Los precios históricos del café están motivando a muchos productores a incumplir los contratos que habían firmado hace meses con las cooperativas a un precio cercano a 1,1 millones de pesos debido a que hoy en día la carga está por el orden de casi 1,7 millones de pesos, es decir, 600.000 pesos más.
Lo común es que los caficultores y las cooperativas definan el precio, la cantidad y el momento de entrega del grano con anterioridad, generalmente entre seis meses y un año antes de su cosecha, gracias a la herramienta de venta de café a futuro.
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Con ello, se obliga a las partes a que pase lo que pase se comprará y venderá en esas condiciones. Tanto si el precio baja como si sube. Y además se consigue rentabilidad sin correr el riesgo de lo que ocurra con el grano en la Bolsa de Nueva York y con la tasa de cambio.
Sin embargo, estos precios altos que nadie imaginaba han cambiado el panorama de los caficultores y, a pesar del compromiso adquirido hace meses, muchos no quieren perder ese dinero extra, por lo que están incumpliendo con las entregas, una situación que de seguir así podría poner en peligro toda la cadena de comercialización del café.
Si los caficultores se niegan a entregarles el café prometido a las cooperativas porque piensan que vendiéndoselo a terceros obtendrán ese valor adicional, estas no podrán cumplir los contratos que tienen con la Federación Nacional de Cafeteros y, a su vez, la entidad no podrá exportar el grano y les quedará mal a la bolsa, a los bancos y a sus clientes internacionales, que optarán por otros orígenes.
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Según comentan algunos actores de la cadena, se estima que ya se han incumplido alrededor de más de 100.000 sacos y la expectación es cuántos van a estar vencidos de aquí a diciembre, pues apenas está empezando la cosecha.
Debido a este efecto dominó que se podría generar, la alerta del sector es máxima y hasta el propio gerente de la Federación, Roberto Vélez, ha mostrado su preocupación por los incumplimientos; sin embargo, al ser preguntado por EL TIEMPO aseguró que se está analizando toda esta problemática y que no se pronunciará hasta que el comité directivo haya tomado medidas.
El Comité de Ética y Buen Gobierno de la Federación ya ha hecho un llamado para cumplir con los compromisos, que se implementen acciones de pedagogía y para que los productores se pongan al día con los compromisos atrasados en lo que queda del año.
En algunas de las regiones cafeteras como es el caso de Antioquia también hay temor por lo que podría suceder. El secretario de Agricultura de este departamento, Rodolfo Correa, explicó que se espera una recolección de cerca de 2,5 billones de pesos en esta cosecha, un 40 por ciento más que el año pasado, pero que hay preocupación por que los productores incumplan su palabra.
Y si bien reconoció que el precio de la producción de carga se ha encarecido debido a los altos costos de los insumos, dijo que no se pueden tomar decisiones que afecten a toda la cadena.
“Está en juego la confianza de la agroeconomía antioqueña y el entendimiento de que los contratos se deben respetar. Desde el gobierno departamental estamos motivando a los productores para que cumplan los contratos porque de no hacerlo se amenazaría la confianza y la estabilidad del sistema de compra y venta del café. Es una cadena de efectos colaterales. Además, los productores deberían asumir las sanciones que haya lugar en los contratos”, alertó el secretario, quien sostuvo que en la región ha habido manifestaciones que amenazan una crisis para las 33 cooperativas del país.
Para enfrentar esta situación, el presidente del Comité de Cafeteros de Caldas, William Giraldo Grisales, comentó que en la Cooperativa de Caficultores de Anserma ha dado a los caficultores un plazo para que cumplan con su compromiso hasta el 31 de diciembre.
“Cuando los precios empezaron a superar el tope que habíamos comprometido, muchos caficultores miraron para otro lado. Todos estamos preocupados porque de esto depende que nuestra institución siga adelante. El caficultor siempre se ha distinguido por ser un hombre de palabra. Esperamos que todos acudan a este llamado”, manifestó Giraldo.
Pero las cooperativas no son las únicas que están cediendo pues, según el economista y experto del sector Guillermo Trujillo, la Federación también ha prometido ya algunos plazos adicionales para estos contratos de café a futuro, como a Coocentral. No obstante, recalcó que esta práctica se podría volver peligrosa teniendo en cuenta la “connotación política” que tiene la entidad.
“Como la Federación tiene una connotación política, dentro de su administración tiene una proclividad natural a ceder en las peticiones de sus agremiados, lo que puede causar incluso un peor efecto en el mercado porque toca cumplir con esos contratos”, sentenció Trujillo.
Esta situación también afecta, aunque en menor proporción, a los exportadores privados. Si bien la Federación es responsable de exportar alrededor del 20 por ciento del grano en el país, el resto del mercado se lo reparten entre Expocafé y los particulares, por lo que estos también están teniendo dificultades por los incumplimientos, pero les toca salir a honrar sus contratos sin dar plazos.
En ese sentido, resuenan las recomendaciones que hicieron en el 2016 los economistas Eduardo Lora y Marcela Meléndez, en la Misión de la Competitividad de la Caficultura del gobierno de Santos, de que la Federación tendrá que salir totalmente de la comercialización del café.
Sin embargo, Trujillo aseguró que la Federación debe permanecer, pero solo como un comprador de última instancia. “Cuando los privados compran café y están solo en el mercado tienden a bajar el precio y perjudicar al productor. Por eso es importante que sea siempre un comprador, pero de última instancia”, sostuvo.
Por otro lado, según el caficultor José Fernando Montoya, están dejando de ganar, pero por unos factores que eran impredecibles y sería peor estar condenado a una situación de baja del precio sin aprovechar estos instrumentos de comercialización.
La venta de café con entrega a futuro es una herramienta diseñada por la Federación Nacional de Cafeteros como alternativa para gestionar el precio de venta y garantizar una rentabilidad. Es una decisión personal de cada productor, y lo más importante es honrar la palabra para mantener esta herramienta de comercialización. De no cumplir con lo pactado, no se podrían realizar más contratos y se aplicaría la cláusula penal, entre otros.
NOELIA CIGÜENZA RIAÑO
Redacción de Economía y Negocios
En Twitter: @noe_cig
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