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‘Gobierno se chupa los ahorros y eso no es bueno’: Juan P. Córdoba

Juan Pablo Córdoba, presidente de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), dice que el proceso de intregración de las bolsas de Chile, Perú y Colombia continúa

Juan Pablo Córdoba, presidente de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), dice que el proceso de intregración de las bolsas de Chile, Perú y Colombia continúa

Foto:Mauricio León, ETCE

Advierte que con esa reforma tributaria no se está haciendo todo lo que el país necesita. 

Cumplir la regla fiscal, acabar con la incertidumbre que genera la reforma tributaria, hacerle los ajustes que esta requiere para encausar al país y que el Gobierno disminuya la presión que ejerce sobre la economía absorbiendo recursos que llegan son algunas de las tareas urgentes en la agenda de la actual administración, con miras a poner la casa en orden y, de esta forma, tratar de capotear la desaceleración que ya se asoma.
“La consolidación fiscal es y debe ser la principal conversación que tengamos en este momento”, dice Juan Pablo Córdoba, presidente de la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), quien considera que si la reforma tributaria trae nuevos recursos estos deben ser para ahorrar y disminuir el déficit, principal problema del país.
¿Estamos preparados para la recesión que viene?
Ya estamos en una desaceleración muy fuerte de la actividad económica por diferentes razones y vamos a ver cómo será ese frenazo en el 2023. Es indispensable que se enfríe la economía para controlar la inflación. No podemos seguir con un costo de vida como el actual y debemos recuperar un nivel de tasas de interés que nos permita tener un crecimiento económico sostenible, 4 o 4,5 por ciento. Este bache será muy necesario, como también anclar las expectativas de inflación y en eso la discusión del salario mínimo cobra mucha relevancia.
Otro elemento clave es que el actor que está generando mayor presión sobre la inflación es el Gobierno, que absorbe todo el ahorro externo y parte del interno. Se está chupando toda la plata que viene de afuera y que logra ahorrar el sector privado. Entonces, cuando dicen que vamos a mantener el gasto público o a elevarlo porque la situación está muy difícil, esa condición deficitaria del Gobierno presiona la inflación y al Banco de la República a elevar sus tasas más de la cuenta. La consolidación fiscal es y debe ser la principal conversación que tengamos en este momento. Si la reforma tributaria trae nuevos recursos, bienvenidos, pero que sirvan para ahorrar y disminuir el déficit fiscal, que es el principal problema del país.
¿Esto será suficiente para evitar un barrigazo en 2023?
Hay que resolver la incertidumbre tributaria y que el resultado final logre los recursos que necesita el Gobierno, sin atentar contra la sostenibilidad del crecimiento. Lo segundo tiene que ver con la transición energética. Todos estamos de acuerdo en que debemos ir hacia una manera de generar actividad económica amigable con el medio ambiente, pero debemos ser realistas. Creo que las intenciones están bien, pero hay que calibrar muy bien los tiempos y que no nos estemos disparando en el pie.

Hay que resolver la incertidumbre tributaria y que el resultado final logre los recursos que necesita el Gobierno, sin atentar contra la sostenibilidad del crecimiento

La transición energética tiene dos patas: la primera es la oferta. Entre las exportaciones y la inversión, el sector de hidrocarburos y el del gas atraen el 50 por ciento de la inversión extranjera y no hay cómo reemplazar esto en el corto plazo. Sacrificar esas inversiones significa que no vamos a crecer lo que lo haríamos si esas inversiones se estuvieran dando. Tampoco hay cómo sustituir las exportaciones, que solo en petróleo son de 40.000 millones de dólares.
Del lado de la demanda estamos siendo incoherentes, porque decimos que nos vamos a lanzar a la sustitución de las energías no renovables, lo cual es loable, pero por otro lado subsidiamos la gasolina y el ACPM con 30 billones de pesos por año. Eso es incoherente y no ayuda a la transición energética.
Dónde quedan las otras reformas: la pensional, la de la salud, la laboral...
Un tercer elemento que necesitamos es sosiego, porque la actividad económica, la inversión y las empresas necesitan un espacio de planeación largo para realizar sus proyectos con tranquilidad. Si a uno lo bombardean con grandes cambios, es un entorno que no es saludable para la inversión. Diría que si se logra la tributaria, que es de alto calado, el Gobierno tendrá en el 2023 la oportunidad de ‘repriorizar’ el gasto, pero no todo necesita una reforma legal. Debemos dejar la reformitis, porque si nos dedicamos a eso de pronto se nos pasan los cuatro años haciéndolas y no sucede nada más. El paciente también necesita tiempo de recuperación y, en particular, en el 2023, que será un año difícil, de desaceleración global, y en el que todavía la financiación externa e interna serán retadoras.
¿Como está la tributaria?
Vamos a terminar con una reforma muy parecida a lo único que hemos sido capaces de hacer, que es cobrarles más impuestos a las empresas formales grandes. Hemos hablado mucho toda la vida de que tenemos que ampliar la base tributaria, que las personas naturales deben pagar más, pero al final terminaremos con empresas pagando el 40 por ciento en impuesto de renta tarifa nominal y volvemos a más de lo mismo. Entiendo el reto de ampliar la base en personas naturales, que no es cobrarles más a los que ya pagan, sino que más personas paguen, pero en ese frente no se está avanzando. El IVA, donde hay un hueco muy grande desde el recaudo, no se toca. Entonces, terminamos subiéndoles los impuestos a los que siempre pagan, y eso hace que la competitividad empresarial del país siga deteriorándose. Habíamos avanzado algo en los últimos años y con esta reforma terminaremos retrocediendo.
Entonces, ¿no será suficiente para el chaparrón previsto?
Por razones políticas el Gobierno decidió no tocar el IVA, entonces, no se está haciendo todo lo que el país necesita. De los 90 billones de pesos de gasto tributario, 70 billones son de IVA… más del 70 por ciento del problema no se está tocando. Diría que es muy difícil una reforma que resuelva todos los problemas. Sabemos que este es un proceso de ir haciendo ajustes y, en ese sentido, la estrategia no es cuestionable. Lo importante es que el producto final, tras los debates en el Congreso, le sirva al país, porque de nada ayuda recaudar una plata para que a la vuelta de dos años el recaudo se caiga porque se generó tal efecto adverso sobre la economía, la inversión o el crecimiento: que se empiece a deteriorar la misma sostenibilidad de las finanzas públicas.
¿Qué ajustes se necesitan para que la reforma aporte y no reste?
Creo que el proyecto aún tiene espacios de mejora. Hay unos elementos que son adversos y que afectarán ese apetito de continuar con el espíritu emprendedor en Colombia que se deberían de corregir pronto. Sin duda el gobierno necesita más ingresos para resolver su déficit estructural, cercano a los 100 billones de pesos. Creo que las correcciones han sido buenas, pero el impuesto al patrimonio como se plantea es muy nocivo y el Congreso haría bien en adecuar esa propuesta para que no haga un daño tal que después nos arrepintamos de haber ahuyentado el apetito de inversión en el país. Estamos a tiempo de corregir y la propuesta del impuesto al patrimonio, insisto, es muy inconveniente tal y como está.

El país necesita la claridad de que se va a cumplir la regla fiscal. No cumplirla en un escenario tan delicado como el que tenemos de financiación del endeudamiento público sería un grave error

Otro elemento debe apuntar a corregir la gran ineficiencia en el recaudo tributario del IVA, que tiene una serie de exenciones, exclusiones y tarifas reducidas. Este impuesto puede ser muy eficiente, inclusive mucho más equitativo de lo que puede estar siendo hoy en día, pero esas grandes exenciones benefician a las personas que más consumen. Paradójicamente estamos diciendo que protegemos a los hogares pobres, pero terminamos favoreciendo a los más ricos.
¿Le asustan esos primeros mensajes que ha enviado el Gobierno?
El país necesita la claridad de que se va a cumplir la regla fiscal. No cumplirla en un escenario tan delicado como el que tenemos de financiación del endeudamiento público sería un grave error y nos pondría en un riesgo de no poder refinanciar la deuda hacia adelante. Este es un nuevo gobierno que se está acomodando, la coyuntura hace especialmente sensible a la opinión y las acciones de diferentes actores a los anuncios y creo que mayor cohesión en el equipo de Gobierno de cara a la opinión pública es importante, sobre todo diría que en la conducción de la política económica la vocería debería tenerla el ministro de Hacienda.
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