Con la firma del contrato entre la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Conconcreto y Vincy Highways, integrantes del consorcio Estructura Plural Vías Girardot, ganador de la concesión para hacer el tercer carril entre Bogotá y Girardot, quedó asegurada la obra que convertirá a esta autopista en la primera del país de seis carriles.
Se espera que el inicio de la etapa de preconstrucción sea antes de finalizar 2016, para que durante el 2017 el concesionario avance en esta fase destinada para la compra de predios y el licenciamiento ambiental del proyecto y luego, también a finales del próximo año, arranquen las obras físicas del tercer carril que se hará a lado y lado de la vía Bogotá-Girardot.
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La ampliación del corredor se hará desde la salida del túnel Sumapaz, adelante de Boquerón (Cundinamarca), hasta el viaducto del Muña, en límites de los municipios de Soacha y Granada, limítrofes de Bogotá.
Se busca que con la extensión de la autopista a seis carriles puedan circular sin trancones ni contratiempos tractomulas, camiones y automóviles que se esperan en cinco años: más de 25.000 automotores diarios en promedio. Hoy ese registro es de 20.000.
La firma del contrato estuvo presidida por el vicepresidente, Germán Vargas, con la asistencia del alcalde de Melgar, Miguel Antonio Parra, lugar donde se realizó el acto.
La tercera calzada en esta autopista que forma parte de los proyectos de cuarta generación (4G) y se contrató con el esquema de asociación público privada de iniciativa privada (APP-IP) será una de las más costosas en proyectos viales: 1,71 billones de pesos, porque los nuevos carriles, en ambos sentidos, se harán a lo largo de 72 kilómetros.
Además, para avanzar con los nuevos carriles se tendrán que construir cuatro túneles cortos (que sumarán unos 2 kilómetros). los cuales irán paralelos al actual túnel de Sumapaz. Para levantar estas estructuras deberán atravesar montañas y rocas, explicaron ingenieros de la ANI.
Los nuevos túneles ya tienen sus nombres: Ermitaño (de 310 metros), Divino Niño (194 m), Palmichala (742 m) y la Nariz del Diablo, que será el más largo (780 metros).
Este trayecto se considera uno de los más importantes, no solo por el trabajo constructivo que se hará en este paso, sino porque será el que permitirá recortar más los tiempos de desplazamiento en la vía.
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La idea, dicen los estructuradores del proyecto, es que al recortarse curvas y hacerse el tránsito más seguro por esta parte del corredor se podrá mejorar la movilidad.
De hecho, cuando la autopista quede de seis carriles –lo que se espera suceda hacia finales del 2022, cuando terminen los trabajos– se ha calculado que los tiempos de viaje de Bogotá a Girardot, y viceversa, se reduzcan en por lo menos 45 minutos.
De las 3 horas 15 minutos que emplea un camión en promedio para transitar entre los dos puntos, se recortarán a dos horas y 30 minutos, ha estimado el presidente de la ANI, Luis Fernando Andrade.
En automóvil, el tiempo se recortará a una hora y 45 minutos. Para agilizar el tránsito de la vía se incluyeron en el proyecto, además de los túneles, glorietas que mejorarán la movilidad en puntos críticos como la entrada a Melgar (en el Mohán); entre El Paso que queda frente a Nilo y Girardot (en Los Manueles) y en los sitios El Indio y Las Palmas (que llevan a Fusagasugá). Levantarán un viaducto en el sector de El Muña, paralelo al que existe hoy y también harán un puente sobre la autopista, a la salida de Soacha, para ir a Sibaté.
Se prevé que en los cinco años de construcción de los nuevos carriles se emplearán 6.700 personas. Se beneficiarán principalmente quienes vivan cerca de las obras.
EL TIEMPO
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