La desaceleración del gasto y el endeudamiento de los hogares están llevando a que un menor número de familias visiten los centros comerciales del país y con ello bajen las ventas, lo que ya preocupa a los dueños de las marcas y, en general, al sector.
Lo alentador es que las proyecciones indican que en lo que resta del año se podría ver una recuperación no solo de la circulación sino en el número de transacciones y compras.
Un informe de la firma de consultoría Raddar indica que entre enero y abril los complejos comerciales registraron ventas por 9 billones de pesos, con una caída del 11,8 por ciento, frente a igual periodo del 2016, cuando estas sumaron 10,2 billones.
Las ventas bajaron 6,3 por ciento en enero, 20 por ciento en febrero y 11 por ciento tanto en marzo como abril, lo que evidencia un desempeño atípico en esos primeros meses del año, señala el informe.
De manera particular el arranque de año fue positivo para los centros comerciales en Neiva y Medellín porque su facturación aumentó un 4 por ciento entre enero y abril.
“Situación muy diferente a la que se vive en Villavicencio, Cartagena y Manizales, plazas donde se registra el peor crecimiento de la industria; el comportamiento es similar en la dinámica del gasto total observado en los hogares de estas ciudades”, explica Raddar en su análisis.
Además, agrega, el 2017 tampoco ha permitido ver números positivos en ventas y aunque varias ciudades ya muestran una leve recuperación respecto al 2016, la llegada de marcas a los centros comerciales y el crecimiento del negocio en ciudades intermedias podría llevar a una recuperación de los ingresos en los próximos trimestres.
El reporte precisa que las grandes superficies (supermercados y tiendas por departamentos) continúan siendo la categoría con mayor peso dentro de las ventas totales que reportan los centros comerciales en todo el país.
“Sin embargo esta categoría en valor fue una de las que más decreció respecto al primer cuatrimestre del 2016, al igual que vestuario, que dentro de la dinámica de ventas pesa el 38 por ciento y fue la segunda que más se contrajo”, añade Raddar.
De manera sorprendente, la categoría de educación, que solo tiene un peso del 0,1 por ciento en las ventas de las marcas de los centros comerciales, fue la que más creció en valor.
Las estadísticas dejan ver, además, que los visitantes de los centros comerciales asignan más parte de sus ingresos en estos recintos a la compra en locales relacionados con comunicaciones, vivienda (pagos de servicio), restaurantes, parques de diversiones y boleras, y debido a que se han convertido en sitios de demanda habitual de comidas rápidas y cine.
“Teniendo en cuenta ese comportamiento, es importante que la industria empiece a revisar qué puede pasar con la oferta comercial que se tiene con todo el cambio del entorno económico, la apertura de nuevos formatos de compra y consumo, pues esto ha modificado las dinámicas de las personas; tanto así que hoy en día estamos viendo que los grupos de gran peso y que siempre habían sido las anclas para el tráfico y las ventas de los centros comerciales cada vez pierden más y más terreno”, sugiere la firma de consultoría.
Considera, basada en el análisis de las cifras, que el consumidor se está ajustando mejor a las nuevas dinámicas dentro del comercio, tales como los reajustes por impuestos, salarios, disminución del peso de la deuda en los ingresos e incentivos como llegadas de nuevas marcas.
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