Dos nuevos tributos tendrá el uso de los combustibles: uno por cuenta de los agentes contaminantes (CO2) y otro para apoyar el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc).
Para el primero, la tarifa será de 15.000 pesos por tonelada de CO2, que impactará en 135 pesos el costo de cada galón de gasolina y 152 pesos en el de ACPM.
Juan Carlos Rodríguez, presidente de Colfecar, gremio transportador, dijo que esto sin duda afectará los costos operativos de los transportadores, lo que a su vez impactaría el curso de la inflación debido al peso que esta actividad tiene en el cálculo de ese indicador. (Vea también: Así toca al bolsillo el IVA propuesto en la reforma tributaria)
Pero además rechazó la implementación del impuesto parafiscal para financiar el Fepc, debido a que esa contribución, según la Corte Constitucional, no es legal.
Fuentes del sector de distribución de los combustibles señalaron que los impuestos a la gasolina, con los 135 pesos adicionales que se plantean en la reforma tributaria, pasarían a ser el 31,3 por ciento en el precio total de cada galón. Hoy esa participación alcanza el 29,5 por ciento.
Con datos a febrero de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), por un galón de gasolina en Bogotá se pagaron 7.718 pesos, de los cuales 1.116 pesos correspondieron al impuesto nacional, que va para el Gobierno, mientras 1.168 pesos son de la sobretasa, la cual está destinada a las regiones y gobiernos locales. (Además: Congresistas, divididos por la reforma tributaria)
Advirtieron además que con la contribución parafiscal al combustible planteada en la reforma tributaria, para alimentar el Fepc, se está reglamentando, a través del Congreso de la República, la fuente de financiación de dicho Fondo, que fue declarada inexequible por la Corte Constitucional, debido a que el Gobierno no la había tramitado por el Legislativo.
La pregunta para el Ministerio de Hacienda, dicen los empresarios del sector, es cuánto dinero de esa contribución declarada inexequible bajo el modelo anterior no se reflejó en reducciones de precio a los usuarios, pues en los dos últimos años los precios internacionales han estado a la baja y se compensaron parcialmente con el alza del dólar.
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