Los inversionistas extranjeros han aprovechado la caída de precios por la crisis para marcar un nuevo máximo en el control de las acciones cotizadas en la bolsa española: tienen el 43,1 por ciento, la cifra más alta desde 1992.
Las familias españolas siguen como segundo propietario, con el 23,4 por ciento, mientras que la banca se anota un nuevo mínimo histórico: 3 por ciento del mercado. Las empresas no financieras tienen el 20,1 por ciento; los de inversión colectiva y los seguros, el 7,4 por ciento y las administraciones públicas, un 3,1 por ciento, según el informe BME sobre la distribución de la propiedad de las acciones.
La retirada de las entidades financieras coincide con la llegada de la crisis (en el 2007 tenían el 9,4 por ciento), con el cambio legislativo que penaliza la inversión en empresas así como el mayor esfuerzo por reforzar su capital con todos los recursos disponibles. El 3 por ciento actual es seis décimas menos que en el 2015 y casi 13 puntos menos que el de 1992, cuando existía la denominada banca industrial.
Algo para destacar es que la cuota de los inversionistas extranjeros aumenta siete décimas. Una demostración de la confianza de los fondos foráneos en las cotizaciones españolas a largo plazo.
ÍÑIGO DE BARRÓN Ediciones EL PAÍS, SL 2017
24 de septiembre 2017, 11:00 P. M.
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Íñigo de Barrón - Ediciones EL PAÍS24 de septiembre 2017, 11:00 P. M.