Entre agosto del 2017 y septiembre de este año, entidades públicas y privadas del país han emitido bonos verdes por un valor aproximado de 1,5 billones de pesos, de acuerdo con el más reciente análisis de Casa de Bolsa sobre el tema. (Le puede interesar: 'Las cinco fuerzas que moverán el dólar en el último tramo del 2020')
Bancóldex, banco de desarrollo para el crecimiento empresarial, fue la primera empresa en emitir, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el primer título de este tipo en el mercado nacional hace tres años, por un monto de 200.000 millones de pesos que se destinaron a financiar proyectos para mitigar los efectos negativos del cambio climático.
La semana pasada, precisamente, el Banco de Bogotá hizo su primera colocación de bonos verdes por 300.000 millones de pesos en la Bolsa de Valores de Colombia. “Estos recursos –señaló la entidad en un comunicado– estarán destinados a financiar proyectos que respondan a alguna de las siguientes categorías: energías renovables, eficiencia energética, uso de la tierra, manejo de residuos, tratamiento de agua, transporte e infraestructura sostenible y construcción verde”.
Para esta emisión, el banco contó con el apoyo de Climate Bonds Initiative (CBI), Metrix Finanzas y el Gobierno británico, a través de su programa de asistencia técnica UK PACT Colombia. “Estos aliados –explicó la entidad– apoyaron el proceso de estructuración y consolidación del Primer Bono Verde Banco de Bogotá para financiar proyectos con beneficios ambientales”.
Los recursos que se obtienen con este tipo de títulos de deuda se orientan a financiar o refinanciar, en parte o en su totalidad, exclusivamente proyectos verdes, es decir, que van en línea con los principios que la Asociación Internacional de Mercados de Capitales definió para ellos.
Los primeros bonos verdes fueron emitidos por entidades financieras multilaterales para responder al interés de grupos y personas de invertir en proyectos amigables con el medio ambiente
“Se trata –de acuerdo con el informe de Casa de Bolsa– de cuatro principios que constituyen una guía de procedimiento voluntario que se enfoca en la transparencia, la divulgación de información y promueve la integridad en el desarrollo del mercado de estos bonos”.
(Además: 'Queremos ser carbono neutro para el 2022: Alpina')
El origen de estos títulos y su constante expansión son un buen medidor del interés creciente de personas y organizaciones por apoyar o formar parte de proyectos e iniciativas orientadas a hacer un uso sostenible de los recursos naturales y promover la conservación del medio ambiente.
De hecho, están enmarcados dentro de las denominadas Inversiones Socialmente Responsables o Sostenibles, que integran criterios ambientales, sociales y de gobernanza o gobierno corporativo (ASG).
Sobre este tema, Gema Sacristán, directora general de negocios de BID Invest, señala que invertir con criterios ASG implica no solo pensar en la rentabilidad financiera, también considerar el impacto social y medioambiental: “Para tener una idea de su dimensión –señalaba en una columna publicada el año pasado– recordemos que los activos gestionados por fondos que incorporan una visión socialmente responsable alcanzan los 30.700 millones de dólares en todo el mundo. Esto equivale a dos veces el PIB de Estados Unidos y es un monto diez veces mayor que en el 2006, según la Global Sustainable Investment Alliance”.
Colombia muestra avances ciertos en esta materia y es claro que cada vez más entidades y organizaciones están incorporando a sus políticas de inversión los Principios de Inversión Responsable (PRI).
“De hecho, estas suelen mostrar interés por invertir en este tipo de activos, como Corficolombiana, Porvenir, Protección, Bancolombia, SURA Investment Management, Credicorp Capital, Fundación WWB, Pontificia Universidad Javeriana y Yellowstone Capital Partners, entre otros”, explica Casa de Bolsa.
Los primeros bonos verdes fueron creados y emitidos entre el 2007 y el 2008 por entidades financieras multilaterales, como el Banco Mundial, el Banco Europeo de Inversiones y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para dar respuesta al interés de grupos y personas por invertir en proyectos sostenibles y amigables con el medio ambiente.
Desde entonces y hasta el 2019 lograron movilizar recursos por un valor cercano a los 250.000 millones de dólares en todo el mundo. “Se trata –señala Casa de Bolsa en su informe– de 1.543 bonos verdes emitidos por 625 entidades distribuidas en 44 países, además de la inclusión de bonos soberanos verdes emitidos por países como Bélgica e Indonesia”.
En América Latina, Brasil es el país que está a la vanguardia en esta materia, con 5.000 millones de dólares emitidos en estos bonos, a junio del 2020, sobre todo por el sector financiero.
“Para el caso de Colombia –explica Juan David Ballén, director de análisis y estrategia de Casa de Bolsa–, el 63 por ciento de esos bonos han sido emitidos por entidades del sector financiero como Bancóldex y Bancolombia, y del sector real, como ISA”.
Vale decir que este año el crecimiento de estos títulos en el país vino también apalancado por la emisión hecha por ISA por 300.000 millones de pesos en agosto, como parte de su estrategia de sostenibilidad.
“Los recursos –señaló la compañía en un comunicado– contribuirán con la conexión de energías renovables no convencionales al Sistema Interconectado Nacional, mediante la financiación de dos proyectos: Interconexión Costa Caribe 500 kV e Interconexión Ciestecitas-Copey-Fundación Copey-Fundación 220kV”.
Gracias al interés que despiertan estos títulos, su base de inversionistas tiende a ser más diversificada que la de otros bonos.
Entre ellos es fácil encontrar, por ejemplo, fundaciones, congregaciones religiosas, universidades, cámaras de comercio, fondos extranjeros, personas naturales, grupos con mandatos ecológicos y con gobernanza socioambiental.
Entre los proyectos elegibles para invertir se cuentan desde la disminución de los niveles de dióxido de carbono, la prevención y el control de la contaminación y las energías renovables hasta el transporte limpio, la adaptación al cambio climático y los edificios sostenibles y ecológicos, solo para mencionar algunos.
Con respecto a la liquidez de los bonos con criterios ASG, el informe de Casa de Bolsa advierte que esta suele ser moderada dado que, al igual que otros títulos, tienden a ser adquiridos por compradores finales y la oferta, en contraste con la demanda, continúa siendo limitada (a la fecha se han emitido 2 billones de pesos, de los cuales 150.000 millones de pesos vencerán en noviembre de este año).
El volumen de negociación mensual promedio en el mercado local en lo corrido de 2020 se ubica en 50.000 millones de pesos, el total negociado en el año asciende a 406.000 millones de pesos, concentrados en los títulos indexados al IPC con 303.000 millones, frente a los 63.000 y 40.000 millones de pesos negociados de los títulos indexados a la IBR y en tasa fija, respectivamente.
En agosto se evidenció un aumento en el volumen de negociación debido a que se dio la emisión de bonos verdes por parte de ISA.
SONIA PERILLA SANTAMARÍA
ECONOMÍA Y NEGOCIOS@soniaperilla
Comentar