En medio de la expectativa por las cartas que este martes destaparán los integrantes de la mesa tripartita, en la que se negocia el incremento del salario mínimo para el próximo año, los empresarios del país, a través de la Andi, se mostraron preocupados por lo que pueda pasar, toda vez que –según argumentan– un alza más allá de lo racional en el costo laboral de las empresas podría incidir en la generación de empleo.
El temor de este gremio parte de la lógica según la cual si en la ley de financiamiento les hacen una reducción adicional de la tasa de renta corporativa a las empresas, ellas deberían compensar aceptando un buen ajuste al salario mínimo.
El pasado 20 de noviembre, en la Comisión Séptima del Senado, avanzó el proyecto de ley que quiere imponer media prima extra para todos los trabajadores en Colombia que ganen hasta tres salarios mínimos legales mensuales.
De hecho, por iniciativa congresional, ya en agosto pasado se había anunciado un proyecto que le otorgaba facultades al Presidente de la República para incrementar de manera extraordinaria el salario mínimo.
Con esos antecedentes de por medio, este martes cada uno de los tres integrantes de la Comisión de Concertación de Política Salarial: Gobierno, gremios y sindicatos, revelará sus cifras de aumento del salario mínimo.
Hasta el momento, la Confederación General del Trabajo (CGT) por su lado y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) por el otro se la juegan con dos cifras diferentes (10 y 12 por ciento, respectivamente), mientras que por primera vez el Gobierno Nacional también hará su propia apuesta, según lo anunció hace unos días la ministra de Trabajo, Alicia Arango, lo que le dará un cambio a la tradición, pues el Gobierno solo era un mediador.
La cifra la oficializaremos el martes, pero, en realidad, todo depende de otras iniciativas que hay en el Congreso, que están afectando cualquier análisis que se pueda hacer sobre el salario mínimo
Por el lado del sector empresarial aún no hay cifra definida, ante la situación que expone la Andi. “La cifra la oficializaremos el martes, pero, en realidad, todo depende de otras iniciativas que hay en el Congreso, que están afectando cualquier análisis que se pueda hacer sobre el salario mínimo”, indicó el presidente de ese gremio, Bruce Mac Master.
Entre tanto, la ministra Arango, aunque no ha dado señales de cuál podría ser la propuesta del Gobierno, sí ha manifestado que es necesario ayudar a los trabajadores con un incremento, pero que este tampoco puede quebrar las empresas.
Más allá de la preocupación de la Andi, algunas fuentes indican que los gremios que tienen asiento en la mesa tripartita (Andi, Acopi, SAC, Asobancaria y Fenalco) se inclinarían por una cifra inferior al 5 por ciento, teniendo en cuenta que la inflación estaría cerrando el año en 3,5 por ciento y el índice de productividad, que ya fue revelado oficialmente, se ubica en el 0,52 por ciento.
Con esta posición se ha identificado el centro de pensamiento económico Anif, que plantea que el “incremento del salario mínimo no debería desbordar el 4 por ciento para el 2019.
Con todas esas cifras sobre el tapete, a la ministra Arango le habría sonado la idea de un incremento promedio de alrededor del 6 por ciento.
Voces ajenas a la mesa tripartita también exponen sus argumentos. Iván Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, estima que el aumento salarial posiblemente será neutralizado por el efecto de la ley de financiamiento y que el proyecto de media prima extra también estaría complicando las discusiones en la concertación.
Además, indicó Jaramillo, sería deseable cambiar el método para tasar el incremento, pues de las 21 veces que se han hecho las negociaciones, solo en 6 oportunidades ha habido consenso.
En medio de esta disyuntiva están cerca de 1’700.000 asalariados que, según el Ministerio de Trabajo, devengan un salario mínimo.
Un informe de la ONG Cuso International pone de presente que las mujeres son las más afectadas por salarios escasos y, más aún, el 20,3 por ciento de ellas se ven enfrentadas a la evasión del pago de su sueldo. El análisis fue desarrollado precisamente con el propósito de indagar respecto a la conexión existente entre pobreza y precariedad laboral, por lo que Cuso recomienda al Gobierno “generar en la negociación del salario mínimo un enfoque de género, que reduzca el porcentaje de mujeres trabajadoras que no ganan ni siquiera el mínimo”.
Por ahora, se sabe que los miembros de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Laborales y Salariales tendrán del 12 hasta al 14 de diciembre para negociar. Eso, teniendo en cuenta que el sábado 15 se vence el primer plazo para llegar a un acuerdo. No obstante, la ley da hasta el 30 de diciembre para fijar el que será finalmente el salario mínimo que regirá el próximo año. De lo contrario, el incremento lo hará el Gobierno.
Las propuestas que han destapado hasta ahora las centrales obreras en torno a cuál debería ser el aumento del salario mínimo para el próximo año son distintas. Mientras que para la Confederación General del Trabajo (CGT) el incremento del salario mínimo para el próximo año debería ser del 10 por ciento, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) le propuso al Gobierno un aumento del 12 por ciento.
De acuerdo con Diógenes Orjuela, presidente de la CUT, su propuesta se fundamentó en las cifras que arrojaron la inflación, la productividad media laboral, la brecha de la inflación y la brecha que se ha formado de 17 puntos de pérdida de poder adquisitivo en los últimos 12 años.
“La petición de un incremento de 12 % formulada por la CUT incluye diversos aspectos históricos, técnicos y reivindicativos, que obedecen exclusivamente a la autonomía de la organización como vocera en la negociación oficial del salario”, señaló Mario Valencia, director de Cedetrabajo, en un comunicado en el que apoya la propuesta de la Central Unitaria de Trabajadores.
En el documento, Valencia también señala que la ministra de Trabajo, Alicia Arango, “busca sacar provecho de las discusiones técnicas para inclinar la balanza en favor del sector empresarial”, y agrega que “la ministra viola el principio de neutralidad que debe tener el ministerio en la negociación”.
Con un cambio en la hora del encuentro (era a las 8 de la mañana y pasará a las 3 de la tarde del martes), los empresarios apuran sus agendas para reunirse este lunes y tomar una decisión alrededor de la propuesta de aumento del salario mínimo que llevarán mañana a la mesa de negociación, en nombre de cinco gremios económicos: Acopi, Andi, Asobancaria, Fenalco y SAC.
Eduardo Visbal, vicepresidente de Fenalco, compartió la misma preocupación que tiene la Andi. “Hay elementos que están gravitando sobre el ambiente de la negociación”, indicó.
El dirigente gremial del sector comercial, principal empleador del país (aporta el 27 % de la fuerza de trabajo), explicó que la media prima adicional que se establecería por ley, tras el avance de esa iniciativa en el Congreso, “implicaría un costo de 4,2 por ciento más a la cifra de lo que se negocie”.
Según Visbal, los gremios económicos están a la expectativa de conocer la posición del Gobierno sobre dicho proyecto, pues si este sigue avanzando en el Congreso –ya pasó un primer debate–, cuando se convierta en ley necesitará el visto bueno del Presidente.
Otro de los elementos que menciona Visbal y que serían analizados por los gremios empresariales en su reunión de hoy “son las declaraciones de algunos funcionarios del Gobierno, según las cuales el incremento del salario mínimo debería ser muy alto”.
Cualquiera que sea la cifra que se defina este lunes, de acuerdo a lo expresado por el presidente de Fenalco, deberá tener en cuenta que los sectores más afectados con el incremento del salario mínimo son, precisamente, los que han estado frenados en el crecimiento de su producción. Según explica Visbal, además del comercio, la pequeña industria y los agricultores y ganaderos son en los que más contratan con estos niveles salariales.
El presidente de la Andi, Bruce Mac Master, expresó que “toda esa discusión se tiene que dar en la mesa de concertación, y no está siendo así”.
Otro elemento que pone en la palestra el centro de pensamiento económico Anif es la señal de deterioro que ha tenido en los últimos meses el mercado laboral. “Todo parece indicar que la tasa de desempleo promedio de este año será de 9,6 por ciento, equivalente a un deterioro de 0,2 puntos porcentuales respecto a 2017, donde el desempleo urbano viene promediando cifras cercanas al 11 por ciento”, señaló Anif.
Con todas esas cifras, la puja por el incremento del salario mínimo es inminente, lo que dificultaría acercar las expectativas a las que tienen los trabajadores, quienes sostienen que “un incremento alto del salario mínimo estimularía el crecimiento de la economía, pues a mayor ingreso, más consumo, lo que a su paso lleva a los empresarios a producir más”, sostuvo Diógenes Orjuela, de la CUT.
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