La posibilidad de que Bogotá y sus alrededores enfrenten un racionamiento de energía eléctrica prendió las alarmas en los últimos días en la capital del país, luego de que la exviceministra Belizza Ruiz lanzara esta advertencia por el retraso que presentan, principalmente, dos proyectos de transmisión.
El presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB), Juan Ricardo Ortega, confirmó que se trata de Norte y Sogamoso. Aunque se adjudicaron hace más de diez años, no han logrado entrar en operación por la oposición que han manifestado las comunidades vecinas a su desarrollo.
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"Estas dos líneas están muy demoradas producto de gente que cree que bloquear la transmisión es estratégico para proteger la vista de su finca o el valor de sus tierras. Desafortunadamente, el interés particular termina bloqueando el interés general", manifestó.
La no entrada en operación de los proyectos que se requieren pueden poner en riesgo la distribución de energía a clientes residenciales e industriales
Si bien la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) aseguró que no hay riesgo de apagón en el corto plazo en Bogotá, Cundinamarca y Meta, Enel Colombia dice que esta posibilidad sí existe en el mediano plazo por los atrasos que tienen estos proyectos.
"La no entrada en operación de los proyectos de infraestructura eléctrica que se requieren pueden poner en riesgo la distribución de energía a clientes residenciales e industriales que atiende la compañía. Se han presentado alternativas de mitigación que se podrían ejecutar en el corto plazo ante el atraso de los proyectos", agregó.
El presidente del GEB manifestó que esta vulnerabilidad se incrementará una vez entren en operación el Metro de Bogotá o el RegioTram de Occidente, porque el consumo de energía se puede incrementar hasta un 15 por ciento.
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Esto puede generar un "estrés" adicional porque la actual generación de energía de Enel no sería suficiente para atender la demanda en un futuro y se tendría que traer energía de otras regiones del país, como las hidroeléctricas Chivor y Sogamoso. Por esto, se requiere que comiencen a funcionar estas dos líneas de transmisión para que se pueda transportar esta energía hacia la capital del país.
De acuerdo con los análisis de mediano plazo de XM, de presentarse la salida por falla o mantenimiento de una unidad de generación adicional a las que se prevé estén por fuera del área y en caso de falla de la línea Bacatá-Nueva Esperanza, en 2025-2026 el riesgo de desatención de demanda podría ser cercano al 2 por ciento de la región Centro Oriente.
Las empresas reiteran que es importante la articulación entre las entidades públicas y privadas del sector, las autoridades ambientales y los gobiernos locales para garantizar el desarrollo oportuno de los proyectos en el Sistema de Transmisión Nacional (STN).