Para Leonardo Villar, comisionado del equipo de expertos que nombró el Ejecutivo para investigar y elaborar las propuestas de la reforma tributaria que necesita el país, “el proyecto radicado por el Gobierno está en línea con nuestro informe. Inclusive, mejoró algunos temas, pero con otros se quedaron cortos”.
¿Qué le sorprendió del proyecto?
La propuesta de bebidas azucaradas, que no estaba en lo de la comisión; pero personalmente me gusta.
¿Y qué no le gustó?
Que no eliminaron todos los beneficios a las empresas que los tienen, lo que reduce el recaudo con respecto a lo que hubiera podido ser. Por ejemplo, se mantienen muchas zonas francas, algunos beneficios especiales que si se hubieran quitado, permitirían disminuir más la tarifa para el conjunto de las empresas.
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Pero dejaron el IVA como lo recomendaron ustedes...
Nuestra propuesta era avanzar quitando una cantidad de productos exentos o excluidos de esas categorías. Si se hubiera avanzado en ese sentido, habría más recursos para mantener políticas sociales más progresivas. Ahora el recaudo no va a ser suficiente, pero entiendo que políticamente era muy difícil de pasar eso en el Congreso. Podía llevar a que la reforma se cayera.
IVA a venta de vivienda nueva tampoco lo sugirió la comisión...
El IVA a la vivienda residencial de más de 800 millones no es la mejor manera de manejar el sector constructor. La mayoría de comisionados estábamos en contra de esto porque, en el fondo, puede generar distorsiones entre la vivienda nueva y la usada, desestimular la construcción. Hubo dos comisionados a los que les gustaba esa idea. No quedó en el informe, pero el Gobierno acogió la propuesta de los dos.
Las pensiones altas se salvaron de tributar...
Eso no me gustó. Se hace populismo para que esta medida no se acoja, pregonando que se va a gravar el ingreso a los pensionados. Las pensiones altas, de 10, 15, 25 millones de pesos, son una minoría, pero en ellas se va buena parte del gasto público en pensiones. Es triste que no puedan contribuir en algo.
Se suavizó la carga a los dividendos, ¿es conveniente?
La propuesta de dividendos quedó bastante diluida frente a lo que se planteó en la comisión. No solo porque la tarifa es más baja, sino porque, al no incluir ninguna provisión sobre los dividendos que se reparten entre sociedades, se vuelve muy fácil eludir el impuesto.
La propuesta de la comisión tenía un componente que trataba de evitar que se pagara dos veces cuando se distribuye por parte de una sociedad a otra, y después, finalmente, a la persona natural. Lo que estaba previsto es que se cobrara una vez y cuando se volviera a repartir dividendos por parte de la sociedad que ya pagó, ahí se podía acreditar el aporte anterior. Eso no se acogió y puede hacer poco eficaz el impuesto de los dividendos.
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entrevista a leonardo villar sobre la reforma tributaria
Con empresas sin ánimo de lucro da la sensación de que no se hizo nada...
Tanto las propuestas que había hecho la comisión como lo que quedó en el proyecto del Gobierno, la idea es mejorar los controles sobre las empresas sin ánimo de lucro; evitar que se usen para hacer contratos con los donantes y los directivos. En lineamiento de política, se mantuvo.
El cambio en la tributación de los asalariados devuelve al sistema anterior. ¿Por qué eso es bueno?
Hay una parte que es retornar al sistema anterior. La diferencia es que cuando se hizo la reforma de Juan Ricardo Ortega, introdujeron una distinción por tipo de contribuyente. Los que se llamaban empleados y los que no. El Imán y el Imás (que ahora se eliminan) les aplicaba solo a los asalariados. Eso hizo que el tratamiento fuera distinto aunque los ingresos provinieran de la renta laboral, y causó complicaciones tributarias. Ahora se volvió a un esquema más tradicional, pero cada ingreso se mira por separado. El que proviene del trabajo, el del asalariado, tiene un descuento del 25 por ciento, además de las deducciones por pago de pensiones y salud.
Recursos y calificaciónLa situación de las finanzas del país es uno de los motivos de la reforma tributaria, aunque de tiempo atrás se viene hablando de la necesidad de mejorar el Estatuto Tributario para ordenarlo, simplificarlo y volver los impuestos más progresivos.
El hueco fiscal dejado por la caída del precio del petróleo es superior a los $ 30 billones. El presupuesto general del 2017 está financiado, según Minhacienda, pero la reforma el próximo año podría aportar 0,8 % del PIB. Colombia también está presionada por las firmas calificadoras, que le dieron al país lo que se llama ‘grado de inversión’ (nota ‘BBB’, con la que logra créditos externos a bajo interés).
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