El Censo Nacional Agropecuario, publicado en el 2015, revela la desigualdad de la participación femenina en las actividades propias del campo.
Según este informe, en el 60 por ciento del área rural de Colombia son los hombres quienes toman las decisiones sobre la producción de la tierra, mientras que las mujeres solo representaron un 24 por ciento.
No obstante, su participación como jefes de hogar pasó del 18 por ciento en el 2005 al 27 por ciento en el 2014, lo que reivindica el valor de las mujeres en el campo.
Según Sheila Vargas, asesora del Viceministerio de Desarrollo Rural, la mujer en el campo es la protagonista de la preservación de la identidad cultural y la transmisión de saberes, que son los que determinan el estilo de vida de las familias en el campo.
Para aprovechar ese potencial femenino en el área rural y reducir la desigualdad de género, el Ministerio de Agricultura emprendió en el 2011 el programa Mujer Rural, que permite capacitar a las mujeres que tienen emprendimientos productivos.
Esta iniciativa ha facilitado el apoyo del Gobierno a 8.680 mujeres integradas en organizaciones rurales y el impulso de 327 proyectos productivos entre el 2011 y el 2014.
El programa también contempla la capacitación de ellas en programas de capital humano para fortalecer el pleno ejercicio de sus derechos políticos, económicos y sociales. Este proceso de formación contó con la participación de 2.137 mujeres entre el 2013 y el 2014.
Para Vargas, este tipo de esquemas resultan vitales en un escenario de posconflicto, pues permite garantizar la recuperación del tejido social en cabeza de la mujer.
EL TIEMPO