Caos en España. Ese era el titular del boletín de noticias sobre mercados que publicaba la mañana del jueves CNN Money, poco antes de la apertura de Wall Street, tras la decisión del gobierno de Mariano Rajoy de llevar hasta sus últimas consecuencias el Artículo 155 de la Constitución española.
“Es la última en una serie de confrontaciones como resultado del controvertido referéndum”, explicaba.
Las referencias a la crisis política catalana son constantes desde hace tres semanas. Los medios estadounidenses han colocado el tema incluso entre las alertas que lanzan a los móviles. La cadena financiera CNBC destacó cómo el Gobierno español trata de controlar la derivada soberanista. El paso dado por Madrid, señaló, “era el esperado”. Pero advirtió de que puede llevar a la ruptura formal de Cataluña si se niega a dialogar.
El artículo 155“Es difícil predecir la intensidad con la que el Gobierno central responderá al aplicar el Artículo 155”, explicaba desde JPMorgan en una nota a sus clientes, “esperamos que los hagan de una manera gradual”.
Entre las medidas, señalaba, se podría procesar en la Corte Constitucional a los líderes del gobierno catalán por sublevación y rebelión, y suspenderlos de sus funciones. La clave para medir el eventual impacto que puede tener la crisis en los mercados, coinciden en el parqué neoyorquino, estará por tanto en la “intensidad y la duración” de esta situación de desorden.
La crisis política, explica la firma de análisis de crédito canadiense DBRS, coincide en un momento en el que la economía española crece con fuerza, con un rendimiento superior al de sus pares en Europa. “Es más competitiva, flexible y resistente”, valora. Es una tendencia, añade, que debería seguir los próximos años. Pero son cautos y señalan que la volatilidad financiera se incrementó a raíz del referéndum.
La agencia de calificación Moody’s ha emitido varios análisis en inglés centrados en Cataluña en las últimas semanas. Sigue pensando que la opción de la ruptura es “improbable” pese al tira y afloja que libran Madrid y Barcelona. La independencia, en todo caso, tendría implicaciones desconocidas.
Moody’s mantiene intacta la nota de solvencia española, como Standard & Poor’s. Sin embargo, tienen bajo vigilancia la de Cataluña por las implicaciones que tendría tal extremo.
El principal temor es que desencadene disputas similares en otras regiones. Los economistas de ING temen que el efecto combinado de Cataluña y la falta de reformas “peguen un bocado a la recuperación”.
Las firmas también subrayan que la incertidumbre política en España crea volatilidad en el mercado de divisas. El euro es en este momento el mejor indicador para medir las implicaciones futuras del proceso. De momento se mantiene una apreciación del 12 por ciento este año frente al dólar. Pero Cataluña, explican los analistas, contribuye a una quinta parte de la economía española. La disputa por la separación, por tanto, presentará retos para las dos partes.
“No descartaría una caída del euro como reacción”, indican a sus clientes los estrategas de ACLS Global, aunque precisan que será limitada. Otra historia sería, añaden, que “veamos a gente marchando por Bélgica o el norte de Italia con banderas de Cataluña diciendo nosotros somos los siguientes”.
SANDRO POZZI
Ediciones El País, sl 2017@el_pais
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