La actual coyuntura económica le está pasando factura a la deuda pública, esta es la que utiliza el Gobierno para financiar buena parte de las inversiones y el gasto del país. La razón, los fondos de capital extranjero ya no están invirtiendo con la misma intensidad que antes.
Entre los motivos fundamentales del bajo apetito extranjero por los títulos de Tesorería de la Nación (TES) se cuentan la expectativa ante una reducción de la calificación crediticia del país si el Gobierno no cumple sus metas fiscales; el fin de los recortes de la tasa de intervención del Banco de la República, hoy en 5,5 por ciento, y la normalización de la política monetaria por los principales bancos centrales en el mundo, dicen analistas del mercado.
Los fondos de capital extranjero (FCE) son los segundos mayores inversionistas de deuda pública en el país con 25,7 por ciento este año. En mayo, esa participación era del 26,2 por ciento, una cuota fundamental en la fijación de las tasas de este mercado. En poder de los inversionistas foráneos hay TES por un monto cercano a los 63 billones de pesos.
Pero, en junio, luego de nueve meses, dichos fondos comenzaron a reducir esa participación. Ese mes vendieron la cifra récord del mercado de 1,15 billones de pesos en TES; además, el monto más alto desde octubre el 2016.
Eso como respuesta a una “menor oportunidad de valorización en estos títulos como resultado de la publicación del Marco Fiscal de Mediano Plazo (que promete mayor emisión de TES), el acercamiento al fin del ciclo bajista de tasas de interés por parte del Emisor, la salida de República Checa del índice de emergentes de JP Morgan, el tono duro de los principales bancos centrales y por los bajos precios del petróleo”, dicen los analistas de Credicorp Capital.
Estadísticas oficiales indican que, si bien en julio los extranjeros solo invirtieron unos 340.000 millones en TES, en lo corrido del año su apuesta suma unos 5,74 billones de pesos, la más alta entre los inversionistas de este mercado, nivel que se ha ido reduciendo.
Ese mes, los mayores inversionistas de deuda pública fueron los bancos comerciales con cerca de 3,1 billones de pesos, sumando en lo corrido del año 3,45 por ciento, lo cual le da una participación del 15,5 por ciento, la tercera más alta después de la de los fondos de pensiones y cesantías (AFP), que tienen el 27,5 por ciento, y las de los FCE, que cuentan con el 25,7 por ciento, según datos del Ministerio de Hacienda con corte al séptimo mes del año.
“En lo corrido del año, los FCE han comprado 5,7 billones de pesos en TES, cifra que aún se encuentra por debajo de los niveles de compra de 2014 y 2016”, dicen en Alianza Valores.
En Credicorp Capital advierten que esa baja participación de los extranjeros en el mercado de la deuda pública no ha sido solo en Colombia, sino, en general, en toda la región. Sostienen que durante julio pasado los recursos de no residentes hacia los mercados emergentes fueron de unos 19.900 millones de dólares, pero a Latinoamérica solo llegó el 5,6 por ciento de esos dineros, que, en cualquier caso, fueron dirigidos en su mayoría hacia mercados de títulos participativos.
Y lo que están viendo los analistas es que esas compras de deuda por los agentes externos puede seguir siendo baja para lo que resta del año, tanto por menores rentabilidades, que se han reducido 71 puntos básicos, como por los cambios en el entorno económico local e internacional.
Los TES tasa fija con vencimiento en noviembre del 2018 pasaron de 6,18 a 5,02 por ciento entre diciembre y julio pasado; los que vencen en mayo del 2022 lo hicieron del 6,66 a 6,09 por ciento en igual periodo, mientras que los de más largo plazo, es decir, los que vencen en septiembre del 2030, pasaron de 7,31 a 6,83 por ciento.
Los analistas dicen que aún hay espacio para nuevas variaciones de la rentabilidad.
“Nuestra revisión se sustenta, principalmente, en la senda prevista de la política monetaria. Además, en adelante no esperamos aumentos adicionales significativos en las tenencias de TES por agentes internacionales”, estiman los analistas del Grupo Bancolombia.
Otro de los aspectos que pueden jugar en contra de que el apetito extranjero por la deuda pública del país se reactive, o por lo menos no se pierda más, es la pelea de algunos países por ganar participación en el índice JP Morgan, en el cual Colombia tiene una cuota de 7,1 por ciento, tras un máximo de 8 por ciento un par de años atrás.
Según Alianza Valores, este año el país ha perdido 0,75 por ciento en ese indicador. “Un ejercicio estadístico sencillo nos da que un 1 por ciento de pérdida en este índice equivale, más o menos, a un 1 por ciento en desvalorización en la tasa del TES de 10 años”.
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