Condiciones especiales de crédito que les faciliten el acceso a una vivienda digna le demandarán los microempresarios del país al Gobierno, pues consideran que, debido a que sus ingresos dependen de una actividad económica independiente, tienen casi que restringida la financiación hipotecaria en la banca formal.
Este será uno de los puntos del pliego de peticiones que le entregarán los microempresarios del país al Gobierno durante el desarrollo del 8.º Congreso Nacional de Asomicrofinanzas, el cual se lleva a cabo entre hoy y mañana en Medellín.
“Colombia es un país de microempresarios, pero carecemos de una política de acceso al crédito hipotecario para este importante segmento de la población, cuyas familias derivan su sustento económico de unidades de negocios independientes. No hay cosa que más comprometa a la población para salir adelante que tener vivienda propia; por eso necesitamos darles oportunidades y líneas especiales”, le dijo a EL TIEMPO María Clara Hoyos Jaramillo, presidenta de Asomicrofinanzas.
La directiva recalcó que, si bien buena parte de los 9,7 millones de microempresarios que hay en el país están en la informalidad, son personas y asociaciones que tienen ingresos y condiciones suficientes para acceder a la financiación de una vivienda, pero las entidades microfinancieras que conocen a esta población no tienen cómo darles opciones de crédito para esos fines.
“Los subsidios, los incentivos, las cajas de compensación y las políticas de crédito hipotecario en el país están hoy muy orientadas a los asalariados, cuando este país es de microempresarios independientes e informales; por eso se debe generar oportunidades y avanzar en líneas de crédito para vivienda y construcción de vivienda para esta población”, insistió Hoyos.
Según fuentes del sistema financiero consultadas al respecto, esta propuesta resulta interesante, pero un poco compleja de aterrizar por la cuestión de tasa de interés, ya que en este segmento, los intereses aplicados suelen ser más altos por el tipo de riesgo, mientras que para vivienda operan las tasas más bajas del mercado.
Hoyos Jaramillo también considera urgente que el Gobierno adopte una política clara que permita formalizar a ese gran universo de microempresarios que aún permanece en la informalidad.
La directiva se refiere a los más de 9,7 millones de negocios por cuenta propia existentes, de los cuales solo 700.000 tienen un registro de una cámara de comercio, según cifras del Dane citadas por la vocera de Asomicrofinanzas, lo que los clasifica como formalizados económicamente.
Para Hoyos Jaramillo, factores como el que un certificado del Invima cueste 6 millones de pesos hacen que esa alta informalidad de los microempresarios en el país se mantenga, pues en la mayoría de los casos ese monto representa las ganancias que podrían alcanzar en un año.
“El tema de la informalidad no es simplemente de impuestos sino de ver cómo se apoyan todos esos temas para mejorar la calidad de vida de la población y reducir los altos costos; lograr que las personas puedan formalizar sus unidades de negocios independientes debe ser una prioridad”, precisa la directiva.
Esa condición, la de la formalidad, es sin duda un factor fundamental para evitar que más microempresarios sigan siendo víctimas de los llamados usureros o ‘gota a gota’, o rescatar a aquellos que aún viven esclavos de pagar día a día intereses de más del 25 por ciento.
Según la vocera, en el país no menos de 6 millones de microempresarios continúan en riesgo de caer en manos de los usureros, y, aunque no todos necesitan créditos, sí hay un segmento importante de familias que requieren cubrir otro tipo de falencias como la del ahorro, los seguros y otros servicios.
Por eso adelantan una campaña de educación financiera, no tanto para que no se sobreendeuden sino para que en momentos como este, cuando sus ingresos nos les permiten pagar sus obligaciones, se acerquen a las entidades y busquen alternativas de alivio a su flujo de caja.
La directiva advierte que, si bien no es que la gente se esté volando, que no es que no quieran pagar sus deudas porque su situación económica ha cambiado, sí hay una gran preocupación porque hay microempresarios muy golpeados por la actual situación económica del país, sobre todo en las regiones donde la coyuntura petrolera se ha sentido con fuerza.
Por eso viene trabajando con la Superintendencia Financiera para encontrar alternativas que logren aliviar esta situación de los microempresarios y evitar que sean reportados a las centrales de riesgo.
CARLOS ARTURO GARCÍA M.
Economía y Negocios
Comentar