campo, las pymes, el medioambiente, las muertes y las masacres de líderes sociales. Todo eso forma parte de lo que fue esa movilización en la que estuvo presente Julio Roberto acompañando la lucha por la vida, la democracia y la paz con justicia social”.
CARLOS ARTURO GARCÍA M.