Planificar el viaje antes de iniciar el trayecto, ya sea dentro de la ciudad como fuera de ella, es recomendable para reducir al máximo la posibilidad de extravío.

Los vehículos modernos no necesitan ser acelerados al momento de encenderlos. Realizar esa acción aumenta innecesariamente el consumo de combustible.

Iniciar el recorrido en primera y pasar a segunda en los dos segundos de la puesta en movimiento o a los seis metros de trayecto, en promedio, es lo óptimo para el ahorro.

Evitar las aceleraciones y frenadas bruscas. Se aconseja mantener una distancia prudente con el vehículo que va adelante, lo que permitirá tener una conducción más fluida.

No abusar del aire acondicionado, pues puede significar un aumento de un 20% en el gasto de combustible. Por esa razón se recomienda utilizarlo por tiempos muy limitados.

Si necesita detener el vehículo por más de un minuto lo mejor es apegar el motor y volverlo a encender cuando sea necesario. Esta simple acción reduce considerablemente el consumo de combustible.

Lo ideal en cuanto a la presión de los neumáticos es que se respeten las indicaciones del fabricante, aún cuando en promedio se aconseja mantener unas 28 libras para la ciudad.

Todo elemento que afecte la aerodinámica del vehículo también influirá en el aumento de consumo de combustible. Podría quitar el portaequipaje del techo si no lo utiliza.

Cuanto más peso lleve el vehículo más combustible va a consumir, por lo mismo se recomienda no usar el carro como bodega o una extensión de la casa u oficina.

Saque partido a las pendientes y use la inercia para hacer el juego de cambios de marcha. Es una buena táctica.