Con una meta de nuevo recaudo anual de 25,4 billones de pesos, el Gobierno ya inició la socialización, con parlamentarios y gremios, de los principales aspectos de la reforma fiscal que será radicada bajo el nombre ‘Proyecto ley de solidaridad sostenible’.El valor esperado estará soportado en un 90 por ciento en los impuestos a personas naturales (renta y otros) así como en el IVA
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Un documento socializado a los empresarios muestra que 16,8 billones de pesos lo pondrán las personas naturales, mientras que por el IVA llegarían 10,5 billones y por los impuestos a empresas se buscan 3 billones de pesos.
Si bien estos componentes suman 30,3 billones, hay que descontar 5,1 billones de pesos de un monto negativo del Sistema General de Participaciones (SGP), toda vez que hay una mayor presión de distribución de este rubro.
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Del total se prevé destinar casi 10 billones de pesos al año en nuevo gasto social permanente, de los cuales 7,6 billones corresponden al Ingreso Solidario, 0,4 billones a programas de primer empleo y matrícula cero; 1,5 billones en la compensación del IVA; y 15,9 billones restantes al pago de deuda.
Fuentes del Gobierno le explicaron a EL TIEMPO que tanto en personas naturales como en IVA se está apelando al componente de solidaridad, para que quienes hoy tienen los ingresos más altos por salario, pensiones, rentas y patrimonio dejen de recibir los mayores beneficios por los diferentes descuentos que hoy obtienen.
Así, de los 16,8 billones de pesos de impuestos a personas naturales, 14 billones provendrán del impuesto de renta y para ello el proyecto de ley plantea bajar la base a partir de la cual se declara renta a 2,5 millones de pesos de ingresos mensuales (30 millones al año).
Quienes tengan ese nivel de ingresos no pagarán impuesto de renta, pero de ahí en adelante se comenzaría a tributar, con lo cual un millón de personas adicionales entrarían a pagar el impuesto, toda vez que actualmente de unos 2,8 millones de personas que declaran renta, solo pagan el impuesto 1,5 millones de declarantes.
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Por ejemplo, a una persona que al mes gane 3 millones de pesos se le haría una retención en la fuente a título de renta de unos 35.000 pesos al mes, con lo cual pagaría al año unos 400.000 pesos.
“Así no se afecta la calidad de vida, pero sí hay más personas tributando”, indicó un consultado, quien agregó que se busca que quienes ganan más de 500 millones de pesos al año sí tengan muchos más impuestos, ya que la tarifa efectiva les pasaría de 16 por ciento al 21 por ciento.
Además, el Gobierno plantea que el impuesto solidario a trabajadores públicos y privados con ingresos al mes de más de 10 millones de pesos luego descontar aportes a salud y pensión, se haga solo en el segundo semestre del año, con una tarifa del 10 por ciento como adelanto de futuros rentas.
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En cuanto al IVA, la reforma busca eliminar la categoría de bienes exentos (menos para exportaciones) y corregir inequidades que existen en productos suntuarios como el salmón, el jamón serrano y las nueces, que hoy no pagan ningún tributo; y aumentar la tarifa de tres productos en los que hay categorías premium pero que no se pueden gravar hoy en día.
Así, el proyecto propone pasar del 5 al 19 por ciento el IVA al azúcar y endulzantes, el café, el chocolate, y fijar ese mismo nivel para la sal. Esto porque hay subproductos de élite como los chocolates de alta gama, el café premium tipo expreso, la sal marina y los endulzantes artificiales que consumen los estratos más altos, pero que no pagan lo que deberían. El Gobierno prevé recaudar 2,5 billones de pesos en estos cuatro productos.
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Pero como estos aumentos afectarán el costo del chocolate tradicional, del café para el tinto, de la sal corriente y del azúcar normal, el valor que paguen de más las personas de menos ingresos será compensado con la devolución del IVA.
Precisamente, en este sentido la reforma plantea subir la cobertura de la devolución, pasando del 20 por ciento a toda la población pobre o 40 por ciento de los habitantes del país, llegando a 4,7 millones de hogares, con una transferencia mensual de 45.000 por hogar. Así, de los 10,5 billones de pesos que se recojan en IVA se devolverán 1,5 billones de pesos, de forma anticipada.
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Y en cumplimiento a las directrices del presidente Iván Duque, la reforma descarta no solo que se graven productos básicos como el huevo, el pollo y la carne, sino que los bienes intermedios para su producción, como los insumos y el concentrado, tampoco tendrán IVA para que no se termine encareciendo la canasta familiar básica.
La propuesta también prevé bajar el IVA de la medicina prepagada, pero estos rubros y otros como los créditos de vivienda, las pensiones voluntarias y cuentas AFC no se podrán descontar del impuesto de renta de la forma en que se hace actualmente. Hoy el rango para este descuento está entre el 25 y el 40 por ciento, pero al tope solo acceden las personas de altos ingreso, al tener capacidad de aporte.
Por ello, la reforma plantea invertir el beneficio para que llegue a quienes más lo necesitan, de tal forma que haya una base de 25 por ciento y solo quienes tengan ingresos hasta 4 salarios mínimos y exijan facturas electrónicas podrán descontar hasta 10 puntos adicionales, para llegar a máximo el 35 por ciento.
Y quienes ganen hasta 10 salarios mínimos podrán descontar solo hasta 5 puntos adicionales, mientras que quienes devenguen más de este nivel solo podrán descontar 3 puntos por encima de esa base. Y como se trata de luchar más contra la evasión, esto busca, por ejemplo, que profesionales como odontólogos y otros especialistas que solo reciben pago en efectivo entren a tributar sobre lo que realmente reciben.
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