Definitivamente, a pesar de la oposición de la banca, el Gobierno cambiará la frecuencia para calcular la tasa de usura, que es el máximo permitido para cobrar en créditos con tarjetas de crédito y consumo.
No dará marcha atrás en el cambio de periodicidad de la certificación, que pasa de trimestral a mensual. Así lo afirmó este jueves el superintendente financiero, Jorge Castaño Gutiérrez, en el marco del noveno congreso de la Asociación de Comisionistas de Bolsa (Asobolsa) y la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), que se celebra en esta ciudad.
Aunque en el evento estaba prevista la intervención del ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas, por problemas de agenda canceló su intervención, y la confirmación en el cambio en el cálculo de la tasa de usura estuvo a cargo del timonel del ente que regula y vigila, entre otros, los mercados financieros y el de valores.
Si bien el funcionario dice que es aún prematuro conocer la proporción en que bajará la tasa de usura el primero de septiembre, pues solo el último día hábil de agosto procesan la información de la última semana, que es de una representatividad del 50 por ciento en la metodología, espera que sea mayor a la prevista con anterioridad.
El informe que entregó Castaño el pasado 10 de agosto a Cárdenas, en el marco de la asamblea de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), que también se celebró en esta ciudad, sirvió de base para que se calculara una baja de 71 puntos básicos (0,71 puntos porcentuales), por lo que la tasa de usura descendería del 32,97 al 32,26 por ciento el próximo mes.
No obstante, se conoció que el Gobierno calcula ahora que será cercana a 100 puntos básicos (1 punto porcentual) y la tasa de usura se ubicaría en 31,97 por ciento el próximo mes.
Inclusive la baja sería mayor a ese 0,71 por ciento que el presidente Santos preguntaba apresuradamente a Cárdenas el pasado 11 de agosto, unos minutos antes de hacer el anuncio de manera oficial, ante empresarios, en el centro de convenciones Julio Cesar Turbay Quintero de Cartagena.
Luego, se mencionó que sería mayor, de 0,73 puntos mínimo. “Las tasas van a tener una reducción y esto ayuda a que las personas tengan un incentivo a tomar crédito, desde la perspectiva de que la tasa va a bajar”, agregó Castaño este jueves.
Recordó que no cambia la metodología sino que habrá una mayor velocidad de respuesta de dicha tasa, cuando, de acuerdo con las directrices del Banco de la República, baje o suba la tasa de intervención. Es decir al alza para frenar la inflación y a la baja para incentivar el gasto.
No obstante, las entidades financieras, según Castaño, hoy están dentro de lo permitido, pero la tasa de usura debe certificarse para que cubra a todos los que conceden créditos, incluso los informales.
“Las financieras han sido las más rigurosas en estar dentro lo permitido”, aclaró Castaño.
Cabe recordar que la Superfinanciera calcula con cierta periodicidad un indicador que se llama la Tasa de Interés Bancario Corriente, que es un promedio de tasas de interés para crédito de consumo. Una vez calcula ese promedio, el resultado se multiplica por 1,5 y se llega a la tasa de usura, que es la máxima tasa de interés que se puede cobrar por un crédito, a la cual se suelen acercar mucho los intereses que se cobran en las tarjetas de crédito.
“Al ser más corta la ventana de tiempo con que se hace el cálculo y más frecuente la publicación del resultado, la tasa de usura va a bajar más rápido, lo que obligará que la tasa que cobran las tarjetas de crédito baje también más rápido y así beneficiará a los hogares que utilizan tarjetas de crédito para comprar”, dijo el Gobierno a principio de mes.
“Las estimaciones nos están mostrando que en la baja en la tasa no se va a derivar del cambio de periodicidad sino del comportamiento que estén teniendo en el mercado los productos de esos dos segmentos”, explicó Castaño en el evento.
La Asociación Bancaria ha calificado de inocuo el efecto que tendrá el cambio de la certificación de la tasa de usura, y advirtió sobre los riesgos de forzar la baja del costo del crédito de consumo en medio de una coyuntura de mayor riesgo económico.
Pero el Gobierno insiste en que la decisión beneficiará a las personas y también a la banca, pues les permitirá crecer su cartera en segmentos menos riesgosos.
No obstante, el propio presidente Santos previó la oposición de la banca y reconoció que puede incentivar el ‘gota gota’, pero de dos males dijo que el mejor es que incentivará el gasto de las familias.
El cálculo indica que si la tasa de usura baja 0,71 puntos, el ahorro mensual en un crédito de 10 millones de pesos –al que le estén cobrando esa tasa– sería de 61.000 pesos mensuales. El propio Santos afirmó que cuando hay polémica en una decisión, prima la política y este es el caso.
Tanto la Andi –donde hay afiliadas varias entidades financieras– y la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), vienen solicitando hace varios meses el cambio de periodicidad de dicha fórmula.
ROLANDO LOZANO
Enviado especial de EL TIEMPO *
* Por invitación de Asobolsa y la BVC
