Desde el punto de vista de los impuestos, Colombia no ha logrado encontrar el equilibrio a la hora de establecer los beneficios.
Por el contrario, durante el 2016, las gabelas sumaron 72,3 billones de pesos (solo en referencia al impuesto de renta y al Cree), lo que representa un incremento del 8,1 % frente al año anterior, cuando fueron de 61 billones.
La cifra es equivalente a 9 por ciento del producto interno bruto (PIB) del año pasado, por lo que es más de cuatro veces los dos puntos del PIB que el país intenta subir al recaudo tributario con la pasada reforma.
El incremento, año a año, de los beneficios tributarios sucede mientras la competitividad, la inequidad en el pago de impuestos y el escaso recaudo siguen rampantes, aspectos que deberían mejorar si las cosas se estuvieran haciendo bien, es decir que todos contribuyan y cada quien lo haga según sus ingresos.
Las advertencias sobre la ineficiencia de los beneficios tributarios que permite el sistema impositivo han sido develadas hasta la saciedad.
La comisión de expertos que recomendó la pasada reforma tributaria fue enfática al señalar que eran abultadas e inequitativas y que muchas de ellas se demoran más tiempo del requerido para que cumplan su función, por lo que se deberían quitar, lo que tuvo oídos sordos en la ley que reformó una vez más el Estatuto Tributario en el 2016.
Según el Marco Fiscal de Mediano Plazo del 2017, de la cifra de beneficios tributarios aplicados en el 2016, 61,3 billones de pesos corresponden al impuesto de renta y complementarios, lo que implica que las gabelas fueron superiores al recaudo obtenido por ese impuesto en 2016: 43,4 billones de pesos, según la Dian.
En el caso del impuesto Cree (contribución económica especial), mientras el recaudo total fue de 15,1 billones de pesos, los beneficios pedidos por los contribuyentes de esta fueron el 72 % de lo aportado.
Mientras el recaudo tributario sigue siendo precario frente al número de contribuyentes, las gabelas aplicadas en el 2016 equivalen al 57,1 % de todo lo recaudado el año pasado: 126,6 billones de pesos.
Frente a los beneficiados, solo en el caso de las gabelas sobre el impuesto de renta, el 47,9 les fueron otorgadas a las personas jurídicas (empresas), mientras que el restante 51,1 % las solicitaron las personas naturales, en donde entran tanto los asalariados como los dueños de empresas.
De acuerdo con lo establecido en el MFMP, “la mayor parte de las rentas exentas de las personas naturales no obligadas a llevar contabilidad (es decir, personas sencillas tributariamente) corresponden al subsector de asalariados, el 80,2. % del total.
“Este valor pertenece principalmente a la exención que recae sobre los ingresos laborales”.
Si bien la diferencia en porcentaje les da ventaja a las personas naturales trabajadoras, para Horacio Ayala, tributarista y exdirector de la Dian, la ventaja no es precisamente para los de menores ingresos.
“El costo fiscal para las personas jurídicas es alto. Súmese los contratos de estabilidad tributaria, tarifas diferenciales a zonas francas, ley del libro, cultivos de mediano y tardío rendimiento, entre otros”.
Entre tanto, entre las personas naturales obligadas a llevar contabilidad (los que realizan actividades productivas que generan más ingresos), “la mayoría de los beneficios se concentran en actividades relativas al comercio al por mayor y al detal (46,6 %), reparación de vehículos automotores y motocicletas (23,5 %), asalariados (13,0%) y actividades profesionales, científicas y técnicas (10,1 %)”, indica el marco fiscal.
En general, para las personas naturales, según expresa Pedro Sarmiento, experto en impuestos, la reforma tributaria que empezó a regir este año “está desmontando beneficios para las personas naturales al limitar su utilización."
“En últimas, se plantean muchos, pero los desmontan por la puerta de atrás”.
Las empresas se benefician con la deducción por inversión en activos fijos y las rentas exentas en el Cree.
Los beneficios en materia de impuestos no pueden satanizarse, pero al tratarse de deducciones, exenciones y tratamientos especiales que van a disminuir el ingreso para el Estado, deberían tener objetivos de impulso productivo.
De acuerdo con el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), “del total de beneficios tributarios, 86 % correspondió a las rentas exentas; 7,1 %, a descuentos tributarios y 6,9 %, a la deducción por inversión en activos fijos, que aplica para los que compran equipos y aparatos de producción”.
MARTHA MORALES MANCHEGO
Redacción Economía y Negocios