Tras un 2017 de altibajos, este año el esfuerzo para impulsar la compra de vivienda seguirá del lado del Gobierno, con el subsidio hipotecario; de las cajas de compensación, con los auxilios familiares para sus afiliados, y de los bancos, cuyas tasas de interés están por debajo del 10 por ciento. En el portafolio de posibilidades tampoco se puede dejar de lado al Fondo Nacional del Ahorro, que también aporta al desempeño del sector.
Todos, sin excepción, han enfilado baterías para revertir por la vía de los créditos los indicadores sectoriales a la baja, como el PIB de edificaciones, que fue de -5,7 por ciento en el 2017. Por segmentos, el de construcciones residenciales registro una variación de -2 por ciento y el de otros usos, de -11,4 por ciento. En su orden, este año la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) espera variaciones al alza de 4,6; 7,9 y 3,8 por ciento, respectivamente.
Esta semana, a las proyecciones se sumó Asobancaria, con un informe que analiza el panorama del lado de las entidades financieras. Al respecto, espera un crecimiento de 6,2 por ciento en la cartera de vivienda, casi un punto porcentual por debajo del 2017.
La entidad reconoce que la situación para este segmento aún estará marcada por la moderación en la dinámica de los préstamos, en parte, porque la venta de inmuebles nuevos registró una contracción significativa. De hecho, según Camacol, esta fue de -9,9 por ciento entre diciembre del 2016 y noviembre del 2017, respecto al periodo precedente.
De todas formas, el gremio bancario prevé que este año “se materialicen modestas señales de recuperación, con un crecimiento del 2,9 por ciento real anual”.
Para ahondar en la dinámica financiera de la vivienda, Asobancaria recordó que en el 2017 se desembolsaron cerca de 149.000 créditos en el país, cuyo monto sumó 14,9 billones; en medio de las eventualidades, esto representó un crecimiento de 0,6 por ciento en número y de 6,7 por ciento en valor real, respecto al 2016. Sobre lo que espera de este año, el informe entregado a EL TIEMPO prevé “un número levemente menor de créditos (-2 por ciento), con una contracción de 7,8 por ciento en el valor”.
Con el fin complementar los datos revelados por el gremio bancario y orientar a los potenciales compradores sobre la mejor manera de acceder a un préstamo hipotecario, este diario consultó a varios analistas.
Juan Sebastián Pardo, presidente de la entidad financiadora de vivienda Credifamilia, fue uno de ellos: “No hay duda de que el difícil momento por el que atravesó la economía del país el año pasado aplazó la compra por parte de algunas familias; sin embargo, este año la dinámica mejorará gracias a la reducción de las tasas de interés que, con el dato de la inflación (4,09 por ciento), seguramente impulsará la solicitud de los créditos en Unidad de Valor Real (UVR), una de las figuras más demandadas, especialmente por quienes invierten por primera vez”, anotó el directivo, quien subrayó que las elecciones presidenciales influirán significativamente.
Igualmente, el economista del banco BBVA, Mauricio Hernández, aseguró que será un año de contrastes entre un buen comportamiento de la vivienda de interés social (VIS) y nuevas caídas en la construcción de inmuebles de rangos superiores y en edificaciones no residenciales. “Estas últimas mantienen altos inventarios y una demanda más baja que el promedio de los últimos años; en consecuencia, la iniciación de nuevos proyectos será limitada”, dijo el directivo, quien coincidió con Pardo en que la inflación será un incentivo clave para solicitar créditos.
A las opiniones se sumó Gloria Correa, gerente de productos hipotecarios de Bancolombia, quien proyectó una variación de 4,6 por ciento en el PIB de edificaciones, “en parte, por los estímulos del Gobierno, la inflación estable, la disminución de las tasas y los subsidios que favorecen el acceso a la oferta social”.
Otra de las entidades que prevé un repunte es el Banco Colpatria. Danilo Morales, vicepresidente de la entidad, señaló que “este año habrá una oferta significativa, con buenas condiciones y oportunidades para todos los estratos y (en línea con los demás analistas) tasas muy competitivas. Además, algo para destacar es que los constructores ampliaron la financiación para la cuota inicial: de un año y medio en promedio se pasó a tres e, incluso, más años”.
La gente siempre pregunta si es mejor un crédito en Unidad de Valor Real (UVR) o en pesos. Según el Banco Colpatria, “la primera es una buena opción para personas de ingresos limitados. No obstante, vale aclarar que el cliente puede cambiarse a la financiación en pesos”.
En cualquiera de los casos, hay que tener en cuenta recomendaciones básicas: reunir el dinero para la cuota inicial, tramitar la solicitud de subsidio familiar (si el caso lo amerita) y buscar la vivienda.
Importante, además, establecer los plazos en los cuales pagará la obligación, así como escoger la tasa de interés más favorable.
Y algo clave: no ‘infle’ los ingresos. Asuma el pago del crédito solo con el dinero que cuenta, realmente.
ANDRÉS SALAZAR CUBIDES
ECONOMÍA Y NEGOCIOS
@ANDSALCUB
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