Varios problemas que se han mantenido durante todo el año para la industria llevaron a los empresarios que participaron en la Encuesta de Opinión Industrial de la Andi a considerar que el 2017 ya es un año perdido para este sector.
Según esta investigación que le pone el termómetro a lo que ha sido y será la producción y ventas industriales, los encuestados perciben que, si bien en el tercer trimestre se detiene la tendencia decreciente, “hay un relativo estancamiento, pues los pedidos han disminuido, los inventarios han aumentado en algunos sectores y el clima de negocios no muestra una mejoría”.
La falta de demanda, las estrategias agresivas en precios y comercialización, el costo y suministro de materias primas, la tasa de cambio e incertidumbre tributaria fueron los problemas que pusieron sobre el tapete como los principales obstáculos que han tenido para empujar la producción.
Las cifras dan cuenta de este panorama. Según opinaron en la encuesta, entre enero y septiembre la producción industrial se contrajo (-0,3 %), mientras las ventas crecieron, pero a ritmo muy lento: 0,1 por ciento.
Si bien el uso de la capacidad instalada, que es clave para que las empresas no tengan tanta pérdida y, por ello, empiecen a recortar empleos, pasó de 76,2 a 77,2 por ciento, pero el resultado fue gracias a la refinación de petróleo, porque sin ella se registra una leve caída: a 75,5 por ciento.
Por el lado de las ventas la situación no es mejor. El 40 por ciento de empresarios dijeron que disminuyeron en octubre; para el 34,7 por ciento no hubo cambios, y para el 25,3 por ciento hubo cierto aumento. Por eso, para la Andi, “el reto es generar las bases para no perder también el 2018”, señala el informe.
Sobre la posibilidad de negociar con los países de Alianza Pacífico (México, Chile, Perú y Colombia), lo que se ve como una oportunidad, el 55 por ciento de empresarios está interesado y el 45 por ciento no.
Tras la entrada de nuevos asociados, en su mayoría, grandes potencias mundiales, los dueños de compañías en el país tienen el ojo puesto en Canadá (66,7 %) y Australia (41,7 %).
Hay un relativo estancamiento, pues los pedidos han disminuido, los inventarios han aumentado en algunos sectores y el clima de negocios no muestra una mejoría
Pese a que la participación de la mujer en el mercado laboral ha tenido un papel importante en la reducción de la pobreza, según el Banco Mundial, la deuda con el género en este frente es enorme en el mundo.
La mayor fuerza del trabajo la siguen aportando los hombres y ese desbalance es consecuencia –según ONU Mujeres– de la pobreza, la falta de derechos sobre tierra y herencia, la discriminación y la explotación laboral, entre otros.
Menos participación de la mujer en el mercado laboral, remuneración muy por debajo de la que reciben los hombres y poca proporción en los cargos directivos de las empresas, que no supera el 24 por ciento, caracterizan ese desequilibro, dicen los expertos.
En Colombia ha habido avances significativos pero insuficientes. Un estudio publicado en el 2015 por ONU Mujeres afirma que el acceso a la fuerza laboral de las mujeres colombianas creció 24 por ciento en las últimas décadas, pero pese a ello hay mucho por hacer.
Si bien las mujeres son agentes efectivos para el desarrollo del capital social de un país, es necesario contribuir con sus necesidades, sus diferencias de roles y sus circunstancias económicas y familiares. “Significa que se debe reconocer más su aporte actual y potencial como productora, como individuo capaz de tomar decisiones y como generadora de ingresos”, dice el BID.
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