Mientras las anteriormente mencionadas locomotoras minero-energética y de la construcción pasan por un momento complicado, el crecimiento de la economía del país, que en el segundo trimestre del año fue del 2 por ciento con respecto al mismo lapso del 2015, según el Dane, estuvo sustentado en la actividad del sector financiero y la de la industria.
Este resultado llevó al Ministerio de Hacienda a recortar su pronóstico para el año, desde un 3 a un 2,5 por ciento.
Según el Dane, con respecto al mismo trimestre del año pasado el aparato productivo del país continuó en desaceleración, puesto que para ese período del 2015 toda la economía tuvo un avance del 3,1 por ciento.
Y al mirar el desempeño del año, se observa que el crecimiento trimestral fue de 0,2 por ciento en los dos últimos trimestres, lo que puede indicar que, a ese paso, el crecimiento de todo el año, frente a todo el 2015, solo sería del orden del 1,7 por ciento, por debajo tanto de la meta del Gobierno, del 3 por ciento, como de la del Banco de la República, que es del 2,3 por ciento.
Y al mirar dichos sectores (el de servicios financieros y la industria) se evidencia que no solamente fueron los que hicieron los mayores aportes al producto interno bruto (PIB) entre abril y junio, sino que fueron las únicas dos ramas económicas que aceleraron frente al mismo período del año pasado.
Por su parte, el sector financiero sigue como motor del crecimiento en el año, ya que aportó 46 de cada 100 pesos de crecimiento económico. Lo anterior, debido a que en el trimestre su crecimiento fue del 4,6 por ciento, mientras que para el mismo lapso del 2015 tuvo un avance del 3,8 por ciento.
En el caso de la industria manufacturera, que tuvo un crecimiento del 6 por ciento total en el segundo trimestre, el avance fue de 5,89 puntos porcentuales frente al segundo trimestre del año pasado, cuando se tuvo una variación del 0,1 por ciento.
No obstante, el comportamiento de este sector estuvo ampliamente influenciado (como es costumbre desde comienzo de año, por la actividad de refinación (tras la puesta en marca de la refinería de petróleo de Cartagena), toda vez que, sin contar esta actividad, el resto de la industria reportó un aumento del 3,08 por ciento en su producto.
De hecho, solamente el subsector de fabricación de productos de la refinación del petróleo y combustible nuclear tuvo un crecimiento del 28,8 por ciento en el trimestre, lo que demuestra su importancia para toda la actividad industrial.
De acuerdo con el Dane, seis de las nueve ramas productivas tuvieron cifras positivas en el crecimiento y tres estuvieron por encima del promedio, mientras que la agricultura tuvo una caída del 0,1 por ciento, el suministro de electricidad, gas y agua se contrajo en 0,8 por ciento, y la explotación de minas y canteras presentó un desempeño que es el fiel reflejo de la caída en la inversión e incluso en la producción de petróleo, ya que tuvo un fuerte descenso del 7,1 por ciento en el segundo trimestre del año.
Esto llevó que de cada 100 pesos de crecimiento total, esta actividad restara 26 pesos en el período en mención.
En el caso del sector agropecuario, su resultado negativo estuvo marcado por la menor actividad en el cultivo de café, que pasó de crecer 7,4 por ciento en el segundo trimestre del 2015 a hacerlo a una tasa del 0,5 por ciento en el mismo período de este año.
Por su parte, el comercio, que permite tomarle el pulso al consumo tuvo un aumento en su PIB del 1,4 por ciento, que si bien es positivo, es inferior no solo al 2,7 por ciento del primer trimestre del año, sino al 3,6 por ciento del segundo trimestre del 2015. Para la firma Credicorp Capital, la desaceleración del consumo privado está en línea con el actual escenario de menor ingreso disponible en medio de la inflación más alta de los últimos 15 años, de mayores tasas de interés, de un mercado laboral más débil y una baja confianza del consumidor.
Obras y edificaciones bajaron el ritmoPor su parte, el sector de la construcción tuvo una marcada desaceleración en el segundo trimestre del 2016, al ubicarse su PIB en el 1 por ciento, muy por debajo del 7,8 por ciento que tuvo en igual período del año pasado y del 5,2 por ciento de variación con la que arrancó en el primer trimestre del 2016.
Mientras la actividad edificadora pasó de crecer 9,2 por ciento entre abril y junio del año pasado a hacerlo a un ritmo del 2,8 por ciento, las obras civiles terminaron teniendo una caída del 0,4 por ciento el trimestre, mientras que hace un año avanzaban a un ritmo del 6,1 por ciento. En esta actividad una cifra de descenso no se veía desde el segundo trimestre del 2013.
Para la comisionista Credicorp Capital, este resultado estuvo en línea con las expectativas de un menor gasto público en medio del primer año de gobiernos regionales y locales, y de los menores ingresos petroleros.
“Esperamos que las edificaciones continúen presentando un bajo dinamismo, debido a la contracción en las licencias de construcción en el segundo trimestre. El desarrollo de los proyectos 4G debería dar respaldo a las obras civiles en los próximos trimestres”, agregó la firma.
Al anunciar que la meta de crecimiento de la economía para el 2016 será revisada a un nivel del 2,5 por ciento, toda vez que durante el segundo semestre del año el PIB debería avanzar un 2,5 por ciento, el Gobierno prepara acciones nuevas para mover más a los sectores que están jalonando el crecimiento.
El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, le dijo a EL TIEMPO que en los próximos días se harán anuncios relacionados con medidas de reactivación en sectores en los que se observa que, con algún tipo de apoyo, como facilitar y agilizar, se puedan producir resultados importantes.
“Sobre todo en el sector industrial, donde vemos que las posibilidades de aumentar el crecimiento son más considerables. Estamos trabajando muy en la línea de temas estilo Pipe (Plan de Impulso para la Productividad y el Empleo)”, reveló el funcionario. Agregó que, por ejemplo, reactivar la producción de petróleo es un tema muy importante.
Por su parte, la ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacouture, indicó que Colombia debe seguir apostando por la diversificación, por lo que precisamente se puso en marcha la Política de Desarrollo Productivo como un instrumento que va a permitir elevar los estándares de calidad y sofisticación en los bienes y servicios que produce el país.
“A través de la priorización fruto de esta política, se impulsarán los sectores que aglutinan el 60 por ciento de las exportaciones no mineras para continuar por la senda de crecimiento”, indicó la funcionaria.
A esto se suma, según Cárdenas, que hace unos 15 días, a instancias del Consejo Superior de Política Fiscal (Confis), se tomaron decisiones para agilizar y flexibilizar el uso de los recursos públicos para el sector de vivienda, principalmente en el subsidio a la tasa de interés, en donde se amplió el beneficio para quienes tienen ingresos entre dos y cuatro salarios mínimos.
“De dos a cuatros salarios mínimos de ingreso, el subsidio es de 20 salarios mínimos. Esto antes era de 12 salarios mínimos”, dijo.
En las estimaciones de mejor desempeño del PIB para el segundo semestre está a favor que la producción de alimentos está aumentando tras el fenómeno del Niño, así como la generación de energía eléctrica, también castigada por este factor, la cual ya se normalizó, y las circunstancias derivadas del paro camionero, que también son otras.
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