Uno de los puntos que proponía la reforma labora del 2002 (Ley 789) que, entre otros cambios importantes, determinó que el horario nocturno no empezaba desde las 6:00 p. m., sino a partir de las 10 p. m., era permitir que los empresarios crearan más empleos.
Quince años después y con una nueva posible modificación al horario nocturno laboral de los colombianos, hacemos una revisión al cumplimento de la generación de empleo. Varias fueron las lecturas que se le dieron a los resultados posteriores obtenidos con dichas modificaciones en la jornada laboral.
Un estudio contratado en aquel entonces por la Asociación Nacional de Industriales (Andi) y el Ministerio de la Protección Social indicó que, tras la dicha reforma laboral, el 64 por ciento de las empresas que crearon nuevos empleos fueron impulsadas por esa Ley, mientras que un ejercicio similar hecho por el Banco Mundial señaló que solo el 3 por ciento de las firmas consultadas habían creado puestos de trabajo gracias a los incentivos de la reforma.
El estudio de la Andi y el Ministerio incluyó en su momento a 191 empresas, frente a 1.021 compañías consultadas por el Banco Mundial, que, además, realizó dos estudios adicionales y encontró, al cruzar los resultados, que la reforma laboral del 2002 sí había tenido efectos positivos sobre el empleo.
Alejandro Gaviria, investigador de la Universidad de los Andes en aquella época –hoy ministro de la Salud– fue el encargado de adelantar y dirigir uno de los estudios del Banco Mundial, precisamente, el que dio los resultados más pobres, es decir, el que indicaba que solo el 3 por ciento de las empresas había creado puestos de trabajo con la reforma del 2002.
Otra encuesta desarrollada en su momento por el gremio de las pequeñas y medianas empresas (Acpi), el Cinset y la Fundación Konrad Adenauer, arrojó resultados diferentes a los obtenidos por el estudio adelantado por la Andi y el Ministerio.
En dicha encuesta, solamente el 6,5 por ciento de las empresas que aumentaron el número de trabajadores indicó haberlo hecho como consecuencia de la reforma laboral, según las directivas de Acopi en ese entonces.