En el ranquin mundial sobre competitividad, Colombia registra en el 2017 un retroceso de tres posiciones al pasar de la casilla 51 a la 54, donde la incoherencia entre lo que se invierte en educación frente a lo que se requiere del talento para competir es un factor muy negativo.
En el estudio que hace el Centro de Competitividad Mundial del International Institute for Management Development IMD), donde se mide a 63 países, aparece Hong Kong en el primer lugar, seguido por Suiza, los dos sin presentar modificaciones frente al resultado del año anterior.
En el listado de las cinco primeras posiciones los acompañan Singapur, Estados Unidos y Holanda.
De acuerdo con José Caballero, economista sénior del Centro de Competitividad Mundial IMD, en el caso de Colombia, las apreciaciones de los altos ejecutivos del sector privado que participaron en las encuestas coinciden en las falencias existentes en la eficiencia del gobierno, así como del sector privado, lo que al final se convirtió en uno de los factores que más pesó en el impacto negativo para el país en este informe.
En lo que hace referencia a la eficiencia del sector privado, cuando se miran los resultados para las prácticas gerenciales, las percepciones han caído de manera drástica.
Por ejemplo, las que tienen que ver con las prácticas éticas cayeron 9 lugares en el escalafón, mientras que la credibilidad de los gerentes lo ha hecho en 7 puestos y la que se le da a la satisfacción de los clientes bajó 15.
En ese mismo sector, y en lo que los autores del estudio conocen como aptitudes y valores en el ámbito corporativo, la flexibilidad y la rapidez en adaptarse a nuevas ideas o a desafíos cayeron 9 posiciones en el listado, la percepción acerca de qué tan incluyente es el sistema de valores corporativos también bajó de manera relevante.
“El factor de productividad cayó dos lugares, pero es una puntuación esperada, porque anualmente muchos países tienen este comportamiento de subir un puesto, bajar dos, etcétera. Y en eficiencia de gobierno, el principal impacto ha estado en las instituciones, ya que el indicador del sistema legal y de las regulaciones cayó 15 posiciones, la flexibilidad de la política del gobierno en adaptarse a cambios también tuvo una variación negativa de 9 puestos”, señaló Caballero.
En lo que hace referencia a la corrupción, tuvo una caída de dos lugares, pero con el agravante de que el país está ubicado en el puesto 61, donde solamente Brasil y Venezuela pueden estar más abajo.
Para él, en cuanto al riesgo a que baje la estabilidad política la percepción ha caído 8 puestos, donde puede afectar el hecho de que las expectativas que había sobre el proceso de paz eran muy altas y de alguna manera este se ha estancado, razón por la que los ejecutivos entraron un poco en pánico.
El experto, con base en los resultados del informe, dice que Colombia frente a la región (donde se miden 9 países, incluidos Estados Unidos y Canadá) siempre se ha mantenido entre el quinto y sexto lugar, es decir, en la mitad del ranquin, solo superado, por lo general, por Venezuela, Brasil y a veces con Perú, con el que a veces alternan en sus resultados.
Fortalezas y debilidadesJosé Caballero, además de mostrarse sorprendido por los resultados del país en este estudio, resaltó entre sus fortalezas el dinamismo de la economía, las relaciones laborales efectivas y fuertes, la actitud abierta y positiva de la sociedad, la mano de obra calificada, la competitividad en costos, el acceso al financiamiento, el entorno favorable a los negocios, un alto nivel educativo y una infraestructura confiable.
En lo que hace referencia a las debilidades mencionó la estabilidad de las políticas del gobierno, la efectividad del sistema legal, la calidad de la gobernabilidad del sector privado, las competencias del gobierno y la falta de enfoque en investigación y desarrollo en generar nuevos conocimientos, nuevos procesos e innovación en general.
“Para llegar a tener una cultura enfocada en investigación y desarrollo se requiere tener el talento necesario. Por ejemplo, si un país decide que su objetivo es competir en lo digital, necesita contar con unas habilidades específicas, luego se debería invertir en educación, en ciencia, física o ciertas ingenierías, porque a veces en América Latina las inversiones en educación son muy altas, pero cuando se mira el talento desarrollado no es el requerido para que esos países compitan”, agregó Caballero.
Esas incoherencias entre las habilidades necesarias y la inversión también se evidencian en Colombia en aspectos como el dominio del inglés y hacer transacciones en este idioma, también en habilidades en tecnología (puesto 60), en investigación científica (59), en la disponibilidad de investigadores académicos y científicos (60), mientras que en la inversión pública y educación está de 31 en el escalafón, lo que reafirma esa tendencia.
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