Los avances que en los últimos años ha tenido el país en sus políticas de infraestructura y cambio de modelo, para el desarrollo de las principales carreteras entre los centros de producción y los puertos de exportación, no le alcanzan todavía para mejorar de forma visible sus indicadores de competitividad vial y logística, lo cual ha llevado a que los sectores productivos, que requerían mejoras en este frente, sigan estando en desventaja con respecto a sus competidores en la Alianza del Pacífico.
Así lo señala un estudio realizado por el centro de estudios económicos Anif para la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), en el que se construyó el índice de competitividad vial y logística, cuya calificación para el 2015 (último dato disponible) arroja avances importantes en las áreas institucionales y de acoplamiento tecnológico, pero que también evidenció retrocesos frente a los países de la Alianza del Pacífico en sus referentes físicos y logísticos durante el quinquenio 2010-2015.
Al cierre del 2015, según este documento, el país sigue rajado a nivel general, con un índice de 2,8 sobre 5, y resalta que su calificación nunca ha pasado de 3.
Sin embargo, el informe destaca también que hay evidencias de una tendencia ascendente en la calificación, pasando de 1,7 sobre 5 en el 2000 al mencionado 2,8 sobre 5 al corte del 2015.
Para establecer el índice, Anif definió cuatro pilares con ponderaciones uniformes. Así, el primer eje fue la infraestructura física, considerando los elementos técnicos de calidad-eficiencia e inversión; el segundo fue la infraestructura tecnológica, con énfasis en los procesos de automatización y servicios de información; el tercer pilar fue el de servicios logísticos, incluyendo factores como los costos de fletes y los tiempos requeridos para completar trámites de comercio exterior; mientras que el cuarto fueron los aspectos institucionales y normativos.
El indicador de infraestructura física, según el documento, tuvo para el 2015 una desmejora, y su calificación fue de 2,9 frente a 3,3 para el 2010. Esto debido al deterioro en el indicador de accidentalidad vial, perjudicado por el uso imprudente del teléfono celular por los conductores y por la falta de precaución de los motociclistas.
Para el 2015 hubo un leve aumento en la tasa de mortalidad en accidentes de tránsito en Colombia, hacia 13,4 por cada 100.000 habitantes, por encima del 13,1 visto en la Alianza del Pacífico. Y si bien los desarrollos de proyectos licitados y el nuevo programa de cuarta generación se han visto solo recientemente, para el 2015 el país no tuvo avances en carreteras pavimentadas y en doble calzada, variables que tuvieron la ponderación más baja en la calificación (malo), al estar por debajo del 70 por ciento de los países de la Alianza del Pacífico. Esto porque si bien la proporción de vías pavimentadas nacionales ha subido significativamente, pasando del 12,5 por ciento en el 2005 (14.656 kilómetros pavimentados de 117.250 kilómetros totales) al 18,6 por ciento en el 2015, el porcentaje todavía está lejos del 33 por ciento que se observa en el promedio de la Alianza del Pacífico. La Anif dice que el rezago es mucho más apremiante en el frente regional. Allí, tan solo el 10 por ciento de la red terciaria y el 26 por ciento de la red secundaria se encuentran pavimentados, con corte al 2015.
“Todo ello mina seriamente la conectividad regional, con el agravante de la ausencia de recursos (sostenibles) y la capacidad de gestión regional para la rehabilitación-mantenimiento de las vías existentes”, señala el documento.
Tras analizar cada uno de los indicadores del pilar de infraestructura tecnológica, es decir, los peajes electrónicos, sistemas de inspección no intrusiva y sistemas de monitoreo del estado de las vías, la nota global pasó de 1,7 en el 2010 a 2,8 en el 2015, debido a los avances en los dos primeros, que pasaron de ser considerados malos a estar valorados como regulares.
“Sin embargo, dichas mejoras resultan ser aún tímidas, por lo que Colombia se mantiene rajada en este frente”, señala el estudio, el cual agrega que para mediciones futuras es clave incluir indicadores relacionados con nuevas tecnologías (por ejemplo, dispositivos inteligentes conectados a internet).
Según señala el estudio, históricamente, la penetración de los peajes electrónicos ha sido marginal, siendo referentes solo los de la autopista Norte, en Bogotá, y los de la vía Medellín-Rionegro.
Del 2010 al 2015 se han implementado cinco peajes electrónicos adicionales (la mayoría en la autopista Bogotá-Medellín), para llegar a 7.
Luego de la Resolución 4303 del 2015, del Ministerio de Transporte, en el 2016 se adjudicó el primer paquete de 20 peajes electrónicos en la red del Invías (no concesionada), lo cual estaría requiriendo inversiones cercanas a los 150.000 millones de pesos en los próximos años.
Entre tanto, la variable que no registra mejoría es la de los sistemas de monitoreo vial, que sigue siendo considerada mala, lo cual refleja que dichos sistemas son inexistentes o de operación defectuosa.
“El uso de sistemas (aun descentralizados, tipo Waze) no ha logrado masificarse en el transporte de carga (pesando el reducido acceso a internet móvil en los trayectos viales apartados)”, agrega el documento.
La caída en las variables del tiempo para importar y exportar y en la calidad de los servicios logísticos, según las mediciones que realiza el Banco Mundial, unida a los nulos avances en el costo de los fletes y en las plataformas logísticas, llevó a que la calificación del pilar de servicios logísticos, compuesto por cinco puntos de medición, fuera en el 2015 de 2 sobre 5, la más baja de todos los pilares del índice de competitividad vial y logística (ICVL).
Y si bien en el aspecto de los costos del transporte de carga se pasó de una valoración de mala a regular, en el tiempo para exportar e importar se pasó de una valoración de buena a una de mala.
Según la Anif, Colombia pasó de 41 días en el 2005 a 14 días en el 2010 (en los países de la Alianza del Pacífico, el tiempo era de 20 días), pero las mejoras en el indicador fueron de menor magnitud durante el quinquenio 2010-2015 en comparación con dichos países, pues si bien el tiempo se redujo en el país a 9 días, en los países de este bloque económico ahora ese proceso se hace en apenas 4 días.
“Se espera que la aplicación del nuevo Estatuto Aduanero permita reducir dicha cifra hacia los 2 días en horizontes de tres años vista, aunque los propios usuarios (Analdex) han mencionado que aplicar dicho estatuto estaría requiriendo de cuantiosas inversiones en materia de sistemas informáticos”, agrega el documento.
Y mientras en la calidad del desempeño logístico Colombia mejoró de ‘malo’ en el 2005 a bueno’ en el 2010, también el indicador volvió a retornar a la ponderación de malo en el 2015, dada la mejora relativa observada en los países pares de la Alianza del Pacífico.
El reto de subir es alto, pues aunque los planes de las cuatro plataformas logísticas del país se materialicen (en el Valle, en Rumichaca-San Miguel, en el Eje Cafetero y en Puerto Salgar-La Dorada), países competidores (como México) tienen planes más ambiciosos de instalar hasta 85 plataformas logísticas.
Al totalizar los resultados de este pilar, Colombia ha logrado avances sistemáticos durante los últimos quince años.
En este lapso ha pasado de calificaciones de 1,7 sobre 5 en el 2000 a 3,3 sobre cinco en el 2015), siendo la única variable del indicador que va pasando la materia.
El pilar de la institucionalidad midió la ejecución presupuestal del sector transporte, la duplicidad de funciones en este renglón y los avances normativos que se han logrado.
De acuerdo con el estudio de Anif para la Cámara Colombiana de la Infraestructura, las mayores ejecuciones presupuestales del sector y los logros en el frente normativo han incidido en contrarrestar los lastres persistentes en materia de duplicidad de funciones.
“No obstante, en este último frente hay muchas tareas por realizar, pues el indicador de duplicidad mantiene una calificación mínima en todo el período 2000-2015”, señala el documento, que muestra que en este aspecto la nota del país es mala.
Según las cifras reveladas, mientras que el porcentaje de ejecución presupuestal del sector pasó del 82 por ciento entre el 2006 y el 2010 a niveles cercanos al 87 por ciento entre el 2011 y el 2015, este se ha caracterizado por tener una alta duplicidad de funciones de control, definición de políticas y supervisión en el Ministerio de Transporte, Planeación Nacional, el Invías y la Superintendencia de Puertos y Transporte, entre otras entidades dedicadas a la vigilancia y el control de este sector.
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