Producir alimentos orgánicos es uno de los beneficios de crear un microhuerto, una opción que cada día toma más fuerza en las grandes ciudades y que permite un acercamiento real con la naturaleza.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), una de las ventajas de la horticultura urbana, es que puede darse en espacios reducidos como balcones, patios y contenedores como cajas de madera y llantas viejas. Pero hay otro beneficio: se puede usar para enseñarles a las nuevas generaciones el valor de las comidas.
Igualmente, estudios de la organización revelan que un espacio de un metro cuadrado es perfecto para producir cosechas productivas como 200 tomates al año; 36 piezas de lechuga, cada 60 días, o 100 cebollas, cada 120 días.
Asimismo, un dato para resaltar de la FAO es que los microhuertos son una excelente alternativa para las familias que buscan satisfacer sus necesidades de vitaminas, minerales y proteínas de origen vegetal, más aún si son de escasos recursos.
Otro dato relevante es que el terreno ya no es un impedimento, ya que se pueden desarrollar en la tierra o en un sustrato hecho a base de cáscara de maní, fibra de coco, cascarilla de arroz y arena gruesa. Sin embargo, si no hay sustratos disponibles, también se puede cultivar en agua enriqueciéndola con fertilizantes solubles.
Igualmente, es importante tener en cuenta que para que una huerta prospere, es vital que tenga luz natural y agua, elementos esenciales para que las plantas generen oxígeno por medio de la fotosíntesis y crezcan fuertes y sanas.
A lo anterior se suma Luis Alberto Suárez, gerente General de la empresa Helecho, quien indica que desarrollar una buena huerta también depende del espacio y del tiempo con el que se cuente. “Siempre será mejor cultivar en suelo natural, pero en caso de no tener esta opción, existen diferentes tecnologías para crear huertas en terrazas, jardines verticales productivos o en sistemas portátiles de jardinería”, explica.
En el caso de las huertas horizontales, se pueden hacer de forma artesanal pero con una debida planificación; sin embargo, para torres productivas o verticales es mejor buscar proveedores que cuenten con tecnología especializada.
Suárez agrega que es importante tener en cuenta cuidados básicos, como el riego, la fertilización y el control de plagas. A esto le suma –en el mediano y en el largo plazo– el análisis de los alimentos que se requieren en cada hogar, para que así se aproveche la huerta y disfruten ventajas extras como ahorros en la canasta familiar, sentido de pertenencia y hasta beneficios terapéuticos”, dice.
Son muy populares los huertos urbanos asociativos, que se desarrollan en pequeñas organizaciones de vecinos
Incluso, para los que quieren tener un microhuerto en apartamentos pequeños también hay soluciones. Por ejemplo, la compañía Paqua creó una opción hidropónica que lleva su nombre, que consiste en un sistema de riego automatizado que provee a las plantas los mismos nutrientes que necesitan del suelo para germinar.
Según la gerente de la empresa, Tatiana Jordan, “con el objetivo de que cada persona pueda cultivar sus propias hortalizas, este sistema cuenta con un tanque de 30 litros de agua y una bomba que se encarga de oxigenar las raíces; además, está programado para proporcionar agua con nutrientes con el fin de que las plantas crezcan más rápido que en tierra”.
Jordan también explica que este sistema es ideal para instalar en los colegios, ya que un microhuerto incentiva a los niños y a sus familias a no desperdiciar los alimentos, un problema que –según la empresaria– actualmente aqueja a la humanidad.
A lo anterior se suma Diego Terán, gerente General de Green Decco, quien menciona que “también son muy populares los huertos urbanos asociativos, que se desarrollan en pequeñas organizaciones de vecinos, y en los que, por lo general, se alternan productos en el huerto: alguien siembra tomates en este ciclo; otro, lechugas y, de esta manera, posteriormente se reparten los frutos”, agrega.
También son populares los huertos urbanos asociativos,
que se desarrollan en pequeñas organizaciones de vecinos
Terán también anota que “cualquier espacio abre un abanico enorme de oportunidades para desarrollar un pequeño huerto. En los apartamentos, por ejemplo, se utilizan más los módulos verticales internos o pequeñas mesas de cultivo que pueden conseguirse con facilidad en el mercado. Por otra parte, en las casas con patio, casi siempre hay mayores posibilidades para desarrollar uno productivo de autoconsumo”.
El gerente agrega que “con el manejo del espacio lo importante es la creatividad, aprovechar los recursos ecológicos, (la lluvia, la luz y el viento) y hacer controlar plagas y enfermedades, que casi siempre pueden manejarse con remedios caseros que no impactan al medioambiente y ofrecen la posibilidad de tener alimentos, sanos y con cero agroquímicos”, concluye.
Según Luis Suárez, gerente de la empresa Helecho, la rúgula, la espinaca, las acelgas y el perejil, así como el tomillo, la menta, la zanahoria, los ajos, las arvejas y los tomates cherry, son los diez alimentos clave para iniciar con una huerta. Además, Tatiana Jordan, gerente de Paqua, expresa que “cosechar en casa ayuda a limpiar el aire, ya que las plantas absorben CO2 y liberan oxígeno sin afectar sus propiedades alimenticias ni organolépticas. Diego Terán, gerente de Green Decco, agrega que también es vital, tener claro los productos que disfruta comer cada familia”.
DIANA MARCELA DÍAZ G.
Redacción Vivienda