La Opep anunció hace seis meses la primera reducción en la oferta de crudo en ocho años.
Los mismos protagonistas, reunidos este jueves en Viena, prolongarán estos recortes hasta marzo del 2018. Con esta medida, el cartel del crudo deja clara su intención, repetida en los últimos días, de hacer “lo que sea necesario” para estabilizar un mercado importantísimo e impedir que los precios caigan por debajo de los 50 dólares por barril.
Pese a las buenas intenciones, los mercados acogieron con frialdad una decisión que ya habían descontado. Así, el precio del Brent cayó dos dólares, hasta el entorno de los 52, tras las subidas del inicio de la jornada. La Opep continuará con los recortes nueve meses más, plazo que empieza a contar a partir del próximo julio. Atrás quedaron ideas más radicales, como prolongar los cortes un año entero o incluso ahogar aún más la producción, y recortar más allá de los 1,8 millones de barriles acordados entre miembros de la Opep y países externos el pasado noviembre. Al final se impuso el plan que Arabia Saudí había acordado con Rusia, que pese a no pertenecer a esta organización, cada vez aparece más alineada con ella.
“Tan solo mantener los recortes supone ya de por sí un éxito. Ir más allá habría hecho peligrar unos equilibrios muy delicados. El acuerdo cumple las expectativas y permite sentirse cómodos tanto a los productores, que tratan de evitar un desplome de los precios, como a los consumidores”, aseguró Gonzalo Escribano, experto en Energía del Instituto Elcano.
“Todos los indicadores muestran que la continuación de los recortes durante nueve meses es el plazo óptimo que debe llevarnos a finales de año a unas existencias de crudo en torno a la media de los últimos cinco años”, dijo el ministro de Energía saudí, Jalid al Falih, según Reuters.
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