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Devaluación en Venezuela tendrá poco impacto en compañías españolas

Los balances de las compañías españolas se habían ido reduciendo considerablemente, como consecuencia de las sucesivas devaluaciones del bolívar.

Los balances de las compañías españolas se habían ido reduciendo considerablemente, como consecuencia de las sucesivas devaluaciones del bolívar.

Foto:George Castellanos / AFP

Mapfre y BBVA anticiparon la depreciación del bolívar en el 2016, el resto habían reducido su peso.

La devaluación del bolívar anunciada recientemente pasará una factura desigual a las empresas españolas que operan en Venezuela, pero tendrá un impacto menor que en ocasiones anteriores.
Llueve sobre mojado, y el peso de Venezuela en las cuentas de resultados y los balances de las empresas españolas se ha reducido considerablemente como consecuencia de las sucesivas devaluaciones, que han llevado al bolívar a perder el 99 por ciento de su valor en poco más de siete años, desde que en enero del 2010 Hugo Chávez devaluó un 50 por ciento la moneda. A partir de entonces, el cambio pasó de 2,15 a 2.010 bolívares por cada dólar.
Con todo, las empresas sí notarán aún algo de efecto sobre sus cuentas, especialmente las que habían sido menos conservadoras. Al cierre del ejercicio del 2016, las compañías habían aplicado diferentes tipos de cambio al convertir a euros sus cuentas en bolívares, dada la poca credibilidad de los tipos de cambio oficiales.
Las diferencias entre los cambios aplicados por unas empresas y otras eran de hasta 400 por ciento. Curiosamente, en todos los casos los auditores dieron por buenas esas cifras. La nueva devaluación decidida por el gobierno de Nicolás Maduro afectará sobre todo a Telefónica y Meliá, mientras que BBVA descontó buena parte de esa depreciación y Mapfre la anticipó con creces. Repsol, por su parte, usa el dólar para la mayoría de sus operaciones en el país.
A Telefónica, por ejemplo, la devaluación le afecta de lleno. Formuló sus cuentas del 2016 con un tipo de cambio de 673,762 bolívares por dólar, la referencia oficial del tipo de cambio llamado Dicom o Sistema Complementario de Divisas, que es el que el Gobierno ha devaluado. Y al cierre del primer trimestre tenía en cuenta una depreciación de hasta 710 bolívares por dólar (750 bolívares por euro).
Por ello, la devaluación hasta 2.010 bolívares por dólar (unos 2.250 bolívares por euro) supone disminuir en casi dos tercios sus ingresos y patrimonio neto en Venezuela, al pasarlo de bolívares a euros. La compañía facturó el año pasado 432 millones de euros en Venezuela y tuvo un resultado bruto de explotación de 111 millones de euros, el 0,8 y el 0,7 por ciento del total del grupo, respectivamente.
Meliá Hotels International también aplicó el tipo de cambio Dicom a sus negocios en Venezuela. La constante pérdida de valor del bolívar ya le supuso un impacto cambiario en sus cuentas de 317,5 millones en el 2015 y de 337 millones en el 2016. La nueva devaluación puede hacer surgir nuevas diferencias de cambio, pero ya de un orden mucho menor de varias decenas de millones.
En el otro extremo, Mapfre –que fue la firma española más conservadora en sus cuentas del año pasado– reconoció una depreciación del bolívar del 88 por ciento. Convirtió sus cuentas en Venezuela a un tipo de cambio de 3.598,3 bolívares por euro, con lo que fue la primera gran empresa española que empezó a aplicar en sus balances un tipo de cambio similar al paralelo o de mercado para sus negocios en el país. Con ello, el país pasó a representar solo un 0,2 por ciento de los ingresos de Mapfre, únicamente 45,5 millones frente a los más de 1.000 millones que suponían en el 2014. Por lo tanto, la devaluación ahora no le afecta.

Otras cifras

En un punto intermedio se sitúa BBVA. Al cierre del 2016 estimó el tipo de cambio en 1.893 bolívares por euro. Con ello redujo el total de su balance en el país suramericano al equivalente a unos 1.000 millones de euros y su patrimonio contable, en unos 150 millones de euros. Con la devaluación de este miércoles, el tipo de cambio se deprecia un 15 por ciento adicional, pero el impacto será mínimo, tanto en patrimonio como en resultados.
La empresa española con mayores intereses en Venezuela es Repsol. Sin embargo, como explicaba en sus cuentas anuales, mantiene el dólar como moneda funcional de la mayoría de sus negocios de exploración y producción de hidrocarburos en ese país. El bolívar es solo la moneda de referencia a efectos fiscales para las liquidaciones de impuestos. Solo en algunas compañías menores (principalmente Quiriquire Gas), Repsol utiliza el bolívar como moneda funcional. En esos casos también utiliza el Dicom, que ha sufrido la devaluación, con lo que tendrá un pequeño impacto en sus consolidados.
La exposición patrimonial de Repsol en Venezuela al 31 de diciembre pasado ascendía a unos 2.273 millones de euros, que incluyen fundamentalmente la financiación en dólares otorgada a las filiales venezolanas. La compañía logró el año pasado recibir dividendos pendientes de los años 2010 a 2013 tras el otorgamiento por Repsol de una línea de crédito de hasta 1.200 millones de dólares a la empresa mixta Petroquiriquire, con la garantía de la petrolera estatal PDVSA.
En todo caso, incluso el nuevo tipo de cambio oficial, de algo más de 2.000 bolívares por cada dólar, está lejos del cambio paralelo o de mercado. Según dolartoday.com, que actúa como referencia extraoficial en esta materia, el cambio paralelo está en más de 6.000 bolívares por dólar. De ese modo, ajustar el Dicom al del mercado supondría una devaluación adicional de otro 66 por ciento, que tendría impacto en todas las empresas españolas con negocios en el país.
MIGUEL JIMÉNEZ
Ediciones EL PAÍS, SL 2017
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