En los últimos meses, la contracción de la demanda ha llevado a que muchos compradores potenciales hayan migrado al mercado del arriendo, ya que las reducciones que se han visto en los precios del metro cuadrado no alcanzan para incentivar la demanda, lo cual, según Jorge Enrique Gómez, presidente de Gora Group, demuestra que hubo especulación.
Por ello, el consultor en banca de inversión y experto en temas inmobiliarios, César Llano, indica que para contrarrestar esta situación se requieren programas que induzcan un mayor incremento de los ingresos de los compradores para que suba su capacidad de compra.
Esto, para enfrentar una desaceleración que se ha generalizado en todo el país.
Por ejemplo, en Bogotá hay sobreoferta en estratos 5 y 6, debido a que los clientes se fueron por el bajonazo petrolero.
En Barranquilla, donde hubo un auge importante de proyectos y de inversionistas que compraron para arrendar o revender, gran parte de estos están en manos de inversionistas y hay oferta.
Este mismo fenómeno, pero en otro estrato, se ve en Bucaramanga, la primera ciudad que comenzó a registrar fenómenos de contracción porque hubo una oferta muy amplia en estratos medios y altos, la cual se ha venido absorbiendo muy lentamente.
“No es que estemos parados, sino que es como cuando uno sube rápido a Monserrate: a los últimos 500 metros llegamos cansados, porque la demanda se deterioró, la oferta tuvo que contraerse para los niveles del pasado, pero no quiere decir que haya síntomas graves en oferta y de dinámica de la construcción”.
De acuerdo con Llano, hoy lo que se observa es un número mayor de proyectos, pero con unidades más pequeñas. “La gente sigue con la dinámica. Lo que pasa es que hoy los compradores tienen mayores opciones y son menos”, puntualizó.
Datos de la Cámara Colombiana de la Construcción dan cuenta de la magnitud del impacto que la desaceleración ha tenido en la inversión que hace la gente en compra de vivienda.
En el primer semestre, en términos nominales, es decir, sin descontar la inflación (lo que muestra de forma real la tendencia), la cifra alcanzó los 16,3 billones de pesos, para un descenso del 9 por ciento (1,6 billones de pesos) frente a igual periodo del 2016.
A la par se vio una reducción del 17,1 por ciento en lanzamientos de nuevas unidades habitacionales, las cuales sumaron entre enero y junio las 78.220, frente a 94.301 de hace un año.
En el único mercado donde la inversión, sin descontar la inflación, crece es en el de vivienda social (VIS), donde el nivel de recursos llegó a 2,4 billones de pesos en el primer semestre para el rango entre 52 y 100 millones de pesos, frente a 1,9 billones de igual lapso del año pasado.
Entre tanto, en el rango de 100 hasta 321 millones de pesos, la inversión cayó 5,5 por ciento anual a junio y se ubicó en 7,7 billones de pesos.
El gremio resalta que en estratos altos el golpe ha sido mayor, ya que la inversión para inmuebles superiores a 321 millones pesos se descolgó un 20,6 por ciento (1,6 billones), entre el primer semestre del 2016 e igual periodo del 2017.
Allí, los lanzamientos cayeron un 35,6 por ciento y las ventas descendieron un 21,9 por ciento.
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