Luego de que se volvieran ‘virales’ en redes sociales las imágenes de una mujer en aparente estado de alicoramiento en un vuelo de Avianca, y que obliga a las azafatas del avión a pedirles a sus acompañantes que “la calmen”, la Aeronáutica Civil le pidió a la aerolínea un informe de lo ocurrido.
Hasta ahora, por información que divulgó la aerolínea el fin de semana, se sabe que el incidente ocurrió el pasado 23 de marzo en un vuelo que cubría la ruta Bogotá-Nueva York.
En el reporte se destaca además que la pasajera “agredió verbalmente a un acompañante”, la tripulación le decomisó el licor, y que “finalmente la viajera es controlada” y el avión aterrizó sin contratiempos.
Aunque aún no se conoce un reporte mayor del tema, Óscar Imitola, jefe de transporte aéreo de la Aerocivil, le explicó a EL TIEMPO que la normativa actual avala a las aerolíneas, en un primer momento, a no permitir que un pasajero pasado de tragos aborde un vuelo.
El funcionario también aclaró que los reglamentos aeronáuticos del país permiten declarar a pasajeros problemáticos como “disruptivos” o “insubordinados”. Estos son los que asumen una actitud agresiva, estén o no bajo los efectos del alcohol u otras sustancias, que comprometan la seguridad del vuelo, o los que no cumplen con las recomendaciones de seguridad de la tripulación.
El estado de alicoramiento, aclaró Imitola, puede ser considerado un agravante en pasajeros con este tipo de conductas, que se exponen a recibir una multa que va desde los 7,5 hasta los 21 salarios mínimos legales mensuales vigentes dependiendo del hecho registrado.
Cuando se registran estos casos las aerolíneas pueden reportarlos ante la Aerocivil, que es la que determina si hay lugar a una multa. Está por determinarse si Avianca consideró el caso de la pasajera del video como un evento mayor que vale ser reportado.
Imitola también destacó que en los casos en los que un pasajero ha bebido, es la aerolínea la que evalúa si su estado es el adecuado para tomar el vuelo, pues incluso las mismas compañías les ofrecen estas bebidas moderadamente a sus viajeros como una opción de consumo a bordo.
“Un pasajero tiene unos derechos y tiene unos deberes. La recomendación puntual que hacemos a los viajeros es que asuman todas las recomendaciones que haga la tripulación. No es que no se pueda consumir alcohol, pero hay que ser muy moderados. Todo esto es para asegurar la seguridad aérea del vuelo”, puntualizó.
ELTIEMPO.COM
Comentar