En medio de los asistentes al Congreso Nacional de la Infraestructura, que comenzó este miércoles en Cartagena, está Íñigo de la Serna, ministro de Fomento de España, quien llegó al evento no porque sea uno de los oradores o participante en los debates, sino porque quiso estar entre el público, movido por el interés que le han generado los desarrollos del sector en el país.
Antes del arranque del congreso, De la Serna presenta su percepción sobre los desarrollos de la infraestructura en Colombia, pero también se refiere a la dura recesión que golpeó a su país y al impacto de la crisis de Cataluña, justo cuando la recuperación económica se siente más.
Ha pasado una década desde que estalló la crisis financiera global, en la que España fue muy impactada. ¿Ya su país recuperó todo el terreno perdido?
España ya se ha recuperado de la crisis, y es, entre las grandes economías de la eurozona, la que más crece. La economía española ha salido de la recesión y crece y crea empleo por encima de las expectativas. Si a finales de 2011 la economía española suponía un riesgo para la zona euro, hoy se ha convertido en uno de sus motores de crecimiento. Las previsiones para este año son de 3,1 por ciento, y del 2,3 por ciento para el próximo año. Pero lo más importante es que se ha recuperado el nivel de renta previo a la crisis y se han creado más de dos millones y medio de puestos de trabajo. Se ha reducido el desempleo de un 25 al 16 por ciento actual. Por otra parte, se han recuperado los niveles de inversión anteriores a la crisis.
La política económica desarrollada durante estos cinco últimos años para hacer frente a los desequilibrios históricos de la economía española y para recuperar la confianza de los mercados, unida al esfuerzo de las empresas y de la sociedad española en su conjunto, ha tenido sus frutos. Se han corregido los principales desequilibrios. Y, lo que es más importante, se está produciendo un cambio de modelo hacia un modelo de crecimiento sostenible basado en la exportación y la competitividad, compatible con superávits de balanza por cuenta corriente.
¿Qué tareas quedan pendientes para dejar definitivamente atrás la crisis?
Todavía hay margen de mejora, especialmente en cuanto al nivel de desempleo y déficit público, pero se han sentado las bases para lograr un crecimiento sostenido y una economía más sólida, de manera que cuando se vuelvan a producir crisis económicas internacionales estemos preparados para afrontarlas. Por ello, el Gobierno está firmemente comprometido con continuar con las reformas estructurales necesarias para lograr un crecimiento sostenible y mantener su compromiso de consolidación fiscal, compatible con el crecimiento y la creación de empleo, que es el principal objetivo.
¿En qué medida el intento de independencia de Cataluña puede haber afectado la dinámica económica?
Es indudable que la actitud del destituido gobierno catalán y de parte del parlamento autonómico ha afectado la dinámica económica. No es un dato menor que más de 2.600 empresas hayan trasladado su sede social de Cataluña a otros lugares de España desde la celebración del ilegal referéndum de independencia.
Sin embargo, la activación del artículo 155 de la Constitución Española ha frenado sustancialmente la fuga de empresas de Cataluña y ha proporcionado un alto nivel de estabilidad institucional y política. De hecho, confío en que la estabilidad que se observa desde entonces se verá refrendada en las elecciones catalanas del próximo 21 de diciembre. De hecho, estamos convencidos de que se podrá lograr revertir este traslado de domicilios sociales y seguir captando nueva inversión. El Gobierno ha velado, y lo seguirá haciendo, por garantizar tanto la estabilidad como la seguridad jurídica a los empresarios en Cataluña.
¿De qué magnitud es la fuerza de opinión catalana que rechaza la independencia? ¿Por qué no se hace sentir en las calles de la misma manera que lo hacen los sectores independentistas?
En Cataluña hay una clara mayoría que rechaza la independencia. Es una mayoría silenciosa que ha callado durante mucho tiempo por las presiones y la intimidación de los sectores independentistas. El 8 de octubre salieron a la calle para hacer visible que los independentistas no pueden arrogarse la representación de Cataluña. Son la representación de una Cataluña plural que el independentismo intenta laminar y ocultar en otro de sus rasgos antidemocráticos.
Hay que denunciar el nivel de manipulación que los independentistas llevan a cabo falseando la historia y la realidad económica actual, creando agravios inexistentes. No puede justificarse la llamada a la independencia con el argumento de que aporta más que otras regiones al bienestar común del conjunto de la nación.
Los independentistas tienen las vías constitucionales y legales para defender sus ideas, y así lo han hecho sin problemas en los últimos 40 años. Lo que no se puede permitir en ninguna democracia es imponer la voluntad de una minoría sobre el sentir de la mayoría ni violentar la ley para alcanzar objetivos políticos.
En países como Colombia teníamos la impresión de que el populismo era propio de naciones en vías de desarrollo. ¿Por qué están floreciendo ese tipo de movimientos en países como el suyo, con niveles de educación superiores?
El auge del nacionalismo es, en efecto, una versión del populismo que afecta a muchos países. Hay populismos de izquierdas, de derechas y nacionalistas que florecen ante las incertidumbres que generan las crisis económicas y las inseguridades ante fenómenos nuevos derivados de la globalización. El independentismo es especialmente sensible a esta situación.
¿Qué fortalezas ve en el programa de infraestructura que está llevando a cabo Colombia?
Colombia ha hecho un impresionante esfuerzo durante el gobierno del presidente Santos en materia de infraestructuras. La primera gran fortaleza viene de un diagnóstico acertado de las necesidades del país. La creación de una estructura institucional, especialmente la Agencia Nacional de Infraestructura, que sirviera de interlocución para las empresas y trasladara con exactitud las necesidades de planificación estratégica a obras concretas ha contribuido a una fluida participación de empresas nacionales y extranjeras.
Tras ello, la elaboración de la legislación apropiada, sobre todo la Ley 1508, que abre la puerta a las alianzas público-privadas, y la ley de infraestructuras, que levantó obstáculos al desarrollo de las obras, ha generado un marco jurídico sólido y previsible.
¿Le haría ajustes para fortalecerlo?
Lo importante de los esfuerzos de esta magnitud es sostenerlos en el tiempo. Hay que generar mayor apertura a las empresas extranjeras que puedan aportar soluciones tecnológicas que no existan en Colombia. La simplificación de trámites administrativos y una buena coordinación de las diferentes administraciones siempre dan buenos resultados.
Para seguir con ese plan de infraestructura, Colombia viene convenciendo a inversionistas internacionales para que participen. ¿La participación de España se frena por hechos recientes como la intervención de Electricaribe (de Gas Natural Fenosa), el fallo de un tribunal que golpeó a Telefónica o la controversia de Sacyr por las obras de una carretera en el norte del país?
La relación económica y comercial de Colombia y España es intensa. No hay indicios que hagan pensar en una ralentización ni, mucho menos, en un freno a la continuación de unas relaciones que son profundas y extensas. Colombia es el sexto destino de la inversión española en América Latina y el décimo noveno mundial. Es nuestro quinto socio comercial en América Latina, más o menos a la par con Perú. Nuestras empresas están presentes en muchos sectores importantes, desde las infraestructuras hasta el turismo, pasando por la energía o los servicios. La relación seguirá siendo muy buena, y no tendría sentido que fuera de otro signo.
ECONOMÍA Y NEGOCIOS