Uno de los aspectos en los que Colombia no avanzó mucho, pese a un gasto público social que se triplicó en 12 años, es el de la pobreza.
Según el informe de manejo de las finanzas públicas del 2017, presentado por la Contraloría General al Congreso, de 40,9 billones de pesos que se destinaban en el 2005 a este tema el país pasó a 127 billones de pesos. "La pobreza no disminuyó en niveles proporcionales a ese aumento y aún persiste la inequidad (en la última década el Coeficiente de Gini pasó de 0,56 a 0,52)", dice el informe.
En la tarea de evaluar este manejo de recursos públicos y emitir una opinión sobre la Cuenta General del Presupuesto y del Tesoro, la Contraloría estableció que "es razonable con salvedades".
Para la emisión del informe el organismo de control realizó auditorías financieras realizadas a 103 entidades en el orden nacional, y a 354 entidades, auditadas por las contralorías territoriales .
Según la Contraloría, "para el 2017 se establecieron hallazgos en el activo por $ 23,6 billones, en el pasivo por $ 65,5 billones, en patrimonio por $ 0,4 billones, en ingresos por $2,1 billones y en costos y gastos por $ 1,7 billones".
Tras los análisis de los elementos presupuestales, la Contraloría hizo una serie de anotaciones, como el efecto en Colombia de la debilidad del crecimiento de la economía mundial; el retroceso de la inflación que le permitió al Banco de la República implementar una política monetaria expansionista, y un crecimiento económico de solo 1,8 %, "el más bajo de los últimos años".
El organismo de control también resaltó la existencia de un déficit fiscal de $ 23,81 billones (2,61 % del PIB), en el sector público consolidado, lo que implica una disminución frente al presentado en 2016: $ 26,55 billones (3,10 % del PIB).
Según el contralor, Edgardo Maya Villazón, "de no tomarse las medidas necesarias para reducir los gastos e incrementar los ingresos públicos, se pondría en riesgo el grado de inversión de la deuda externa colombiana y se incrementaría su costo de financiamiento".
El organismo abogó por la diversificación de los sectores que tradicionalmente impulsan la economía, por lo que invitó "al diseño de una estrategia de política económica de largo plazo con el objetivo de diversificar la estructura productiva para superar la dependencia de los sectores tradicionales como el de hidrocarburos, fortaleciendo los sectores agrícola y manufacturero".
Según la Contraloría, "el logro de estos objetivos indudablemente permitirá un mayor crecimiento de la economía colombiana, y por ende el fortalecimiento de las finanzas nacionales y territoriales, la reducción del déficit fiscal y el sostenimiento de la deuda pública".
Instó a "identificar recursos destinados a Gasto Público Social que demuestren progresividad y eficacia y diferenciarlos del gasto que no cumple con estos requisitos para poder realizar los ajustes pertinentes".
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